Opinión |
ASUNTOS PROPIOS
Núria Navarro

Núria Navarro

Periodista

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Carmen Romero, cómica y 'podcaster': "El humor es mi herramienta para quitar presión al sufrimiento"

El suicidio de Miguel la arrastró a la "oscuridad". Lo cuenta en 'Esto no está pasando'

Los suicidios se multiplican por 2,5 desde los años ochenta

"Se ha medicalizado el sufrimiento"

Carmen Romero

Carmen Romero / FERRAN NADEU

Su hermano Miguel –militar, 26 años, sin antecedentes clínicos– sufrió un brote psicótico en 2016. Pasó tres semanas en un hospital psiquiátrico y salió sin diagnóstico ni medicación. Ya en casa, a los 20 minutos del visionado de 'El Padrino', junto a ella, prefirió acostarse. Pasado el tiempo, a ella le extrañó ver luz debajo de la puerta. Abrió, la ventana estaba abierta y él no estaba. Carmen Romero, coautora del pódcast de humor 'Odio a la gente', lo cuenta a bocajarro en 'Esto no está pasando' (Planeta).

¿Nada le alertó de que algo no iba bien?

Él estaba tranquilo. De hecho, esa tarde quería salir a correr y le dije: "Oye, descansa, sal mañana". Pensé que, después del brote, podía ir despistado y atropellarle un coche, pero jamás se me pasó por la cabeza que se fuese a quitar la vida. Habíamos hablado de eso y me dijo: "Nunca haría eso". 

El momento de mirar la calle, 13 pisos abajo, es inimaginable.

Mi hermana, María, empezó a llorar, y no dejó de llorar en días. A mí me resultó imposible durante meses. Disocié, tuve episodios de despersonalización. Hace unos meses aún tuve que ir a psicoterapia con EMDR [Eye Movement Desensitization and Reprocessing] porque seguía sin procesar ese momento de mirar por la ventana.

"Era como si la ventana también me atrajera a mí. Lo único que me salvó fue pensar: 'No puedo hacerle esto a mi madre y a mi hermana'"

También usted sintió su poderosa llamada.

Me sumí en la oscuridad. En la soledad absoluta. En el vacío más vacío. Y era como si la ventana también me atrajera. Lo único que me salvó fue pensar: "No puedo hacerle esto a mi madre y a mi hermana". De no ser por ellas, probablemente no estaría aquí. Lo digo claramente.

¿Cómo lo ha vivido su madre?

Está siempre ahí, para todo. Ha tenido una vida muy complicada, con tres hijos que ha tenido que criar casi sola porque mi padre no ejercía de padre para nada. Pensé incluir ese tema en el libro, porque explicaría algunas cosas de mí y de Miguel, pero iba a desviar la atención. Después de mucha terapia, creo que le he perdonado. Que no haya sido capaz de ser padre no significa que no le duela la muerte de su hijo.

"Cuando el médico que le dio el alta se enteró de lo de Miguel, nos llamó corriendo. Ya no quisimos hablar"

¿Cómo es posible que a su hermano le dieran el alta, sin diagnóstico?

Le habían suministrado antidepresivos un día o dos y se los quitaron, cuando es una medicación que tarda semanas en hacer efecto. Quisimos hablar con el médico que la firmó, pero dijeron que no estaba. Se negó a hablar con nosotras. Y todo porque la póliza cubría cuatro semanas de ingreso al año y ya llevaba tres. El día que le dieron el alta consiguió dormir mucho, pero al siguiente le volvió el brote otra vez.

¿Alguien les ha dado una explicación en estos años?

Cuando el médico que le dio el alta se enteró de lo de Miguel, nos llamó corriendo, pero ya no quisimos hablar. Si le hubiera visto, le hubiera pegado. ¡La negligencia fue tan grande! Denunciamos al seguro privado y al médico, pero el juez dijo que habíamos aceptado el alta. ¡Yo no firmé nada! ¿Qué sabe uno cuando está en una circunstancia límite?

"Él oía voces que le decían que nos hiciera daño y creo que fue un escapar de las voces"

¿Sobrevive alguna idea consoladora?

He llegado a la conclusión de que Miguel no sabía lo que hacía. Estuve investigando y la tasa de suicidios no planeados entre los que sufren brotes psicóticos es muy alta. Él oía voces que le decían que nos hiciera daño y creo que fue un escapar de las voces.

Luego, asaltan los "y si hubiera...".

Después de un tránsito horrible, tu cerebro acaba admitiendo que no estaba en tu mano hacer nada. Su suicidio me ha cambiado por completo la perspectiva. Si en un minuto puede que no estés aquí, ¿qué sentido tiene apegarse a lo material, sufrir por tonterías o estar estresado? 

A veces el 'malestar' pasa por 'trastorno'. ¿Se banaliza la salud mental?

Creo que es por falta de conocimiento, porque si has estado deprimida de verdad, no vuelves a decir nunca "estoy deprimida" si no lo estás. Hay que preguntarse: "¿De verdad tengo síntomas de depresión, o tengo un mal día?". En todo caso, hay que hablar de salud mental, hay que hablar del suicidio abiertamente.

Y pensar que se dedica usted al humor...

Al principio fue una respuesta de mi cerebro: "No, yo no me puedo hacer cargo de esto. Voy a hacer chistes porque esto es irreal". Era un método del pobre cerebro para sobrevivir. Con el tiempo, el humor es una herramienta para quitar presión al dolor.

"El humor es una herramienta para quitar presión al sufrimiento"

¿Cómo era antes de aquel 16 de junio?

Estaba un poco amargada. Siempre fui la gorda de la clase. Lo de mi padre me ha dejado muchas heridas. Estudié Periodismo con la idea de ser cronista de tenis, pero los trabajos de becaria en varios sitios no me llenaban y veía que mis amigos iban progresando. Lo de Miguel me ha enseñado que esperar es muy importante.

Suscríbete para seguir leyendo