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Miqui Otero

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Escritor

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X: la nueva gran novela americana

Hay obras muy libres que sintonizan con el futuro de su tiempo

La escritora Catherine Lacey, en una imagen promocional.

La escritora Catherine Lacey, en una imagen promocional. / Lauren Volo / Penguin Libros

Se oyó un disparo cuando abrí esta novela.

Disculpad el efectismo, pero verdaderamente escuché un disparo cuando, arrellanado en un sofá, me disponía a leer el libro del que os quiero hablar. El disparo salió del televisor: en el informativo, Donald Trump se llevaba la mano a la oreja, con un pequeño estuario de sangre en el moflete. El intento de magnicidio que marcará el futuro del planeta y que ha acompañado (las imágenes en bucle) mi lectura de 'Biografía de X', de Catherine Lacey (Alfaguara), que está llamada a marcar, también, una época en las novelas de Estados Unidos.   

Llegado cierto punto de su vida, el autor inglés Kingsley Amis dijo, medio en broma pero también medio en serio, que solo leería novelas cuya primera frase fuera esa: “Se oyó un disparo”. Lo que reclamaba eran historias enérgicas y problemáticas. Y 'Biografía de X' es uno de esos extraños libros que parecen escritos tanto desde el rigor literario como desde la vocación comercial, lleno de ideas lúcidas pero que se devoran de pie en la cola de embarque de un aeropuerto.

Ya ha sido bendecido como uno de los libros de la temporada. Y lo es porque ofrece muchas novelas en una. Es una novela de amor romántico (lésbico) total, un retrato sobre el desmoronamiento del matrimonio (a la manera de Rachel Cusk), una historia de vampiros, una sátira del mundo del arte, una obsesiva búsqueda en marcha como las de Cris Kraus, una ficción pop y paranoica 'à la' K. Dick, una historia sobre la identidad (los personajes saben que la obra está en ellos, como los de Pirandello en 'Seis personajes en busca de autor') en tiempos donde la identidad parece de mármol y es de mercurio, un relato posible del siglo XX, una ucronía sobre lo peor que se avecina cuando abres un libro y se oye un disparo.

Una novela sobre todo y sobre esto: una viuda reconstruye la vida esquiva y proteica de su mujer, una gran artista que se hace llamar X porque fue cambiando de personaje y de nombre mientras se relacionaba con grandes figuras como Sontag, Bowie o Emma Goldman.    

En la ficción, los estados del sur se dividieron de los del norte en 1945. Durante unas décadas, vivieron bajo una dictadura teocrática de valores ultraconservadores, con la mujer rotundamente sometida. De ahí sale X, el personaje, que huye de su pasado y que, para hacerlo, como todo fugitivo, se disfraza y rebautiza. La clave es que los fugitivos se esconden, pero ella lo hace en público: convierte esa fuga en una obra de arte.

Uno piensa en 'La conjura contra América', de Philip Roth, que planteó una historia alternativa en la que el nazismo se impone en Estados Unidos (es inevitable pensar también en 'El hombre en el castillo', de Philip K. Dick). Aquí uno lee sobre esos EEUU separados y escucha disparos en la tele a Donald Trump. Hay novelas muy libres que sintonizan con el futuro de su tiempo. Esa X que se despejará durante la trama, por ejemplo, no es la de Twitter, pero he ahí otra pista, porque sí habla de cómo somos lo que queremos proyectar y cómo nos falseamos ante el mundo al punto de no saber quién napias somos.

La búsqueda de la viuda, que intenta comprender con quién compartió almohada tanto tiempo, es magnífica y me recuerda a una película clásica: 'Laura', de Otto Preminger. Allí, el detective se enamora de un cadáver. Me explico mejor: investiga la muerte de una mujer fascinante y, a medida que entrevista a los que la conocieron, se obsesiona con ella. Se enamora de oídas, como sucedía en los romances medievales.

Aquí, sin embargo, la investigación arranca ya con un amor total. Y a medida que la viuda va descubriendo secretos de la vida de su mujer no enfoca con mayor nitidez la devoción, ni siquiera el desengaño, sino algo más complejo que tiene que ver con el autodesprecio, el desencanto y el entendimiento de una época, de casi un siglo.

Philip Roth dijo que la Gran Novela Americana no es una ballena, sino un hipogrifo. Es decir, no es Moby Dick, sino un animal mitológico, que se busca pero que no existe. Llámalo X. Aun así, si en 2024 hubiera que señalar una Gran Novela Americana sería esta. Y la gracia estriba en que es una novela que plantea que no existe América tal y como la conocemos, porque explora unos Estados Unidos desunidos. Y que la historia siempre va de cartas quemadas, personas perdidas y disparos dispersos con los que empieza todo.

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