La cita musical del Fòrum

PJ Harvey, mística y furia en el clímax del Primavera Sound

La cantante británica ofreció un electrizante concierto en el que viajó del último álbum, ‘I inside the old year dying’, a sus clásicos de los años 90, en una jornada final del festival castigada por la lluvia en la que se anotaron actuaciones destacadas artistas como Mitski y Royel Otis

Concierto de PJ Harvey en el Primavera Sound

Concierto de PJ Harvey en el Primavera Sound / FERRAN SENDRA

Jordi Bianciotto

Jordi Bianciotto

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Hay cabezas de cartel que vienen y van, y sensaciones de la temporada, pero este sábado tocaba levantar el dedo para recordar que, oigan, PJ Harvey no es una más del carrusel, que aquí hay una trayectoria larga y de peso, un legado influyente y una evolución de madurez muy alejada del acomodo. Cada una de sus visitas (desde aquel debut en Zeleste 2, allá por 1995) es un acontecimiento, y su regreso al Primavera, tras siete años sin verla por aquí, marcó diferencias, una vez más, con un guion en el que fundió piezas de distintas etapas con las citas a su sombrío último álbum, ‘I inside the old year dying’, lanzado el pasado verano.

Concierto sobre el que había un plus de expectativas, ya que era el primero de su gira europea de festivales. Harvey ofreció en otoño un ‘tour’ que nos dejó de lado y en el que recorría el nuevo álbum entero y retrocedía luego en un segundo ‘set’. Programa que este viernes quedó comprimido, aunque manteniendo el espíritu en un pase de hora y media.

Concierto de PJ Harvey en el Parc del Fòrum en la última jornada del Primavera Sound 2024

Concierto de PJ Harvey en el Parc del Fòrum en la última jornada del Primavera Sound 2024 / FERRAN SENDRA "

Electricidad y cítara

Polly Jean Harvey trajo la lluvia justo cuando salió a escena para entonar, con ropas largas de sacerdotisa, ‘Prayer at the gate’, plegaria por un niño fallecido con vistas a la resurrección. Centró primero la atención en el repertorio nuevo, cinco canciones, con sus referencias espirituales y la memoria de su Dorset natal, incluyendo ese registro lingüístico ancestral poco comprensible para los propios anglohablantes. Junto a ella, cuatro músicos, uno de ellos John Parish. En medio de ese material, una cuña con tres temas del convulso ‘Let England shake’ (2011), con sus trompetas de asalto (pregrabadas) y una Harvey aferrada a la cítara.

A partir de la novena canción, ‘Send his love to me’ (del referencial álbum ‘To bring you my love’, 1995), adaptada con un toque de violín, el repertorio pretérito tomó el poder. Sacudidas electrizantes a base de ‘50ft queenie’ (del disco que produjo el añorado Steve Albini, ‘Rid of me’, 1993) y la todavía más lejana ‘Dress’. PJ Harvey, con su mística y su furia, dando las gracias una y otra vez al público por seguir ahí pese a esa lluvia bastante molesta, y despidiéndose con sendos clásicos: ‘Down by the river’ y ‘To bring you my love’.

La lluvia cayendo con fuerza el sábado en el Primavera Sound durante el concierto de Liberato

La lluvia cayendo con fuerza el sábado en el Primavera Sound durante el concierto de Liberato / Manu Mitru

Un toque de country

Las precipitaciones tampoco se apiadaron luego de Mitski, aunque esta se lo tomó con buen humor. “¿Qué tal mis amores? La lluvia es sexy”, aseguró en español esta neoyorkina nacida en Tokio, de cotización creciente como cancionista pop, y que, en su último disco, el hiperrealista ‘The land is inhospitable and so we are’, coquetea con ciertos aromas country (ojo, antes que Beyoncé). Hacia ahí fue el arranque de su actuación, con temas como ‘Buffalo replaced’, antes de acudir a trofeos previos como ‘First love / Late spring’.

La jornada se había encauzado, horas antes, con otras propuestas destacables, como la de Royel Otis, pareja de australianos encariñada con la tonada pop y los modos vivaces, sin miedo a que los tachen de ingenuos y tontorrones. Ecos del jangle-pop, pero también un robusto bajo pospunk, equilibrando, y canciones (de su primer álbum, ‘Pratts & pain’) que Otis Pavlovic ofició vistiendo una camiseta del Barça. Las más celebradas fueron ‘Oysters in my pockets’ y una afortunada cita ajena, ‘Murder on the dancefloor’, el hito discotequero de Sophie Ellis-Bextor, últimamente reanimado a través de la película ‘Saltburn’.

Hay que hablar de la heterodoxa 070 Shake, cantante de New Jersey decantada por el roce del hip-hop con los ‘tempos’ electrónicos recogidos, con un canto sufrido y subidones dignos del techno-trance. Temas como ‘Black dress’ y ‘Danielle’, que presentó combinando inglés y español (Danielle Balbuena tiene ancestros dominicanos). Y en el Auditori, el folk ‘avantgarde’ a cámara lentísima del grupo irlandés Lankum con su elogiado último álbum, ‘False Lankum’, levantando su severo temario acústico-electrónico con la compañía de una bandera palestina (como Lisabö poco después), una nota política que no ha sido habitual estos días en el Fòrum.

Suscríbete para seguir leyendo