ENERGÍA

Cepsa reta a Naturgy y Repsol y abre otra batalla por el ‘boom’ de los gases verdes en España

La energética se estrena ahora como ‘trader’ de biometano para sustituir el gas natural de la industria en España tras sellar varias alianzas para construir plantas propias de producción de gases renovables en España.

Archivo - Cepsa inicia las operaciones como trader de  biometano para descarbonizar su actividad y  la de sus clientes industriales

Archivo - Cepsa inicia las operaciones como trader de biometano para descarbonizar su actividad y la de sus clientes industriales / FABA-PHOTOGRAHPY - Archivo

David Page

David Page

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Cepsa ha decidido dar la batalla por tener un papel clave en el ‘boom’ de los gases renovables en España. La energética abre un nuevo frente y redobla su apuesta por el negocio del biometano, retando a otros gigantes del sector como Naturgy, Repsol o Redexis y colosos financieros como Goldman Sachs o Macquarie que han entrada de lleno en la carrera de los gases verdes en el mercado nacional.

Cepsa ha conseguido la certificación como ‘trader’ de biometano y ya ha iniciado sus operaciones con una primera gran compra en España. La compañía, que se ha embarcado en un proceso de transformación para descarbonizar su actividad, ha cerrado un acuerdo de compra de 25 gigavatios hora (GWh) de este gas renovable producido en la planta de Valdemingómez, en Madrid, a partir de residuos orgánicos urbanos.

La operación de adquisición, cerrada este verano, contempla varias entregas que se irán efectuando hasta enero de 2025. La compra permitirá por primera vez a Cepsa Química reemplazar en sus plantas industriales en España el uso de gas natural por biometano para reducir sus emisiones. El biometano es un biogás obtenido mediante un proceso de descomposición de residuos de la agricultura, ganadería o aguas residuales y al que se somete a un proceso de limpieza para hacerlo compatible con el actual gas natural, con el que se puede mezclar, y con gran parte de los equipos domésticos e industriales que hoy utilizan gas natural y también con las redes gasistas actuales.

Desde el sector gasista español se viene subrayando que se trata de producción de energía local, con impacto industrial y de economía circular al reutilizar los residuos orgánicos, y que ayuda a la descarbonización. El biometano aspira a ser un nuevo vector energético clave para descarbonizar sectores industriales que tienen difícil o imposible electrificar sus procesos productivos y ahora ya está más maduro en su desarrollo que la esperada futura revolución del hidrógeno verde.

La apuesta de Cepsa

Cepsa se ha marcado como objetivo gestionar una cartera de proyectos de 4.000 GWh anuales de biometano para 2030, equivalente al consumo de gas natural de 650.000 hogares. Una meta con la que la compañía pretende reducir drásticamente las emisiones de CO2 en sus parques energéticos y en sus plantas químicas y también para otros clientes industriales.

Cepsa ya sellado varias alianzas estratégicas para impulsar su negocio de biometano. La compañía cerró el pasado julio un acuerdo con el grupo Prezero para construir de manera conjunta plantas de biometano y para la producción de biocombustibles de segunda generación y producción químicos circulares. Una alianza que se unía al acuerdo ya firmado el pasado octubre por Cepsa con Kira Ventures para levantar una quincena de plantas de biometano en España.

Cepsa y Prezero ya trabajan en el desarrollo de una planta de biometano en la provincia de Huelva, que tendrá una capacidad de producción anual de hasta 100 GWh que se utilizarán para la producción de hidrógeno verde y de combustibles renovables. Esta planta se construirá en las instalaciones de Cepsa en Palos de la Frontera, donde la compañía cuenta con un parque energético y una planta química. La energética también está construyendo en Huelva la mayor planta de biocombustibles 2G del sur de Europa -que producirá combustible sostenible de aviación (SAF) y diésel renovable- y tiene previsto desarrollar una planta de hidrógeno verde con una capacidad de 1 gigavatio (GW), como parte dentro del Valle Andaluz del Hidrógeno Verde.

Pugna de los gigantes de la energía

Grandes grupos energéticos pugnan por dominar la revolución de los gases renovables en España. Naturgy ha puesto en marcha una estrategia para liderar la producción y la distribución de biometano en el mercado español. La compañía tiene ya con tres plantas de producción de biometano operativas, sumará dos más en breve y cuenta con unos 50 proyectos más en diferentes fases de tramitación. Y su red de distribución de gas más de 57.000 kilómetros ya tiene conectadas una decena de instalaciones de producción y el objetivo es ir sumando nuevas plantas hasta superar la sesentena a medio plazo.

Repsol también participa en la fiebre por los gases renovables y se estrenará en la producción de biometano a través de un acuerdo para hacerse con una participación del 40% en la compañía española Genia Bioenergy. Un acuerdo que incluye 19 de las plantas de biometano de Genia que se encuentran en estado de desarrollo en España y Portugal, y también los 11 proyectos de plantas que se sumarán y cuyo desarrollo aún está en una fase temprana.

El potencial de España

Según un informe de la Asociación Española del Gas (Sedigás), España tiene un potencial de producción de biometano de 163 teravatios hora (TWh) al año, con lo que conseguiría cubrir el 45% de toda la demanda española de gas natural del año pasado y con lo que habría ahorrado unos 4.000 millones de euros a los consumidores en su factura energética por la reducción de compras de gas a países terceros.

La materialización de todo el potencial nacional de generación de este gas renovable, según las estimaciones de Sedigás en el ‘Estudio de la capacidad de producción de biometano de España’, conllevaría la puesta en marcha de 2.326 plantas especializadas en toda el país, frente a las nueve que actualmente están operativas y los cerca de 200 proyectos que las compañías tienen en cartera. La construcción de estos más de dos millares de instalaciones implicaría ejecutar inversiones de unos 40.500 millones de euros hasta 2030 y la generación de 62.000 empleos entre directos e indirectos asociados a su operación y mantenimiento.