Investidura en Catalunya

ERC se prepara para una negociación al límite y con un papel decisivo de su militancia

Crecen las voces contrarias al pacto con los socialistas, pero volver a las urnas tampoco es una opción fácil

ERC acusa a Illa y Puigdemont de "esconderse" y avisa del riesgo de repetición electoral

El Parlament asume que no habrá candidato este mes y apunta a una investidura al límite

ERC y PSC chocan por el significado de la financiación "singular"

Salvador Illa, Pere Aragonès y Josep Rull en el primer pleno de la legislatura.

Salvador Illa, Pere Aragonès y Josep Rull en el primer pleno de la legislatura. / Zowy Voeten

Quim Bertomeu

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Las elecciones catalanas dejaron a ERC ante un escenario endiablado: debilitada tras perder 13 diputados, pero decisiva para investir al candidato del PSC, Salvador Illa. Esta semana han empezado las negociaciones con los socialistas y solo hay un elemento que todo el mundo tiene claro: no será fácil llegar a un acuerdo. "La negociación irá para largo", sostienen fuentes republicanas de la dirección tras los primeros contactos. El próximo miércoles el Parlament pondrá en marcha la cuenta atrás de dos meses para la repetición electoral y ERC se prepara para una negociación al límite.

Los republicanos han puesto a los socialistas tres condiciones sobre la mesa: que se siga apostando por la lengua catalana; que se mantengan los instrumentos para seguir abordando la resolución del conflicto político y, finalmente, que Catalunya obtenga una financiación "singular". Las dos primeras son asumibles para el PSC. En la tercera estará el conflicto. ERC ya ha dejado claro de que no se conformará con un aumento de los recursos para las arcas de la Generalitat, sino que quiere el concierto vasco. El nuevo sistema pasa porque la Generalitat tenga "la llave de la caja", una condición difícil de aceptar para los socialistas.

Aparte de los contenidos, los republicanos también quieren que la negociación tenga gestos que contribuyan a acercar un acuerdo. El primero, que los socialistas vuelvan a Ginebra para negociar cara a cara con la secretaria general, Marta Rovira. Ya lo hicieron con la negociación de la mesa del Parlament y ahora quieren que se repita de nuevo. El segundo es algo más discursivo: "Que dejen de decir que la última década ha sido una década perdida", insisten las mismas fuentes. La 'década perdida' fue el mantra de Illa para desgastar a ERC en campaña, pero ahora necesita el voto de los republicanos.

Y por si no fuera lo bastante difícil visualizar un acuerdo, los republicanos deberán negociar con el PSC mientras surfean una crisis interna que ha dividido el partido entre afines a su secretaria general, Marta Rovira, y afines a su expresidente, Oriol Junqueras. ¿Por qué complica esta cuestión el pacto? Pues porque en un momento de convulsión es más difícil llegar a acuerdos complejos con rivales electorales. Un exdirigente lo resume así: "Nos hemos dado una ostia en las elecciones y ahora es más fácil querer reafirmarnos como partido que llegar a pactos".

El sentido común diría que a los republicanos no les conviene volver a las urnas en un momento de debilidad, pero el dilema es más complejo. Hay sectores del partido que ya se han mostrado abiertamente contrarios a tejer pactos con el PSC y que sostienen que es mejor volver a las urnas que hacer presidente a Illa, aunque esto exponga al partido a un retroceso electoral. Uno de los polos republicanos reacio a pactar con Illa es el propio Palau de la Generalitat. Allí existen aún muchas heridas abiertas por cómo los socialistas les hicieron sudar los dos últimos pactos de presupuestos. El factor emocional también será decisivo.

En manos de la militancia

Más allá de la crisis interna, hay otro factor que da imprevisibilidad al final de la negociación entre ERC y el PSC. Los republicanos ya han decidido someter la decisión final sobre la investidura de Illa a una votación de sus militantes. Hace tan solo unos años, los afiliados hubieran respondido masivamente a la consigna que hubieran recibido de su tándem Junqueras-Rovira. Pero ahora este tándem está roto y, con el partido en horas bajas, el resultado de una consulta así es difícil de predecir.

Hace tan solo dos semanas, la federación de ERC en Barcelona ya ensayó una consulta similar para decidir si firmaban un pacto con el PSC en Barcelona para entrar en el gobierno municipal de Jaume Collboni. El resultado fue el caos: la votación no se pudo celebrar por exceso de afluencia de militantes. Ese exceso se interpretó como una movilización en masa de los partidarios de no a pactar con los socialistas.

Como el acuerdo se antoja complicado, los republicanos también han empezado a prepararse para la repetición electoral. El objetivo, tratar de responsabilizar al PSC y a Junts de una eventual vuelta a las urnas. "Tenemos la sensación de que tanto el PSC como Junts quieren repetición", expone una voz autorizada de la dirección republicana. Si no hay acuerdo y hay nuevas elecciones, se abrirá la disputa de quien carga con las consecuencias.

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