Sector agrario

Raimat inicia la vendimia con la previsión de una añada excelente pero con un 15% menos de uvas

La bodega de Costers del Segre prevé recuperar esta campaña la normalidad, tras una primavera favorable

Codorníu pagará la uva más cara de su historia a los agricultores para compensarles por la sequía

Una empleada de Bodegas Raimat (Lleida) trabaja en el primer día de vendimia.

Una empleada de Bodegas Raimat (Lleida) trabaja en el primer día de vendimia. / Albert González Farran / Efe

El Periódico

El Periódico

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Las bodegas de Raimat, pertenecientes a la denominación de origen Costers del Segre y cuyas fincas se hallan a pocos kilómetros de la ciudad de Lleida, ha iniciado este lunes la vendimia, con la previsión de recoger alrededor de seis millones y medio de kilos de uvas para vinos y otros seis millones de kilos para elaborar cavas Codorníu. Será una cosecha entre un 10% y un 15% por debajo de los pronósticos, después de que la pasada primavera unas heladas inesperadas malograran parte de la producción. Con todo, las temperaturas moderadas de mayo y de junio y la ausencia de olas de calor persistentes hasta finales de julio garantizan "una añada de vinos de calidad excelente", según los propietarios de los viñedos.

Por su situación geográfica y por su clima extremo, la de Raimat es, tradicionalmente, una de las primeras vendimias de Europa. Este año empieza el 5 de agosto, una fecha que suele ser ya habitual. "Hemos tenido unos meses de mayo y junio más frescos de lo normal y esto ha permitido una maduración lenta y progresiva y unos buenos niveles de acidez", ha explicado Joan Esteve, director de la bodega, que ha presenciado a pie de campo cómo arrancaba la primera jornada de vendimia.

Imagen de unas uvas listas para ser vendimiadas en Raimat.

Imagen de unas uvas listas para ser vendimiadas en Raimat. / Ignasi Gómez / ACN

"La meteorología de este 2024 ha sido más normal que en campañas anteriores, a pesar de que seguimos en emergencia climática. Por lo tanto, para garantizar una producción vitivinícola de calidad y sostenible, tenemos que seguir innovando, practicando agricultura regenerativa y siendo cada vez más eficientes en el uso del agua, con técnicas de riego de precisión o soterrado", ha agregado el directivo de Raimat.

Hay que recordar que en 2022, un año que fue excepcionalmente cálido, la vendimia empezó el 29 de julio y, el año pasado, el día 31, después de la primavera más seca y cálida desde que hay registros. Este año empieza con las primeras variedades para cavas, como Chardonnay, Pinot Noir y Xarel·lo, después con las mismas variedades para vino y la campaña prevé finalizar en octubre con el Cabernet Sauvignon. Está previsto que participen en ella unas 80 personas y que se realice en horario nocturno, para evitar las horas de más insolación y, por tanto, de más calor.

Tratamientos innovadores

La bodega leridana también vuelve a ser pionera en técnicas de viticultura ecológica y esta vendimia recogerá por primera vez uva de vides que no han recibido ningún tipo de pesticida: ni químico ni orgánico (lo que se usa en la viticultura ecológica). Lo ha conseguido gracias a un innovador sistema para controlar enfermedades de la viña, como el oídio y el mildiu, solo a través de luz ultravioleta tipo C. Se ha aplicado con un prototipo con forma de túnel en una extensión de cerca de cinco hectáreas, donde las vides han crecido sin ningún producto fungicida. Los resultados son muy prometedores, según la bodega.

Prototipo de Raimat para aplicar luz ultravioleta a las viñas.

Prototipo de Raimat para aplicar luz ultravioleta a las viñas. / Bodegas Raimat

Las claves de esta técnica son las propiedades de las ondas ultravioleta tipo C y la aplicación nocturna. La mayoría de microorganismos que crecen en la planta han desarrollado defensas bioquímicas que se activan con la luz solar, pero no funcionan de noche. Por eso, la aplicación de luz ultravioleta de noche, y con bajas emisiones, consigue matar al patógeno sin dañar a la planta ni los insectos beneficiosos.

La aplicación de luz ultravioleta nocturna para controlar los hongos en los cultivos se inició a finales del siglo XX de forma experimental en los Estados Unidos, después de que investigadores de la Universidad de Cornell (Nueva York) demostraran su eficacia. Este tipo de luz, en cambio, ya se utiliza para desinfectar espacios como hospitales.