Transporte público

"Tardo media hora más que antes": así es el día a día de los afectados por el corte de la L5 de metro

Unos 70.000 vecinos de Barcelona, L'Hospitalet y el Baix Llobregat se dividen entre la L1 del suburbano, Rodalies, el tranvía y los buses alternativos ante el cerrojazo de la línea azul

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Usuarios del bus alternativo por el corte de la L5 caminan desde la parada de Collblanc para subir en uno de los vehículos.

Usuarios del bus alternativo por el corte de la L5 caminan desde la parada de Collblanc para subir en uno de los vehículos. / Elisenda Pons

Àlex Rebollo
Gerardo Santos
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Unas 72.000 personas se han quedado desprovistas del servicio de la línea L5 de metro este verano. Son las que, según los datos de Transports Metropolitans de Barcelona (TMB), viajan diariamente por el tramo que va desde una de las puntas de la línea, Cornellà Centre, hasta Collblanc, en la frontera entre L'Hospitalet de Llobregat y Barcelona. Restan sin servicio, hasta el 1 de septiembre, siete paradas (Cornellà Centre, Gavarra y Sant Ildefons en Cornellà; Can Boixeres, Pubilla Cases y Ernest Lluch en L'Hospitalet; y Can Vidalet, en el término municipal de Esplugues). En total, una pérdida de 26.000 validaciones diarias en la L5, según los datos facilitados por TMB.

La L5 registra cada año unos 100 millones de validaciones, algo menos que la L1 y un poco por encima de la L3. El tramo cerrado da servicio a los barrios de Collblanc y Pubilla Cases, donde tiene parada, pero también a los de Florida y Torrassa. Estos cuatro barrios hospitalenses forman los dos kilómetros cuadrados más densamente poblados de Europa.

Hay obras. El resultado será la reducción de las vibraciones y el allanado del terreno para albergar más circulaciones. Así, cuando la L5 vuelva a estar completamente operativa el 2 de septiembre, se arañarán 15 segundos a la frecuencia de paso, que será de 2 minutos y 15 segundos. Hasta entonces, dos servicios de bus alternativos (que reciben la efímera denominación de M5A y M5B) cubren el trayecto que más de 70.000 personas harían, en condiciones normales, en metro.

Sara Terrats, de 43 años, explica que ella es una de las personas que cada día hace uso de la L5 para ir a trabajar al Baix Llobregat. A pocos días de iniciar sus vacaciones, señala que el corte le supone unos diez minutos adicionales de viaje en cada trayecto. En su caso, va desde Congrés hasta Esplugues, por lo que usa el bus lanzadera para desplazarse hasta la segunda parada del recorrido en dirección Cornellà, Ernest Lluch, desde donde camina hasta al tranvía para terminar su viaje. “Hay veces que desde Esplugues vuelvo directamente caminando porque tardo más con el autobús”, afirma.

Sara Terrats, usuaria del bus alternativo a la L5 del metro por el corte entre Cornellà y Barcelona.

Sara Terrats, usuaria del bus alternativo a la L5 del metro por el corte entre Cornellà y Barcelona. / Elisenda Pons

El primer día de corte, el 25 de junio, hubo aglomeraciones en las horas punta en estaciones como la de Collblanc. Muchos no tenían idea ni del corte del metro ni del bus alternativo, pese a que TMB dispuso días antes informadores y carteles con todas las alternativas de transporte en las estaciones que quedarían sin servicio.

Aglomeraciones en Collblanc, en el primer día de servicio del bus alternativo que cubre el tramo de la L5 cortado por obras

Aglomeraciones en Collblanc, en el primer día de servicio (25 de junio) del bus alternativo que cubre el tramo de la L5 cortado por obras / ZOWY VOETEN

Con el paso de las semanas, los usuarios han tomado conciencia del corte. También ha ayudado que Google Maps incluyese en sus resultados de búsquedas, al cabo de unos días, las dos líneas de bus alternativo.

Steven Puerta (34 años) también indica que, habitualmente, viaja en la L5 hasta Cornellà para, desde allí, enlazar con el tranvía dirección a Sant Joan Despí, donde trabaja. Considera que ha habido cierta mejora desde que el servicio arrancó, cuando era "un caos". De hecho, a medida que se acercan las 9:00 horas, los autobuses que parten hacia Cornellà salen de Collblanc incluso con parte de sus asientos vacíos. "Veo que salen más buses en menos tiempo, pero aun así tardo media hora más en llegar de lo que tardaba antes", dice Steven.

Steven Puerta, usuario del bus alternativo a la L5 del metro por el corte entre Cornellà y Barcelona.

