'La rumba de Barcelona', de Gato Pérez: el himno de los barrios de la ciudad

Barcelona está dividida administrativamente en diez distritos, a su vez subdivididos en 73 barrios. La actual partición en diez distritos data de 1984 y la delimitación de los barrios se fijó en 2006. No debería ser difícil consensuar que el nombre de barrio de Barcelona más bonito es la Guineueta, derivado de la masía Can Guineueta, en el distrito de Nou Barris. Y aún debería ser más fácil acordar que el sector de la Guineueta comprendido entre el parque del mismo nombre, el paseo de Valldaura y la Via Favència es la mejor broma del callejero barcelonés. Las calles de la Guineueta, del Isard, del Castor y del Esquirol Volador mueren en la Rambla del Caçador, mientras que la calle de la Gasela la atraviesa, como si la gacela burlara al cazador. El conjunto conceptual se aprobó en 1958, con José María de Porcioles como alcalde, si bien la calle del Esquirol Volador fue bautizada originalmente como del Esquirol y recibió su nombre actual en 1984 para evitar confusiones con la calle homónima del distrito de Ciutat Vella.

La Guineueta es uno de los 35 barrios de Barcelona que Gato Pérez menciona en el segundo y último estribillo de 'Rumba de Barcelona', 19 de los cuales aparecen antes en el primer estribillo. De hecho, no cita solo barrios, oficiales o no, de Barcelona, algunos de ellos desaparecidos, como el Somorrostro y Can Tunis, sino también lugares de la capital catalana (el Morrot, donde Trias planteó levantar un barrio; el Port), barrios de otras ciudades (Santa Eulàlia, en L'Hospitalet) y hasta otras ciudades (Hospitalet, Sant Andrià). Licencias aceptables en interés de la métrica y de establecer la geografía popular a la cual pertenece la rumba. No aparece ningún topónimo de los actuales distritos del Eixample y Sarrià-Sant Gervasi, y lo más pijo que sale es Les Corts.

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Barrios señalándose a sí mismos

Javier Pérez Andújar dijo en su pregón de las fiestas de la Mercè de 2016: "Los barrios de Barcelona tocando las palmas y señalándose a sí mismos cuando los nombra el Gato en el estribillo de su 'Rumba de Barcelona', que dice así: 'Somorrostro, Bon Pastor / Hostafrancs, la Guineueta / Sants, Carmelo, Guinardó / Poble Sec, Barceloneta / Meridiana, Hospitalet / Sant Adrià, Verdum, Roquetes / Vall d'Hebron, Les Corts, Sagrera / Horta, Coll, Trinitat Vella / Camp de l’Arpa, Montjuïc / Born, la Mina i Sant Andreu / el Morrot per allà Can Tunis / Zona Franca i Poblenou / Santa Eulàlia, Casc Antic / Clot, el Port i la Verneda / Gràcia rei de tots els barris, de la festa i del sabor'".

De barrio son incluso los marqueses, pero por convención ser de barrio significa ser de barrio humilde. Es una idea con tanto gancho que sobre ella ha edificado Estopa una carrera que ya va por los 25 años. La misma convención restringe el orgullo de barrio a los habitantes de barrios populares. Puede que sea una concesión de los habitantes de barrios ricos, que tienen cosas más tangibles de las que sentirse orgullosos. Gato Pérez publicó 'Rumba de Barcelona' en 1978 como parte de 'Carabruta', su primer elepé. Con el truco del 'name-dropping', a menudo utilizado para fardar de cultura o de amistades, creó un mapa del orgullo de barrio barcelonés. Una genialidad. Los barrios ausentes saben si no están porque no caben, caso en el que se señalan a sí mismos cuando suena el nombre del barrio más cercano, o porque no tienen cabida, caso en el que miran hacia otro lado. La identidad barrial estaba naciendo en 1978. Ahora, la Barcelona de los barrios está siendo sustituida por la Barcelona del talento internacional. El piropo final a Gràcia se debe a que fueron sus gitanos los que iniciaron a Gato Pérez en la rumba catalana, por entonces más muerta que viva, al menos comercialmente. Nunca fue acusado de apropiación cultural.

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Xavier Patricio Pérez Álvarez (Buenos Aires, 1951-Caldes de Montbui, 1990) formó parte de los grupos barceloneses Slo-Blo y Secta Sónica antes de debutar como Gato Pérez. Ya con 'Carabruta', álbum por el que el artista no daba un duro, hizo varias cosas por la rumba catalana: levantó acta de que era un ritmo urbano barcelonés, la situó en un territorio concreto, la teorizó (algo tan sencillo y tan poético como "la rumba neix al carrer, filla de Cuba i d'un gitanet"), la emparentó con ritmos latinoamericanos, profundizó en su potencial para la fusión con otros géneros, una posibilidad ya ampliamente explorada por ejemplo por Los Amaya y Dolores Vargas 'la Terremoto', y certificó su idoneidad como vehículo de letras de autor. En efecto, Peret ya había escrito canciones autorales de la talla de 'El mig amic', pero nadie o muy pocos se lo habían reconocido, acaso cegado el personal por el esplendor hispanopop de artista y estilo. Con Gato Pérez la rumba catalana dejó de ser música de gueto, música de fiesta en el gueto, definitivamente.

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