La hora de la verdad

El nuevo parlamento europeo será más fragmentado y con una presencia enorme de fuerzas de derecha ultranacionalista. Avanza una derecha rancia con propuestas que son exactamente todo lo contrario de lo que le hace falta al continente para crecer y liderar en el mundo global, desde cerrar fronteras a negar el cambio climático.

El ejemplo más claro de este retroceso es Hungría, que entró en la Unión para modernizarse y formar parte de occidente y hoy, su líder Víctor Orban, euroescéptico, defiende a Rusia, planeó en secreto apoyar a Putin en la guerra de Ucrania, quiere desmantelar Bruselas y cerrar su país a todo el que venga de fuera. Es la punta del iceberg de las fuerzas ultranacionalistas.

Este troglodita político, que apenas hace que proponer cavernas para protegerse de los temores que él mismo expande, va a ser el presidente de turno de la UE desde el 1 de julio, y va a tener en el nuevo parlamento una claca de extrema derecha, incluyendo a los españoles de Vox, que tanto se alegran de sus triunfos en Hungría.

Catalunya vota en las elecciones europeas pendiente de si habrá una repetición de las catalanas

Vienen tiempos duros, pero Europa es mucho más fuerte que esta oleada conservadora y regresiva. Y hay perspectivas en el horizonte. Basta mirar lo que ha ocurrido en India hace solo unos días. La democracia más grande del mundo le ha dicho a su presidente Modi, que ha controlado los medios y perseguido a la oposición, que ese no es el camino, y que, si quiere seguir gobernando ahora tendrá que pactar.

Un buen ejemplo para ver que los movimientos más radicales se pueden combatir. Una señal a la Europa que viene. Aunque en campaña nos hayan robado los argumentos sobre la importancia de las elecciones, todo para conseguir una abstención elevada que promueva el ascenso de los más radicales, ahora llega la hora de la verdad.

Necesitamos que la UE lidere en defensa, en tecnología, en clima, en salud y en un pacto de inmigración. Nada de esto puede hacerlo cada uno de los estados por sí solo. Es la hora de demostrar donde está el futuro y Europa no puede pararse, a pesar de sus fuerzas regresivas.

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