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Medidas urgentes
Carme Poveda

Carme Poveda

Directora de Análisis Económico de la Cambra de Comerç de Barcelona. Miembro del Comité Editorial de EL PERIÓDICO

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Más vivienda para no frenar el crecimiento

La fuerte concentración de la actividad económica en las grandes ciudades, la creciente movilidad internacional de los estudiantes y el 'boom' de las viviendas turísticas han disparado la demanda sin que la oferta haya crecido al mismo ritmo

Viviendas en construcción.

Viviendas en construcción. / Juan Carlos Castro

Casi todas las grandes ciudades europeas se enfrentan a una crisis de la vivienda. Los precios y los alquileres se han disparado y cada vez son más las personas que no encuentran vivienda asequible cerca de su lugar de trabajo o de estudio. La reelegida presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha anunciado que desarrollará un Plan Europeo de Vivienda Asequible para ayudar a desbloquear la inversión pública y privada necesaria. El plan ha sido bien recibido a falta de conocer los detalles y a pesar de que las competencias en vivienda las tienen los estados. Pero cualquier financiación extra o estímulo a la inversión será bienvenida.

En nuestro país también se han hecho anuncios relevantes en este sentido. Es el caso del convenio entre el ICO y el Ministerio de Economía para dar préstamos y avales por valor de 6.000 millones de euros para construir hasta 43.000 viviendas aprovechando los fondos Next Generation. En Catalunya, el ICF ha pactado un préstamo de 490 millones con el BEI para la construcción de vivienda asequible. 

Pero para que todos estos planes tengan éxito y se traduzcan en la construcción de más viviendas es importante analizar cuáles son las trabas que frenan la oferta residencial en España y poner solución. En este sentido, un reciente informe del BBVA Research apunta datos relevantes. 

La construcción de nuevas viviendas no ha mantenido el ritmo necesario para satisfacer la demanda creciente. En España, entre 2008 y 2022, las viviendas iniciadas (1,53 millones) fueron muy inferiores a los nuevos hogares creados (2,40 millones). Además, el presupuesto público destinado a vivienda se sitúa en niveles bajos pese al ascenso de los últimos años. Desde 2021 tan solo se han iniciado unas 13.000 viviendas protegidas al año frente a las 70.000 anuales en 1995 y 2010. 

Pero el problema de la vivienda no es generalizable a todo el territorio español, afecta sobre todo a las grandes ciudades y especialmente a las más turísticas, igual que en el resto de Europa. La fuerte concentración de la actividad económica en las grandes ciudades, la creciente movilidad internacional de los estudiantes y el 'boom' de las viviendas turísticas, han disparado la demanda sin que la oferta haya crecido al mismo ritmo. El resultado es un aumento sostenido en los precios de la vivienda que dificulta el acceso a la propiedad, especialmente entre los jóvenes y las familias de ingresos medios y bajos, contribuyendo a ampliar la desigualdad social. Los altos precios y alquileres también dificultan la movilidad laboral y puede convertirse en un cuello de botella para el crecimiento del empleo y para la prestación de servicios públicos básicos, como ya está sucediendo en las Baleares.  

¿A qué se debe la escasa construcción de vivienda? Los principales motivos son las restricciones normativas y de tramitación, los altos costes de construcción y la escasa disponibilidad de terrenos urbanizables. 

Para mitigar la actual crisis de la vivienda, es esencial simplificar y agilizar los procesos burocráticos relacionados con la construcción de viviendas. Esto incluye la revisión de normativas urbanísticas, la reducción de trabas administrativas y dar seguridad jurídica a los inversores. Para ello es fundamental que se apruebe la Ley del Suelo que promueve el Gobierno. También se podría reducir el coste y el tiempo de construcción gracias a métodos de construcción innovadores, como la construcción modular y el uso de materiales sostenibles. Pero, sin duda, la medida más urgente es promover suelo urbanizable en las áreas metropolitanas con la implicación de los ayuntamientos, por ejemplo, reutilizando terrenos industriales obsoletos y, a su vez, mejorando la red de transporte público. En cualquier caso, el aumento de la oferta de vivienda solo podrá producirse con la colaboración entre el sector público y privado. En juego está el crecimiento económico y el aumento de la desigualdad social. 

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