La estabilidad del Ejecutivo

De Vizcaya a Bizkaia

La celebración 8 Erkoreka (izquierda) y Urkullu, ayer, en Bilbao.

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A. G.
BILBAO

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Como antes hicieron Felipe González y José María Aznar, el presidente José Luis Rodríguez Zapatero tensó ayer la tela del traje autonómico español, no por voluntad descentralizadora propia, sino por carecer de una cómoda mayoría parlamentaria en el Congreso. El pacto PSOE-PNV conllevará 20 nuevos traspasos para el País Vasco (tres este año, 17 en el 2011), diversas inversiones en Euskadi de distinto calado y, como suele ser común en este tipo de acuerdos de los nacionalismos catalán y vasco con el poder central, una guinda simbólica que, diga lo que diga el Tribunal Constitucional, subraya en cierto modo el carácter plurinacional de España. Álava, Guipúzcoa y Vizcaya, tras elsí quieroque se han dicho Zapatero e Iñigo Urkullu por teléfono, pasarán a ser antes de que acabe la legislatura Araba-Álava, Guipuzkoa y Bizkaia.

Es la única concesión simbólica del acuerdo, equivalente, por cierto, a la que supuso en su día la defunción de los topónimos Lérida y Gerona. El resto del acuerdo PSOE-PNV es, por decirlo de algún modo, muy peneuvista. Nada depapeles de Salamancani revisiones de juicios del franquismo. El PNV pide completar el mecano del autogobierno previsto en el Estatuto de Gernika con la vista puesta en su retorno al palacio de Ajuria Enea.

Antes de fin de año, el PNV quiere ver llegar al País Vasco las ya anunciadas políticas activas de empleo (solo por ellas iban los nacionalistas a apoyar los presupuestos para el 2011), las competencias en materia de políticas activas de empleo y las de formación y empleo del Instituto Social de la Marina.

A lo largo del 2011, el acuerdo prevé un goteo de hasta 17 competencias más. Son diversas. El PNV quiere descentralizar la inspección del trabajo, el fondo de garantía salarial, la gestión de los ferrocarriles, los archivo de titularidad estatal, la homologación y convalidación de los títulos extranjeros no universitarios, los servicios privados de seguridad...

Inversión pese al recorte

Todo ello, en cualquier caso, no es ni siquiera la mitad del precio del apoyo a Zapatero para el resto de la legislatura. El Gobierno vasco, gracias al acuerdo PSOE-PNV, tendrá una silla en la delegación española del Ecofin. Y gracias a ese acuerdo, también, en tiempos de restricciones presupuestarias, Euskadi se garantiza un paquete de inversiones estratégicas, en el que sobresale de un modo especial la llamada Y ferroviaria vasca.

El empujón autonómico, en resumen, es notable. Pero no absoluto. El PNV aspira aún a lograr del PSOE sueños frustrados del catalanismo, como el traspaso de los aeropuertos. Ya se verá.