Opinión |
Negociaciones catalanas
Astrid Barrio

Astrid Barrio

Profesora de Ciencia Política de la Universitat de València. Miembro del Comité Editorial de EL PERIÓDICO

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Tres incógnitas en una semana decisiva

Combo de Salvador Illa, Pere Aragonès y Puigdemont

Combo de Salvador Illa, Pere Aragonès y Puigdemont / EPC

En los próximos días se han de desvelar tres incógnitas que marcaran el rumbo de la política catalana y que muy probablemente condicionaran también el futuro inmediato de la política española.

En primer lugar, antes de final de mes, en consonancia con el calendario impuesto por ERC, se ha de hacer público si ese partido y el PSC han llegado a un acuerdo que haga posible la investidura de Salvador Illa, y cuál es su contenido. Este gira en torno a cuatro ejes, el conflicto político, con el acuerdo de claridad en el horizonte, la defensa del catalán, las políticas progresistas y la financiación singular que está llamada ser la cuestión determinante y la que tendrá mayor impacto en la política española. No en vano el PP y VOX, como era de esperar, ya se han posicionado en contra, al tiempo que amenaza con convertirse en una fuente de disputa entre las filas socialistas habida cuenta que algunos barones territoriales ya han expresado su descontento hacia un trato particular a Catalunya y su temor a los efectos que ello puede tener en el reparto a nivel global.

Por otro lado, ERC ha de celebrar esta semana la consulta a sus bases, tal y como se comprometió, para que ratifiquen el acuerdo, y existen muchas dudadas acerca de los resultados. La convulsa situación interna de los republicanos, marcada por el retroceso electoral, por la dimisión de Oriol Junqueras y su voluntad de volver a optar al puesto de Presidente, por el anuncio de Rovira de no postularse a la reelección como secretaria general -avalada por el manifiesto ‘Reactivem l’Esquerra Nacional’ y apoyada por numerosos dirigentes y cuadros y que reivindica una renovación de ERC- y por la crisis abierta como consecuencia de la polémica de la campaña de falsa bandera que se ha saldado con la salida del partido de Ernest Maragall.

Así el posicionamiento de algunos miembros en contra del acuerdo, como los integrantes del ‘Col·lectiu Primer d’Octubre’, y a la espera de cuál sea la posición final de Junqueras, dan lugar a un cóctel de imprevisibles consecuencias. Otra cosa es que, según los estatutos de ERC las consultas sean eso, solo consultivas y que los efectos vinculantes solo se deduzcan de los referéndums, algo que podría dar un cierto margen a los dirigentes a pesar de la incongruencia.

Y por último está el retorno de Carles Puigdemont, después de que este sábado en el marco de la celebración del cuarto aniversario de Junts per Catalunya haya vuelto a reiterar el compromiso adquirido en la campaña electoral de volver a territorio catalán para la investidura. No hay ninguna certeza que ello suceda, ya que no sería la primera vez que el 'expresident' incumple su palabra, de hecho se comprometió a ir a trabajar tras la declaración de independencia en 2017 y en vez de eso huyó, y tampoco se conoce la fecha de su vuelta. La única certeza es que cuando vuelva será detenido, ya que no se le ha podido aplicar la ley de amnistía y el juez Pablo Llarena sigue reclamándolo, y que su detención sin duda será utilizada por parte de Junts para tratar de movilizar al independentismo para presionar a ERC y condicionar la investidura.

Todo ello augura un inicio de agosto sin vacaciones para la clase política y periodística, pero sí con la expectativa de que en muy pocos días todas esas dudas se habrán despejado.

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