Opinión | Verdiales

Inés Martín Rodrigo

Inés Martín Rodrigo

Periodista y escritora

El tormento del prójimo

Nada queremos saber de las desgracias ajenas, bastante tenemos con las propias, nos justificamos, y seguimos viviendo, de espaldas al otro, sin quererle, ni cuidarle

Fotograma de la nueva película de Pedro Almodóvar, 'La habitación de al lado'.

Fotograma de la nueva película de Pedro Almodóvar, 'La habitación de al lado'. / EPE

“Yo los días los cuento por despertares”. Eso me dijo, después de preguntarle si había dormido bien la noche anterior, alguien con quien mantengo una relación profesional y que acostumbra a ser educado, sensible a las circunstancias vitales de cada uno, tan distintas. Le advertí, nada más escucharle pronunciarla, casi interrumpiéndole, que se la robaría, era una frase preciosa y tenía que buscar cómo usarla, el momento, su lugar. Colgamos, sin que importara no haber encontrado una solución definitiva, perfecta, al problema que en ese momento nos acuciaba, y me quedé en ese limbo reflexivo al que te llevan las palabras encadenadas de forma precisa y preciosa.

Así estuve, buena parte de la jornada, mientras trabajaba, leía, escuchaba la música que me acompaña cuando camino, o en el metro, incluso comiendo seguí pensando, en eso. Hasta que el azar me sacó del atolladero. Quiso, la casualidad, que en una de las pocas veces, cada vez menos, que al cabo del día me asomo a Twitter me encontrara con un comentario de la escritora Alana S. Portero sobre la nueva película de Pedro Almodóvar, La habitación de al lado: “Tilda Swinton recitando el final de Dublineses es uno de esos momentos de cine que no olvidaré jamás. La película es tan hermosa como solo pueden serlo dos mujeres maduras, dos amigas, hablando de la vida y de la muerte”.

Me acordé, al leerla, de que el filme, que se estrenará el 18 de octubre en España, es una adaptación de la novela Cuál es tu tormento, de Sigrid Nunez, y rápidamente la rescaté del estante de la librería en el que la coloqué al terminarla, hace ahora justo tres años. La huella que los libros me han dejado puede medirse en función de las páginas que en ellos he señalado, durante su lectura, y este está repleto. Pero, al abrirlo, no fue eso lo que me sorprendió, pues, pese al tiempo transcurrido, lo recordaba, el gozo en cada hoja.

Captó mi atención el epígrafe, firmado por la filósofa Simone Weil, que Nunez eligió para comenzar a contar esa historia, triste y hermosa, sobre la enfermedad, el dolor, la vejez, la amistad y la belleza: “La plenitud del amor al prójimo estriba simplemente en ser capaz de preguntar: ‘¿Cuál es tu tormento?’”. Así es, pensé entonces, una cuestión tan sencilla, interesarse por la angustia, física o emocional, que aflige a quienes nos rodean, con los que convivimos, a diario, somos, muchas veces, la mayoría, incapaces de plantearla.

De ahí me fui a los despertares que definen las jornadas de ese colega receptivo al sentir ajeno y quise dar las gracias, a él y a todas las personas que piensan, aunque sea fugazmente, en el otro antes de exigir respuestas, medidas, acciones y hasta favores. La influencia de la religión, su larga y negra sombra, ha hecho que me resista a emplear, en mis conversaciones y en mis textos, en la vida y en la literatura, la palabra prójimo y, sobre todo, que me olvide de una de sus definiciones, la más importante: “Persona respecto de otra, consideradas bajo el concepto de la solidaridad humana”.

Esa solidaridad, prima hermana de la empatía y, también, de la sensibilidad, está en la base de la humanidad, un término abstracto, y grandilocuente, que alude a la compasión. Nada queremos saber de las desgracias ajenas, bastante tenemos con las propias, nos justificamos, y seguimos viviendo, de espaldas al prójimo, sin quererle, ni cuidarle. El amor es cuidado, como el que demuestra el personaje de la novela de Nunez que decide instalarse en la casa de una amiga, enferma terminal de cáncer, para acompañarla en sus últimos días. No hay mayor entrega, ni más desinteresada, y parte de una simple pregunta: ¿Cuál es tu tormento?