Noah Lyles, 'piano piano' en la noche de Keely Hodgkinson

Menos de 24 horas después de erigirse en el nuevo rey de la velocidad con su victoria en 100 metros, Noah Lyles regresaba al Stade de France para disputar la primera ronda de 200 en una nueva jornada con lleno total en el Stade de France con una sensacional Keely Hodgkinson, Valarie Allman y Beatrice Chebet como campeonas junto al gran Armand Duplantis.

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Fue prácticamente un entrenamiento intenso para el tricampeón mundial en una ronda sencilla para él con tres billetes por carrera. Tan solo apretó en la salida de la curva para dejarse ir e imponerse con 20.19. Hizo lo justo. Sí brillaron sus compatriotas Kenneth Bednarek (19.97) y Erriyon Knighton (19.99), el botswano Letsile Tebogo entrando casi al trote (20.10) y el potente liberiano Fainbulleh, quien podría ser el campeón si la prueba durase 50 metros más (20.20).

Tres días después de su espectacular oro en el hectómetro, la santaluciense Julien Alfred buscaba el pase a la final de 200 metros en las semifinales y ofreció una gran impresión llena de potencia en la recta final para acabar con 21.98, a solo 12 centésimas de su marca del año.

De todas formas, la caribeña no es la favorita en el doble hectómetro y la estadounidense Gabby Thomas se lo demostró precisamente con 21.86. No parecen rivales para ambas la nigeriana Ofili (22.05), la estadounidense Britanny Brown (21.12) ni las británicas Neita (22.24) y Asher-Smith (22.31).

Los oros del día

Velocistas aparte y con 'Mondo' a otro nivel, la gran estrella terrenal de la jornada fue Keely Hodgkinson. Con 22 años, la subcampeona olímpica, dos veces plata mundial y dos veces campeona europea ha sabido asumir a la perfección y con una madurez impropia la presión de saberse favorita desde que la ya excampeona Athing Mu sufrió una caída en los Trials que la descabalgó de París 2024.

La de Wigan maniobró como una veterana en una carrera a un paso medio por el 400 para estos niveles (58.40) y, fiel a su estilo, tomó la cabeza en la primera vuelta para ir aumentando el ritmo a imagen y semejanza de lo que suele hacer el noruego Jakob Ingebrigtsen.

Con un talento descomunal, Hodgkinson ya se sabía campeona a la salida de la última curva y no vaciló para lograr el mayor éxito de su aún corta carrera con 1:56.72, por delante de la etíope Duguma (1:57.15) y de la keniana Mary Moraa (1:57.42), quien pagó con una posición los cambios de la insular. ¡Qué pena que esa caída haya privado a todos de su duelo con Mu!

También maravilló Beatrice Chebet en una final de 5.000 metros a la que no logró acceder la española Marta García, bronce en los Europeos de Roma. La tetracampeona mundial de cross se colgó su primer oro universal en la pista tras ser plata en Eugene en 2022 y bronce el año pasado en Budapest.

Con la neerlandesa Sifan Hassan (inscrita también en 1.500, en 10.000 y en la maratón), la rapidísima etíope Gudaf Tsegay y su compatriota Taye y la bicampeona olímpica keniana Faith Kipyegon (en 1.500) como grandes rivales, la final fue apasionante con las europeas Battocletti y Grovdal como animadoras al paso por el tercer mil (9:00.03).

Ahí empezó Kipyegon a acelerar el ritmo y a romper el grupo con Chebet a su espalda y con Hassan progresando al penúltimo paso por meta. La 'recordwoman' de la distancia aguantó a su compatriota hasta la recta final, donde reinó Chebet con 14:28.56 por delante de una Kipyegon que fue descalificada por soltar el codo varias veces. Por tanto, plata de enorme mérito para Hassan (14:30.61) y... ¿qué decir del bronce de Battocletti con récord nacional, 14:31.64?

Menos emoción hubo en la final femenina de disco pese al nulo inicial de Valarie Allman. La estadounidense revalidó el oro olímpico de Tokio y se sacó la espinita de su derrota en el pasado Mundial con un mejor lanzamiento de 69,50, seguida con 67,51 por la china Bin Feng y con la misma marca por una señora de los lanzamientos como la serbia Sandra Elkasevic (Petrovic de soltera).