Steven Puerta, usuario del bus alternativo a la L5 del metro por el corte entre Cornellà y Barcelona. / Elisenda Pons

Más tiempo hasta llegar al trabajo o a casa

El bus alternativo es más lento que el metro. Bajo tierra no hay pasos de cebra, ni atascos. El trayecto Collblanc-Cornellà de suburbano se puede hacer en poco más de 15 minutos. Pero el recorrido en bus alternativo se estira hasta los 50 minutos, aunque ya en agosto y fuera de la hora punta, es posible realizar el trayecto completo en poco más de media hora.

"Es una evidencia que, a pesar de que intentamos minimizar el corte respetando frecuencias de paso y velocidades similares a las de metro, el tráfico y las incidencias en vía pública no permiten disfrutar siempre de un servicio equiparable en velocidad al del propio metro", admiten fuentes de TMB. Aun el engorro evidente que supone el corte de metro para los usuarios asiduos, el ente de transporte asegura no haber recibido "ninguna queja directa sobre el funcionamiento" de los buses alternativos.

Los vehículos, siempre según TMB, están yendo a un 80% de su capacidad de ocupación en horas punta, excepto en algún momento puntual. "No se están observando grandes retrasos ni se han recogido quejas en este aspecto más allá de algunas aglomeraciones en hora punta en el servicio de salida desde la zona de Collblanc".

Evi Ruiz, usuaria del bus alternativo a la L5 del metro por el corte entre Cornellà y Barcelona.

Evi Ruiz, usuaria del bus alternativo a la L5 del metro por el corte entre Cornellà y Barcelona. / Elisenda Pons

Conductores de autobús y usuarios consultados por este diario discrepan de esa visión y apuntan que, prácticamente a diario, hay momentos en los que las aglomeraciones todavía se producen. Por ejemplo, en los autobuses rumbo Barcelona después de parar en Pubilla Cases, o en los vehículos que transportan hasta Cornellà a los vecinos que terminan de trabajar en Barcelona cuando avanza la tarde.

Testigo de ello es Manuel Huaytalla (44), quien remarca que en ocasiones hay "demasiada gente", dado que los buses que salen de Collblanc hacia las 20:00 horas esperan a que se llenen para salir. Así, afirma que algún día ha hecho uso de la Renfe como transporte alternativo, pero que, para él, no ha supuesto una alternativa eficaz debido a los tiempos de espera que el tren implica. En la misma línea se expresa Evi Ruiz, de 25 años, quien dice que desde que empezó el corte, en muchas ocasiones, se ha mantenido la sensación de "lata de sardinas" al entrar al bus.

Alternativas

Muchos afectados por el corte han desistido del bus alternativo. Es el caso de Erica Suenaga: "Tomé el bus una vez y prefiero evitarlo". Es un trayecto que hace asiduamente, desde Cornellà, para ir a trabajar. Su alternativa al bus lanzadera son los FGC, en la parada de Cornellà Riera, a unos diez minutos a pie de la del metro.

De hecho, que los usuarios busquen otras opciones más allá del bus lanzadera es lo que pretende también TMB. El servicio alternativo de bus estaría pensado para aquellos usuarios que, realmente, no tienen otra alternativa. Sobre todo, a su paso por Cornellà, donde no hay otras líneas de metro que puedan absorber pasajeros. "La red de metro es la principal alternativa para la movilidad en el tramo afectado por las obras, en especial la L1, y también el servicio de Rodalies en Cornellà y L'Hospitalet", mantiene TMB.

Según los datos facilitados por el ente, "la L1 es la línea que 'enruta' más pasajeros". Son las estaciones de Can Serra (pasa de 5.800 validaciones diarias a las 11.000 del mes de julio), Florida (de 7.600 a 9.400) y Rambla Just Oliveras (de 7.000 a las 9.700) las que más están absorbiendo a los afectados por el corte de la línea azul. También el TRAM está recibiendo, entre las estaciones de Ernest Lluch (a diez minutos a pie del metro de Collblanc) y en la propia de Cornellà, más usuarios: "Durante la primera quincena de julio hemos tenido validaciones como si fuera un mes lectivo, 10.000 más al día que en julio del año pasado", transmiten fuentes de TRAM.

Ramon Batista, usuario del bus alternativo a la L5 del metro por el corte entre Barcelona y Cornellà.

Ramon Batista, usuario del bus alternativo a la L5 del metro por el corte entre Barcelona y Cornellà. / Elisenda Pons

Al margen de las quejas, también hay usuarios que consideran que el corte no ha supuesto ningún cambio en sus rutinas ni tiempos para llegar al trabajo. Es el caso de Ramón Batista, que a sus 65 años afirma que llega siempre a tiempo a Sant Ildefons y que incluso le "gusta más" el bus porque tarda "lo mismo" y, además, puede ir sentado y mirando el paisaje urbano de L'Hospitalet y Cornellà.

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