Pleno el 25 de junio

El PSC se inclina por que Illa no opte a la primera investidura sin tener los apoyos

Los socialistas asumen que necesitarán más tiempo para alcanzar un pacto con ERC y los Comuns y prefieren que su líder no se exponga a un intento fallido

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Salvador Illa estrecha la mano del nuevo presidente del Parlament, Josep Rull

Salvador Illa estrecha la mano del nuevo presidente del Parlament, Josep Rull / ZOWY VOETEN

Sara González

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El líder del PSC, Salvador Illa, debe decidir en menos de una semana si opta o no al primer pleno de investidura el día 25 de junio. En ERC aseguran que no hay tiempo material para alcanzar ningún pacto, así que si el dirigente socialista decidiera dar el paso lo haría, muy probablemente, sin tener los apoyos suficientes para ser nombrado president. Así que, asumiendo que este es el escenario que se impone, en la dirección del partido gana peso que se preserve, que no se exponga a un intento fallido. Más aún cuando eso es a lo que le ha retado Junts mientras no se aplica la amnistía a Carles Puigdemont y es el presidente del Parlament, Josep Rull, quien puede hacer de más y de menos con el calendario.

"No podemos presentarnos sin tener los 68 apoyos. La investidura tiene que ser clara y verídica", sostiene un dirigente con ascendencia en el PSC consultada por este diario. "Si no tiene los 68 votos, no debería hacer nada. Que Rull active el calendario", dice, en la misma línea, otra voz socialista anticipando que en esa primera investidura tampoco se presentará Puigdemont. Illa, por ahora, se receta silencio y discreción a la espera de reunirse el próximo miércoles con el presidente del Parlament, mientras su equipo negociador mantiene contactos tanto con ERC como con los Comuns para tratar de acercar posiciones. El PSOE, a su vez, guiña el ojo a los republicanos lanzando globos sonda en forma de "financiación especial" para Catalunya.

No caer en la telaraña de Junts

Illa no se ha presentado nunca hasta ahora a un pleno de investidura. No lo hizo tras ganar las elecciones de 2021 porque el independentismo sumaba mayoría absoluta y tenía claro que tenía todas las de perder. Pero esta vez es distinto. No solo ha ganado con contundencia, sino que Junts, ERC y la CUP han perdido fuelle y en estos momentos él es el único candidato que tiene a su alcance obtener 68 'síes', por más que Junts insista en alimentar que Puigdemont también puede ser presidente. El PSC ya ha dejado claro que no se abstendrá bajo ningún concepto para que lo logre.

La misma noche electoral, tras un triunfo en votos y escaños nunca antes logrado por el PSC, Illa prometió que ahora sí que se presentaría a la investidura, aunque no especificó si sería el primero en intentarlo. Si una cosa tienen asumida los socialistas es que no quieren caer en la telaraña de Junts, cosa que consideran que sí que ha hecho ERC cediendo a los posconvergentes la presidencia del Parlament. Después de haber defendido que con ERC y CUP sumaban 59 votos, más que los 48 que aglutinarían el PSC y los Comuns, y con la promesa de Puigdemont de volver para la investidura, Junts ha invitado ahora a Illa a ser él quien se exponga el día 25 en el atril del Parlament. Los republicanos no esconden su malestar con ese cambio de parecer.

La presión de la fecha límite

Para los dirigentes socialistas consultados se trata de una invitación envenenada -a no ser que, contra pronóstico, cerraran un pacto rápido con ERC- que no serviría para reforzar a Illa ni para aumentar la confianza entre los ciudadanos. Hablando en plata, creen que de nada serviría una investidura fallida del líder del PSC para marcar perfil en un momento en que hay hastío ante los movimientos tácticos de los partidos. Otro escenario distinto será, eso sí, si se acerca la fecha límite del 26 de agosto sin un acuerdo con el riesgo de que el desenlace sea el de la repetición electoral. Entonces sí que llegaría el momento en que cada cual asumiera responsabilidades.

En la calle Pallars tienen asumido que el pacto es posible, aunque sea 'in extremis', pero que el camino será tortuoso porque los republicanos están en plena convulsión interna. El equipo negociador pudo constatarlo personalmente la semana pasada cuando se reunió en Ginebra con Marta Rovira horas después de que Carles Puigdemont pisara la ciudad suiza. El pronóstico que hace un miembro de la ejecutiva del PSC es que vienen semanas en que hay que asumir que "hará mucho frío" -por más que las negociaciones transcurrirán en pleno verano- y que nada "será rápido". Menos aún si entre medio se acaba produciendo el retorno del expresident exponiéndose a ser detenido y un resurgir del ánimo independentista pese a que su investidura se constate como inviable.

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