Opinión |
Cuarto aniversario
Jordi Turull

Jordi Turull

Secretario general de Junts per Catalunya

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Junts somos más fuertes

El momento fundacional del partido fue un revulsivo para volver a unir fuerzas

El secretario general de Junts, Jordi Turull.

El secretario general de Junts, Jordi Turull. / ACN

Hace cuatro años, personas de diferentes ámbitos políticos y sociales del independentismo, decidimos fundar Junts per Catalunya. Se trataba de recoger el espíritu de Junts pel Sí, la voluntad de centralidad y de transversalidad, y traducirlo en una formación política moderna y eficaz que pudiera culminar lo que los catalanes ya decidimos en el referéndum del 1 octubre de 2017. Y también un partido que superara las divisiones ideológicas tradicionales por priorizar el interés de país, siempre en clave de progreso y justicia social, al servicio de las personas.

No era un momento fácil. En julio de 2020 los miembros del gobierno de la Generalitat continuábamos en prisión y en el exilio, la represión continuaba presente y las instituciones autonómicas intentaban recuperarse de la aplicación del artículo 155. El momento fundacional de Junts fue un revulsivo para volver a unir fuerzas. No se trataba de hacer un partido más, sino un partido nuevo, con formas de hacer más modernas y transparentes, donde la militancia tenga derecho real a participar en las decisiones más importantes del partido a través de consultas internas.

En el caso de Junts, esto no es una proclamación de buenas intenciones, sino una práctica habitual: los candidatos a la presidencia de la Generalitat, en las principales alcaldías y en el Congreso se han escogido con primarias abiertas a la militancia. Y las decisiones más importantes que ha tomado Juntos estos cuatro años, la de formar un gobierno de coalición con ERC, la decisión de salir de ella o el acuerdo de Bruselas las han tomado los afiliados votando, con índice de participación que llegan al 80%. Tenemos un partido profundamente democrático, no como declaración de principios, sino como práctica.

Quizás porque Junts nació en plena pandemia nunca nos han asustado los retos. Hemos tenido que hacer frente a la guerra sucia, a intoxicaciones mediáticas, al lawfare de las cloacas del Estado, a la persecución judicial y policial, a pactos incumplidos y campañas de difamación, a pinchazos telefónicos ya muchas otras cosas que son mejor no nombrar. Todo esto no lo hubiéramos podido resistir si no hubiéramos sido absolutamente convencidos de nuestros principios y valores.

Como partido con vocación y cultura de gobierno, demostramos que podíamos gestionar bien la Generalitat y lo hemos hecho en los ayuntamientos, donde estamos el partido con más alcaldías de Catalunya después de las municipales del pasado año. Las elecciones generales nos dieron el papel de fuerza decisiva en el Congreso de Diputados y llegamos a un acuerdo con el PSOE, el acuerdo de Bruselas del 9 de noviembre, que con ocho meses de vigencia ya se ha traducido en una amnistía, que ahora la cúpula judicial intenta boicotear pero que acabará aplicando, y que sienta las bases para crear las condiciones que permitan la resolución del conflicto político histórico. Desde Junts no pactamos con el PSOE para apuntalar la gobernabilidad de España, sino pensando en los intereses de Catalunya y sus gentes.

Las últimas elecciones al Parlament nos han otorgado la condición de primera fuerza política del independentismo y este liderazgo lo ejerceremos con modestia pero también con ambición, con el presidente Carles Puigdemont al frente. Desde su fundación, Junts ha desmentido a sus ilusos enterradores y hemos ido ganando fuerza, influencia y centralidad política. Nosotros somos el partido que hace que las cosas sucedan; el partido que hace que lo que parecía imposible sea posible; un partido que se arremanga ante los retos por muy difíciles que sean; un partido que mantiene la posición a pesar de todos los 'pressings' que puedan existir. La clave del éxito es ir juntos, porque Junts somos más fuertes.

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