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¿Cuándo volverá Puigdemont? Los escenarios de Junts ante una investidura

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Puigdemont, en un acto de campaña en Argelers

Puigdemont, en un acto de campaña en Argelers / EPC

Carlota Camps

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"Estaré presente en el debate de investidura". Estas fueron las primeras palabras del expresident Carles Puigdemont cuando se enteró de la convocatoria anticipada de elecciones en Catalunya. Una afirmación que, a medida que fue avanzando el calendario y empezó la campaña, acabó convirtiéndose en una promesa electoral. Aseguró que regresaría a Catalunya para asistir al debate de investidura, fuera o no el candidato, e independientemente del estado de la ley de amnistía. Además, ante la posibilidad de que hubiera más de una convocatoria -hay tiempo hasta el 25 de agosto para intentarlo-, se comprometió con estar en el Parlament para la primera sesión, que se convocará para el 25 de junio.

El planteamiento que hace Junts es que Puigdemont se marchó de España tras la declaración unilateral de independencia fallida para evitar que la institución que entonces representaba, la presidencia de la Generalitat, "fuera encarcelada". Por este motivo, alegan que una vez la ley de amnistía ha sido aprobada definitivamente por el Congreso de los Diputados, debe realizarse una especie de regreso simbólico al Parlament. Este es su relato político. Pero, a partir de aquí, entran en juego múltiples derivadas.

Las elecciones del 12-M

La mañana siguiente de las elecciones catalanas, con los resultados aún en caliente, Puigdemont anunció su intención de presentarse a la investidura y aseguró que era capaz de articular "una mayoría más amplia" que la del candidato del PSC, Salvador Illa, a pesar de haber quedado segundo y de no poder ser ungido solo con la suma de los partidos independentistas.

Sus cálculos fueron que podía sumar 55 escaños con el apoyo ERC e incluso llegar a los 59 con los cuatro diputados de la CUP, además de lograr la abstención del PSC aduciendo a las negociaciones con el PSOE en Suiza que dieron pie a la investidura de Pedro Sánchez. Por contra, daba por hecho que los 42 parlamentarios de los socialistas solo podían aliarse con los 6 de los Comuns y quedarse en 48 apoyos. Unas sumas que dejaban fuera de ecuación la posibilidad de un acuerdo entre PSC, ERC y los morados que llegaría a los 68 escaños, justo el umbral que marca la mayoría absoluta de la Cámara.

Con este planteamiento encima de la mesa, se dio por hecho que Puigdemont pugnaría para ser el primero en presentarse a un debate de investidura, ya que alegaba tener más apoyos, y que su regreso se produciría el 25 de junio, diez días después de la constitución de la Cámara, tal y como marca la ley que regula la presidencia de la Generalitat. Sin embargo, en plena campaña electoral europea, el candidato de Junts, Toni Comín, empezó a levantar la liebre.

Comín amplía el abanico

"Quizá hay varias investiduras. Quizá el momento de volver no es por la primera, sino por la segunda. La o las investiduras son entre el 25 de junio y el 25 de agosto", afirmó Comín en unas declaraciones hechas en Venecia, tras ser preguntado específicamente por si el regreso de Puigdemont se produciría después de la festividad de Sant Joan. El partido, sin embargo, corrió a matizarle y afirmó que no había ningún cambio de guion, que el expresident mantenía el compromiso de regresar para la primera sesión de investidura.

Dos días después, en el acto central de Junts en Bruselas, el secretario general de Junts, Jordi Turull, quiso zanjar la polémica afirmando que junio tenía que ser "el mes del regreso de todos los exiliados". Sin embargo, fuentes del partido consultadas entonces no acaban de confirmar que la fecha fuera el 25 de junio y jugaban con una cierta ambigüedad. ¿Y si la primera investidura no era en esa fecha?

Se trata de una posibilidad que planteó por primera vez a micrófono abierto el propio Turull el martes, introduciendo un matiz nada baladí al hablar del regreso en una entrevista en TV3: "Si hay investidura, mantiene el compromiso y estará aquí". También trazó el guion del partido para los próximos días. Descartó que Puigdemont quisiera postularse como candidato a una investidura si no tenía los apoyos amarrados previamente -lo que calificó como "hacer un Feijóo"- y retó a Illa a ser el primero.

Que Illa someta a votación su candidatura coincidiendo con el regreso del expresident, y ante la posibilidad, además, de que Puigdemont pueda ser detenido al cruzar la frontera al no haberse retirado la orden por parte del Tribunal Supremo, podría ser un dardo envenenado para evitar que Illa pacte con ERC.

El "acto equivalente"

Pero que haya o no investidura, y quién sea el candidato, está en manos de Junts, ya que es el presidente del Parlament, Josep Rull, el que ahora controla los tiempos. El martes de la semana que viene iniciará la ronda de contactos con todos los grupos para explorar candidatos y valorar sus posibles apoyos, aunque fuentes parlamentarias ya dan por hecho que Rull no bloqueará ninguna candidatura.

Así, aseguran que si Illa -que aún no se ha pronunciado- o Puigdemont quieren postularse, Rull convocará un pleno de investidura para los días 25 y 26 de junio. Si los dos quieren hacerlo, pasará por delante el que "tenga más apoyos". Y si no dan el paso ni el uno ni el otro, y prefieren esperar a tener más avanzadas las negociaciones y los eventuales apoyos, convocará igualmente el pleno, pero para comunicar que no hay candidato y empezar la cuenta atrás de dos meses hasta nuevas elecciones. Lo que se conoce como un "acto equivalente" y que los letrados ya avalaron cuando el expresident Quim Torra fue inhabilitado.

Si Puigdemont cumple con su compromiso, en los dos primeros supuestos, regresará a Catalunya el 25 de junio. En este último caso, en cambio, no lo hará y esperará a que se convoque una sesión de investidura real, con candidato, que se podría realizar hasta el 25 de agosto. Esto dejaría dos meses de incertidumbre y múltiples posibles fechas para su regreso.

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