Opinión | En clave europea

Eliseo Oliveras

La UE, seis meses bajo Orban

El primer ministro húngaro, Viktor Orbán.

El primer ministro húngaro, Viktor Orbán. / DPA

Hungría, un régimen autoritario con elecciones y definido por juristas como la primera dictadura suave de la Unión Europea (UE), desempeña durante este segundo semestre de 2024 la presidencia rotatoria del Consejo de la UE. Dado el desmantelamiento de la democracia en Hungría realizado por el primer ministro, Viktor Orban, desde abril de 2010, el Parlamento Europeo pidió en junio de 2023 que se buscara una fórmula para saltarse a Hungría en los turnos previstos de las presidencias semestrales rotatorias. Pero los estados de la UE estimaron la maniobra demasiado conflictiva y prefirieron acomodarse a la presidencia de Orban, pese a su papel de referente mundial de la ultraderecha.

El anterior presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, llamó "dictador" a Orban en un Consejo Europeo. Pero no adoptó ninguna decisión para intentar restablecer la libertad de prensa en Hungría, corregir las leyes electorales que hacen imposible la victoria de la oposición, acabar con la corrupción del régimen y recuperar la división de poderes y los controles democráticos.

Orban y su partido Fidesz aún formaban parte entonces del Partido Popular Europeo (PPE) y, por tanto, eran intocables. Fue el Parlamento Europeo quien forzó en 2018, con el voto en contra o la abstención de destacados populares, abrir un expediente contra Hungría por violación persistente y grave de los principios democráticos, que sigue abierto.

Sanciones financieras

La actual presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, retrasó hasta después de que Orban volviera a ganar las elecciones de abril de 2022 la adopción de las primeras sanciones financieras por violar los principios democráticos y por corrupción, en base a una nueva reglamentación de 2021 y gracias a que Orban había abandonado el PPE en 2021. Von der Leyen desbloqueó en diciembre de 2023 parte de los fondos europeos congelados a cambio de vagos compromisos de reforma judicial para que Orban dejara de vetar el inicio del proceso de adhesión de Ucrania a la UE, soslayando que Hungría acababa de aprobar una nueva ley autoritaria de Defensa de la Soberanía nacional para silenciar las críticas.

En el actual contexto de auge electoral ultra, conviene recordar que Orban logró en 2010 su arrolladora primera victoria electoral a causa de las políticas antisociales de recorte del gasto público impuestas por la Comisión Europea y de una implacable campaña de polarización política y ataques al Gobierno realizada por Orban y su partido.

La campaña de Fidesz, convocando manifestaciones y desprestigiando al Gobierno como "enemigo del país", se parece mucho a las campañas del PP español cuando pierde el poder. Desde esa victoria en 2010, Orban ha modificado numerosas veces la Constitución, controla el sistema judicial a través de jueces y fiscales afines, tiene a su servicio a la casi totalidad de los medios de comunicación y ha adoptado sucesivas leyes para intimidar a los críticos y asegurarse el control de su partido sobre el Estado, la sociedad civil y el sistema económico.

Viaje sorpresa a Kiev

El primer acto oficial de Orban al inicio de su presidencia europea fue un viaje sorpresa a Kiev, donde pidió al presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, un alto el fuego para negociar el fin de la guerra con Rusia. La iniciativa fue descartada por las cancillerías europeas como un gesto de Orban a favor de su amigo el presidente ruso, Vladimir Putin.

Su viaje a Moscú para entrevistarse con Putin, desató una advertencia pública del presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, para recordarle que carece de autoridad para negociar en nombre de la UE. Orban percibe mejor que sus socios la fatiga ciudadana respecto a la guerra de Ucrania. Una encuesta del proatlantista Consejo Europeo de Relaciones Exteriores reveló esta semana que la posición mayoritaria de los ciudadanos alemanes, franceses e italianos es forzar a Kiev a negociar un acuerdo de paz con Rusia. Los alemanes, franceses e italianos son además mayoritariamente contrarios al ingreso de Ucrania en la UE, detalla el sondeo.

Hungría se ha inspirado en el expresidente norteamericano Donald Trump, otro aliado de Orban, para el lema de su presidencia: “Hagamos Europa grande otra vez”. Hungría priorizará reforzar la competitividad económica europea, mejorar la defensa, definir la política de cohesión futura, reorientar de la política agraria a favor de los agricultores, intensificar la lucha contra la inmigración irregular e impulsar las negociaciones de adhesión con los países balcánicos.

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