Polémica en salud

Recortes en hospitales de Catalunya: ¿por qué no hay presupuesto y qué puede hacer el Govern en funciones?

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Fachada del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona.

Fachada del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona. / Kike Rincón / Europa Press

Quim Bertomeu

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La carencia de recursos suficientes impactará negativamente este verano en el funcionamiento del sistema de salud público catalán. La Generalitat lo califica de "ajustes" y "contención" del gasto por la falta de prespuestos para este año, mientras que los sindicatos hablan directamente de "recortes", pero hay un punto en común y es la asunción de que la atención sanitaria se resentirá en el periodo estival. ¿De quién es responsabilidad? Y, sobre todo, ¿puede hacer algo el Govern en funciones?

El problema original, según el Govern, se remonta al pasado 13 de marzo cuando el Parlament tumbó el proyecto de ley de presupuestos de la Generalitat para este año. Eran unas cuentas expansivas que preveían, por ejemplo, un incremento del 3,6% de los recursos para Salut -424,1 millones de euros en total-, pero que acabaron fracasando por un solo voto de diferencia. El Govern de Pere Aragonès contaba con los votos de ERC y el PSC, pero no logró convencer a los Comuns. El partido de Jéssica Albiach puso como condición ineludible que se frenara la tramitación del complejo de ocio del Hard Rock, y el Govern alegó que no podía hacerlo sin el riesgo de cometer una ilegalidad. Los presupuestos naufragaron.

Ese naufragio tuvo varias consecuencias. La política, que Aragonès adelantó las elecciones al 12 de mayo, renunciando a acabar su mandato hasta febrero de 2025. La económica, que la Administración catalana se quedó sin un presupuesto que preveía un crecimiento de los recursos para sus departamentos. Ahora, cuando el Govern tiene que justificar el impacto en el sistema público de salud, culpa a los partidos que no dieron su apoyo las cuentas. "No tener presupuesto tiene un coste porque ahora no tenemos una bolsa de dinero para actividad complementaria", expuso el conseller de Salut en funciones, Manel Balcells.

Así, el Govern responsabiliza de la situación al supuesto egoísmo de la oposición, en especial de los Comuns y Junts, los dos partidos con los que más negoció y que acabaron optando por el 'no'. Mientras, la oposición alega que no podía apoyar unas cuentas en las que no creía. Los morados, por el citado tema del Hard Rock, y los posconvergentes, porque exigían la supresión del impuesto de sucesiones. ¿Quién tiene razón? Es difícil desempatar atendiendo al resultado de las elecciones catalanas. De los partidos favorables a las cuentas, el PSC ganó y ERC se desplomó, mientras que de los detractores, Junts creció y los Comuns bajaron. No parece que el fiasco de los presupuestos fuera un tema decisivo para los votantes.

La versión de los sindicatos

Para los sindicatos, el problema de fondo no es la falta de nuevos presupuestos. Según su versión, detrás de todo está el incremento salarial del nuevo convenio del Institut Català de Salut (ICS). Un acuerdo alcanzado el pasado noviembre, que repercutía en 55.000 trabajadores sanitarios y que requirió una inyección adicional de 320 millones de euros anuales por parte de la Conselleria de Salut. Alegan que este compromiso, ya en vigor, es lo que ha acabado por descuadrar los números. El Govern rechaza este planteamiento, pero Balcells reconoció que el aumento que preveían las cuentas hubiera permitido "cubrir el coste" del convenio y "continuar haciendo nuevas acciones".

Poco margen

La cuestión ahora es si el Govern en funciones puede hacer algo al respecto. La respuesta es que lo tiene difícil. La ley limita las atribuciones de un Ejecutivo en la rampa de salida: no puede hacer unos nuevos presupuestos, no puede presentar proyectos de ley en el Parlament y no puede dictar decretos legislativos. Lo único que puede hacer, según la normativa, es el "despacho ordinario de los asuntos públicos" y "facilitar el traspaso de funciones" al nuevo Govern.

Sí hay una rendija por la que se podría intentar algo. En caso de "necesidad extraordinaria y urgente", el Govern podría dictar "disposiciones legislativas provisionales" con el formato de un decreto ley. Este decreto podría incluir recursos extraordinarios para el ámbito de la salud. Parece fácil, pero no lo es. En primer lugar, existe el debate sobre qué legitimidad tiene para hacer algo así un Govern como el de Aragonès, que perdió claramente las elecciones y que deberá ceder el puesto a otro Ejecutivo, probablemente del PSC.

En segundo lugar, este decreto tendría que votarse en la Diputación Permanente del Parlament, y tendría difícil prosperar. Hace unos días, en ese foro parlamentario, el PSC y Junts ya tumbaron un decreto del Govern que quería regular el alquiler de temporada.

Investir a un nuevo presidente

La última vía para afrontar las carencias veraniegas en el sistema de salud sería desbloquear cuanto antes la legislatura en Catalunya invistiendo a un nuevo president y que este tratara de armar rápidamente unos presupuestos para 2024. Sin embargo, esta parece una opción remota. Todos los indicios apuntan a que las negociaciones de la investidura se jugarán al límite del calendario y que, si hay nuevo president, esté ya no tendrá tiempo de formular unas nuevas cuentas, sino que tendrá que centrarse en las de 2025.

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