Catalunya cierra un año pluviométrico seco y deficitario, pero mejor que el anterior

Catalunya ha cerrado, por cuarto año consecutivo, un año pluviométrico seco, pero mejor que el anterior. El último balance del Servei Metereològic de Catalunya (Meteocat),que abarca el período comprendido entre el 1 de septiembre de 2023 y el 31 de agosto de 2024, refleja que las precipitaciones anuales han sido "deficitarias en la mayor parte del país, pero no tanto como el año pasado", según un comunicado del organismo. El último año pluviométrico se sitúa entre los 10 más secos, pero a diferencia del año precedente, en ninguna parte ha sido el más seco de las series de datos históricos disponibles. El sur de Catalunya y el Alt Empordà han sido las más afectadas por la falta de lluvias. Además, el invierno 2023-2024 se sitúa entre los cinco con menos nieve de todas las series disponibles

 

Un 80% de la superficie de Catalunya ha recogido totales de precipitación durante el año pluviométrico 2023-2024 inferiores al 90% respecto a la precipitación media climática de referencia. "Y, por tanto, en general hay que hablar de un año pluviométrico seco", apunta el Meteocat en su comunicado.

La menor medida de lluvias corresponde al pantano de Riba-roja (Ribera d'Ebre) y la mayor, a Espot (Pallars Sobirà)

Cabe recordar que el año 2022-2023 fue récord por seco. En zonas como el Garraf, Penedès, Baix Llobregat y Barcelonès no se recogió ni un 40% del valor climático de referencia. Este año que acaba de cerrar, la mayoría de estaciones han recogido más precipitación que el año anterior y en ninguna parte se han quedado por debajo del 50% respecto a la media climática del periodo 1991-2020.

Menores y mayores medidas

La precipitación del año pluviométrico 2023-2024, medida en las estaciones que gestiona el Meteocat, presenta un rango de los valores que va desde unos 230 milímetros (mm) hasta poco más de 1.800 mm. La menor medida corresponde al pantano de Riba-roja, en la Ribera d'Ebre, y la mayor, a Espot, en el Pallars Sobirà.

Las precipitaciones más bajas, inferiores a los 400 mm, se han recogido en la mitad oeste de la depresión Central y también en áreas del litoral y prelitoral de la mitad sur, superficie que abarca casi un tercio del total de Catalunya.

Los valores de la precipitación superan los 400 mm y alcanzan los 700 mm casi en un 50% de Catalunya, y solo las comarcas del Pirineo y Prepirineo superan este umbral, con la excepción al sur de la zona del Port, en el Baix Ebre, que ha recogido unos 800 mm. Un único emplazamiento ha superado los 1.000 mm: el Pont de Suert (en la Alt Ribagorça), aparte de las estaciones situadas en la alta montaña.

Según el Meteocat, son "pequeñas y dispersas" las zonas donde la precipitación supone solo del 50% al 70% del valor normal. Los déficits mayores han quedado localizados en pequeñas áreas del Baix Camp, en el litoral ampurdanés, la Terra Alta, la Ribera d'Ebre y en el Priorat. En estas zonas no se alcanza ni el 60% respecto a la media de referencia del período 1991-2020.

Las otras zonas que quedan por debajo del 70% respecto al valor de referencia son áreas pequeñas del litoral y del prelitoral situadas en el Vallès, Maresme, Alt Penedès y Garraf, y también interiores, en Anoia y Conca de Barberà, Les Garrigues, y algunos otros puntos aislados.

"Normalidad pluviométrica y superávit"

"Ahora bien -precisa el comunicado del Meteocat-, también puede hablarse de normalidad pluviométrica y de superávit". Así, ha caído la precipitación considerada como la normal en una estrecha franja en el oeste del Segrià y de la Noguera, en el Pirineo y parte del Prepirineo occidental, así como en áreas del Berguedà, Osona y Ripollès, y el año pluviométrico 2023-2024 se puede considerar lluvioso en zonas de la Ribagorça y de los Pallars.

Las estaciones situadas en la alta montaña son las que registran siempre los máximos de precipitación anual en Catalunya, pero estos valores han quedado este año ligeramente por debajo de los valores climáticos de referencia en algunos puntos del Pirineo.

Otoño y primavera

En un país en el que otoño y primavera son las estaciones del año que deberían recoger mayor precipitación en gran parte de territorio, "pesa mucho en el balance final el déficit de precipitación del pasado otoño, bastante generalizado si se exceptúa el área del extremo sur del país, y muy acentuado en áreas de la Catalunya Central y del noreste".

Además, el invierno pasado también presentó un déficit de lluvias, particularmente "grave" en áreas del cuadrante noreste y del prelitoral Central y, en cambio, fue lluvioso en el Segrià, extremo occidental de la Noguera y muy puntualmente en el Pirineo occidental.

La primavera solo sumó lluvias por el balance final en las áreas de gran parte de la mitad norte de Catalunya, donde fue muy lluviosa, mientras que las restó en zonas del tercio sur, ya que algunos sectores no alcanzaron ni el 50% de la media de referencia. Este verano ha tenido muchos contrastes, pero debería haber sido la estación del año que recoge mayor precipitación en gran parte del Pirineo y Prepirineo y, en cambio, ha presentado un déficit bastante marcado en el sector occidental.

Poca nieve

El año pluviométrico 2023-2024 tampoco ha presentado muchos episodios de nieve y el cómputo final del grosor de manto nivoso resulta ser inferior a las medias calculadas en cada sector, en general de los más bajos medidos en todo el Pirineo, aunque todavía fueron más escasos el pasado año en algunos puntos.

Algunos episodios de nieve en primavera han salvado el balance, ya que el invierno 2023-2024 fue realmente muy poco nivoso, de los cinco inviernos menos nivosos en las series disponibles.

Los episodios de precipitación de la primavera más destacados que alargaron la temporada de nieve en el Pirineo se dieron en marzo (días 2 y 3, 8 y 9 y del 25 al 31), en abril (del 26 al 30 ), y también en mayo (del 5 al 8 y del 12 al 20).