La realidad metropolitana

El equipo de EL PERIÓDICO que sigue la información del área metropolitana, dirigido por Manuel Arenas y Txell Pauné, ha adelantado esta semana dos noticias exclusivas, como viene haciendo en los últimos dos años. La primera es que el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya ha desmontado con cuatro sentencias la arquitectura jurídica de la Zona de Bajas Emisiones. Con un caso especialmente grave que es el de l’Hospitalet, donde el alcalde David Quirós se ha estrenado con la pifia de no aprobar en tiempo y forma una nueva ordenanza, cosa que le ha obligado a devolver 2 millones de euros en multas indebidas. La segunda es que el Área Metropolitana de Barcelona (AMB) va a crear una empresa mixta para gestionar su aplicación de seguridad, un empeño del alcalde Antonio Balmón, de Cornellà, que busca dar salida a una necesidad más que evidente como es que los delitos no conocen límites municipales. Balmón sabe que la seguridad es una preocupación de los ciudadanos y en lugar de dar soluciones fáciles en campaña como hacen los populistas, trabaja para dar respuesta a esa inquietud social.

Modestamente, no es exagerado decir que EL PERIÓDICO está haciendo una labor pionera para situar en la agenda informativa y política la realidad metropolitana que viven cotidianamente los tres millones de habitantes de este territorio al que demasiadas veces solo se apela en períodos electorales y con cierta altanería desde la capitalidad de la zona alta de Barcelona o desde la Catalunya profunda. No sabemos aún si la Generalitat tendrá presidente en los próximos días, pero cuando lo tenga esta asunto debería estar en su agenda. Parafraseando a Adolfo Suárez se trata ni más de menos que elevar a la categoría de normal en las instituciones lo que es normal en la calle. Y aunque los alcaldes metropolitanos sean partidarios de la discreción, la defensa de la democracia obliga a ocuparse de esta carpeta.

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