Institución musical

Étienne Daho, leyenda del pop francés, dispara a las estrellas (y acierta) en su gira de retorno

El cantante francés, figura de culto e ídolo de multitudes en su país, ofreció un imponente concierto en Les Arènes, de Nimes, en el que presentó su último álbum, ‘Tirer la nuit sur les étoiles’, y recorrió sus cuatro décadas de carrera

El cantante francés Etienne Daho, en un concierto celebrado en el festival Francofolies de La Rochelle, el pasado 10 de julio

El cantante francés Etienne Daho, en un concierto celebrado en el festival Francofolies de La Rochelle, el pasado 10 de julio / THIBAUD MORITZ / AFP

Jordi Bianciotto

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Cazadora negra y gesto teatral elegante (sin afectaciones), dandi con vestigios del punk que un día fue, romántico atraído por la oscuridad, Étienne Daho pasea este verano por los escenarios franceses como icono nacional, tal vez el cantante y compositor más determinante surgido en el país hexagonal en los últimos 40 años. Su ‘Daho show’, que arrancó el pasado otoño y es su primera gira desde 2019, depara escenas de culto y apasionamiento, con ecos de la ‘dahomanía’ de otros tiempos y fogonazos de vitalidad creativa a lomos de ese excelente último álbum llamado ‘Tirer la nuit sur les étoiles’.

¿Disparar en la noche al cielo estrellado? Una imagen disparatada, “demente”, ha dicho Daho, fascinado por ella, que corresponde a un episodio figura que real, cuando Frank Sinatra y Ava Gardner, hartos del ruido que generaba su relación, huyeron al desierto de Nevada y cierta madrugada se entretuvieron con el revólver. En la canción, Vanessa Paradis y Daho se conjuran en sus “folies ordinaires”, locuras normales y corrientes, pretenden hacernos creer. “La nuit nous appartient” (“la noche nos pertenece”), aullaron ambos, enloquecidos (ella, en las pantallas de video), en una de las escenas de alto voltaje del concierto de este viernes en Nimes, en el imponente anfiteatro romano (siglo I), de Les Arènes, ante unas 10.000 personas.

Los dominios de la noche

Un programa que venía a ser una especie de doble cartel, con Patti Smith recordándonos antes la bestia de escenario que sigue siendo a los 77. Como días atrás en Les Nits de Barcelona, sesión de la que Rafael Tapounet dio detalle en este diario. Que la insigne poeta proto-punk fuera (casi) una telonera de Étienne Daho nos da una idea del calibre de este cantante y compositor en su país. También ella cantó, en ‘Because the night’, que la noche es suya y de los arrebatados: “the night belongs to lovers, belongs to us”.

Y salió Étienne Daho sobre un fondo con su nombre escrito con bombillas de cabaret a lo Elvis, brindando el pórtico de ‘L’invitation’ y adentrándose en las ochenteras ‘Le grand sommeil’ y ‘Sortir ce soir’. El synth-pop original mutó hacia un sonido más musculoso pero también más refinado, sacando partido del contraste de un quinteto eléctrico y un cuarteto de cuerda. Electro-pop de cámara, bello, arrollador y ‘dark’ en ‘Virus X’, del último álbum, y principescos violines en ‘Duel au soleil’, la canción que Luz convirtió en ‘Un nuevo día brillará’. Como buen francés, citó a las glorias nacionales (una Piaf ‘clubber’ en ‘Mon manège à moi’) y confesó su deuda eterna con “Françoise Hardy y Jacques Dutronc, Jane Birkin y Serge Gainsbourg” (de este retomó su ‘Comme un boomerang’).

Conexión con Saint Etienne

En los muchos clásicos propios que citó se sumó a su voz grave el canto colectivo: ‘Saudade’, ‘Blue comme toi’, ‘Tombé pour la France’… Tramas house con artes de exquisito melodista, palpitación ‘enrockecida’ y la delicadísima ‘Le premier jour (du reste de ta vie)’, cuya música compuso para él Sarah Cracknell, de Saint Etienne. Grupo este cuyo ‘He’s on the phone’ se basó en un ‘tube’ primerizo de Daho, ‘Week-end à Rome’, que agitó el tramo final en Nimes camino de ‘Ouverture’, tema que habla de enamoramientos, extensible a la relación del artista con su público.

Triunfo entre multitudes para un artista que en Francia es una estrella y una institución y que es plato de minorías en cualquier país vecino que no sea francófono. Cuánto trabajo hay por hacer para acercar un poco más las culturas de esta Europa nuestra.

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