El gobierno de Barcelona

ERC aplaza el debate sobre su entrada en el gobierno de Collboni al desbordar los militantes la convocatoria

Los republicanos han citado a la militancia en el Orfeó Martinenc, en la Meridiana, que se ha quedado pequeño ante la afluencia de participantes

ERC, a un paso de entrar en el gobierno de Collboni: su militancia votará este jueves si aprueba el preacuerdo cerrado con el PSC

Elisenda Alamany llega al Orfeó Martinenc antes de que se produjera el aplazamiento, este jueves.

Elisenda Alamany llega al Orfeó Martinenc antes de que se produjera el aplazamiento, este jueves. / Bernat Vilaró / ACN

Toni Sust

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La federación barcelonesa de ERC ha citado este jueves en el Orfeó Martinenc a su militancia con el fin de que valore el preacuerdo cerrado con el PSC para establecer un pacto por el que los cinco concejales republicanos entren en el gobierno de Jaume Collboni. En las filas republicanas cabe el debate, pero, por lo menos este jueves, no los miltantes.

El volumen de asistentes ha desbordado la convcatoria, y la dirección del partido en la capital catalana ha decidido suspender la cita ante la evidencia de que los que querían participar no cabían en el local, con un aforo máximo previsto de 280 personas. La reunión, que tenía que empezar a las 19.00, ha quedado así aplazada después que se vieran colas largas de acceso al edificio.

El partido ha informado de que la comision organizadora del congreso buscará ahora un nuevo emplazamiento con un aforo mayor, para "garantizar el derecho de participación de la militancia", y avisará de cuál es la nueva fecha.

Un millar de militantes

La federación barcelonesa tiene cerca de un mllar de militantes, que este jueves iban a votar el preacuerdo con el PSC después de escuchar las explicaciones de la presidenta el grupo republicano, Elisenda Alamany; la concejala y presidenta de la federación barcelonesa, Eva Baró, y el concejal y portavoz adjunto en el consistorio, Jordi Coronas

El desenlace es, sin lugar a dudas, el más inesperado. Y eso que la reunión de ERC presentaba incógnitas relevantes y no se descartaban sorpresas. Pero que el partido no se llegara ni a jugar es algo que no se contemplaba.

Ernest Maragall, el anterior presidente de ERC en el consistorio, llega al Orfeó Martinenc, este jueves.

Ernest Maragall, el anterior presidente de ERC en el consistorio, llega al Orfeó Martinenc, este jueves. / Bernat Vilaró / ACN

Dos sectores

La federación barcelonesa de los republicanos, la más importante del partido, está dividida en dos sectores, como quedó claro en octubre pasado, cuando la concejala Baró ganó las elecciones internas por la mínima, con 365 votos, el 50%, frente a los 342 que obtuvo la candidata derrotada, Patrícia Gomà, el 47%. Votó el 70,82% de los militantes.

Con todo los dos sectores, o por lo menos sus representantes en el consistorio, Baró y el también concejal Coronas, están de acuerdo en la conveniencia de entrar en el gobierno del PSC en Barcelona. Otra cosa es que la militancia lo vea igual. Y no se descartaba que en el congreso extraordinario se escucharan voces contrarias a ese paso.

Otra incógnita es la del papel que jugará la dirección del partido. Según Baró y Coronas, la cúpula les otorgó autonomía para decidir su estrategia, en función del voto de la militancia. Pero en el caso de que la votación interna sobre el pacto, el día que llegue a producirse, registre un resultado muy ajustado, el debate podría abrirse.

Del apoyo externo a la implicación

El desenlace inesperado del aplazamiento del congreso extraordinario es un episodio que recuerda más a un partido extraparlamentario que a lo que ahora es ERC, una fuerza que gobierna, aunque en funciones, Catalunya, y que en Barcelona ha decidido abrazar el pragmatismo.

Los republicanos vienen de pasar un mandato como apoyo externo estable del gobierno de Ada Colau y Collboni, de 2019 a 2023, y el hecho de que tras ese papel perdieran la mitad de los concejales, cinco de 10, en las municipales de hace un año les llevó a convencerse de que lo mejor era dar el paso y ocupar áreas de gobierno.

De Trias a Maragall

Tras las elecciones, todavía con Maragall como jefe de filas, los republicanos alcanzaron un pacto con Xavier Trias. El día de la investidura, con la rueda de prensa para presentar ese acuerdo ya anunciada, todo cambió y Barcelona en Comú y el PP invistieron a Collboni como alcalde.

Maragall se acabó yendo y ERC, ahora con Alamany al frente, optó por estrechar lazos con el PSC. Ahora, un nuevo emplazamiento en el que quepan todos los que quieren opinar determinará, no se sabe todavía cuándo, si los militantes aprueban esa iniciativa.