Opinión | En clave europea

Eliseo Oliveras

Batalla por el poder en la UE

Los líderes de la UE se conjuran para cerrar un acuerdo rápido sobre el reparto de altos cargos

La presidenta de la Comisión Europea y aspirante a la reelección, Ursula von der Leyen.

La presidenta de la Comisión Europea y aspirante a la reelección, Ursula von der Leyen. / OLIVIER MATTHYS / EFE

El reparto de los cargos clave de la Unión Europea (UE) tras las elecciones al Parlamento Europeo ha desatado una compleja batalla política, donde los gobiernos, los grupos parlamentarios y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, maniobran a contrarreloj para reforzar sus posiciones. El objetivo de la cumbre de los Veintisiete del 27 y 28 de junio en Bruselas es alcanzar un compromiso sobre la presidencia de la Comisión Europea, del Consejo Europeo y del Parlamento Europeo y la jefatura de la diplomacia de la UE. El pacto requiere una mayoría cualificada en el Consejo Europeo y absoluta en el Parlamento Europeo.

Al presidente francés, el liberal Emmanuel Macron, le urge cerrar el pacto antes de que las elecciones anticipadas del 30 de junio y 7 de julio puedan suponer una nueva desautorización política masiva a su coalición gubernamental, que cuestionaría la legitimidad de sus decisiones a nivel europeo. La coalición macroniana incluso evita la imagen de Macron en los carteles electorales debido al rechazo que genera entre la población. En las elecciones europeas más del 85% de los franceses votó contra los partidos macronianos y la intención de voto a la coalición gubernamental se limita al 22%, según el último sondeo de Ifop para el diario Le Figaro y la cadena LCI.

Por el contrario, la posfascista primera ministra italiana, Georgia Meloni, considera que no hay que apresurarse. Meloni, que salió reforzada de los comicios europeos, lidera el grupo euroescéptico de extrema derecha Conservadores y Reformistas Europeos (ECR), que ha desbancado a los liberales como tercera fuerza política del Parlamento Europeo. Al grupo pertenecen también el primer ministro checo, Petr Fiala, y los nacionalistas flamencos de la NVA de Bart de Wever, ganador de las elecciones belgas y previsible nuevo primer ministro. Meloni también considera poco legítimo que el primer ministro holandés en funciones, el liberal Mark Rutte, derrotado en las elecciones de noviembre de 2023, sea quien decida sobre los puestos clave europeos, máxime cuando ya está pactado el nuevo gobierno tutelado por el ultraderechista Geert Wilders. Los liberales, para no perder más escaños, mantienen a sus socios holandeses pese a su pacto ultra, pero sufrirán otro descalabro con la anunciada salida del euroescéptico partido del ex primer ministro checo Andrej Babis (7 escaños).

Malestar de Meloni

Un principio de acuerdo sobre el reparto de cargos estuvo al alcance de la mano entre populares, socialistas y liberales en la cumbre del 17 de junio, en el que la popular Von der Leyen repetía como presidenta de la Comisión Europea, el socialista António Costa asumía la presidencia del Consejo Europeo, la popular Roberta Metsola repetía como presidenta del Parlamento Europeo durante la primera mitad de la legislatura y la primera ministra estonia, la liberal Kaja Kallas, asumía la política exterior de la UE, en sustitución de Josep Borrell. Pero el pacto quedó en el aire a causa del intento del Partido Popular Europeo de acaparar casi todo el poder y quedarse también con la presidencia del Consejo Europeo durante la mitad de los cinco años del mandato, en contra de la práctica tradicional cuando este cargo ha sido desempeñado por un popular (Herman Van Rompuy, Donald Tusk) o un liberal (Charles Michel). La marginación de Meloni y de numerosos gobiernos de las discusiones creó un resentimiento y un movimiento de fronda que podría afectar la cumbre del 27 y 28 de junio.

Los populares, liderados por el primer ministro polaco, Donald Tusk, argumentaron que con socialistas y liberales sumaban 406 escaños en el Parlamento Europeo, suficientes para ratificar los nombramientos, por lo que descartaron negociar con los Verdes o con Meloni y su grupo ECR. El ultra Ley y Justicia (PiS), principal rival de Tusk en Polonia, es el segundo miembro más importante del grupo de Meloni. Las competencias de Kallas en política exterior más allá de Ucrania y Rusia también comienzan a cuestionarse.

Von der Leyen, que en 2019 logró la aprobación del Parlamento Europeo por un margen de nueve votos, ha retrasado la publicación del informe sobre el Estado de Derecho, muy crítico con el retroceso de la libertad de prensa en Italia con el Gobierno de Meloni y en Grecia con el primer ministro popular Kyriakos Mitsotakis, para no perder votos. La Comisión Europea tenía previsto presentar el informe el 3 de julio y lo ha retrasado hasta después de la votación en el Parlamento Europeo de la continuidad de Von der Leyen.