La discográfica de Otis Redding

La invencible historia del sello de soul Stax y la teoría de que cayó por un complot del poder blanco

La docuserie 'Stax. Soulsville U.S.A.', disponible en la plataforma Max, reconstruye un capítulo sagrado de la música popular y compra la tesis de que la firma de Memphis fue víctima de una conspiración contra el éxito negro

La marquesina de Stax, en Memphis

La marquesina de Stax, en Memphis / Archivo

Ramón Vendrell

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'Stax. Soulsville U.S.A.' otorga una voz preponderante a Al Bell, circunstancia que el mandamás del sello discográfico aprovecha para presentarse como profeta del capitalismo negro con conciencia racial y víctima del 'establishment' blanco. La literatura previa (por ejemplo, 'Sweet soul music', de Peter Guralnick, 1986) permite detectar que la serie documental dirigida por Jamila Wignot ofrece un relato de línea demasiado definida sobre Stax. En especial, sobre su caída a caballo entre 1975 y 1976, atribuida por Bell a tejemanejes del poder blanco para hundir la compañía. Nadie le lleva la contraria. El poder blanco era capaz de eso y de cosas mucho peores contra los negros. Pero Stax se había embarcado en proyectos megalómanos, había contratado a artistas disparatados al tiempo que era denunciada por impago por su superestrella, Isaac Hayes, se había empeñado hasta las cejas y tenía un lodazal por cuentas.

Son estas omisiones de aspectos chungos de Stax pecados veniales de la docuserie de cuatro episodios disponible en la plataforma Max. 'Stax. Soulsville U.S.A.' tiene como objetivo celebrar el heroísmo de la marca de Memphis y en este sentido es la bomba. Hay mucho que celebrar: Stax facturó cantidad de música maravillosa y caminó junto al movimiento de los derechos civiles. De paso, la serie muestra el despiadado funcionamiento de la industria discográfica (blanca) y sirve, más por pasiva que por activa, como advertencia acerca de las ansias de grandeza. La historia de Stax es una montaña rusa de momentos de gloria, tragedias, puñaladas y remontadas muy difícil de batir.

Segregación racial

El bueno de Jim Stewart fundó Satellite Records en Memphis en 1957. Un año después, Estelle Axton, su hermana, entró como socia en la empresa, por entonces dedicada al country y el pop. Satellite se instaló en el 926 de la avenida East McLemore de la ciudad del estado de Tennessee en 1960 y fue rebautizada como Stax (las dos primeras de letras de Stewart y de Axton) en 1961. La nueva ubicación estaba en un vecindario negro y el sello se había reorientado hacia el rhythm and blues.

El sencillo de Rufus Thomas y su hija Carla 'Cause I love you', aún en Satellite, tuvo el suficiente impacto regional como para llamar la atención de Jerry Wexler, de la poderosa discográfica neoyorquina Atlantic. Fue el inicio de un contrato de distribución nacional de las grabaciones de Stax, adonde Atlantic también mandaría a grabar a artistas suyos como Sam & Dave y Wilson Pickett. Más adelante veremos cómo las gastaba Wexler en los negocios. El socio y productor de Atlantic viajó a Memphis para conocer a Rufus y Carla Thomas. Como los negros no podían ir a los restaurantes de los blancos, se organizó una cena en la habitación de Wexler. El hotel vetó la entrada de padre e hija. Stewart se las ingenió para subir a Carla de matute en un montacargas. Stewart todavía siente vergüenza.

Carla Thomas

Carla Thomas / Archivo

Fuerza de la naturaleza

Mientras Stewart regentaba el estudio (a su relajada manera), Axton se ocupaba de la aneja tienda de discos. Fue en buena medida la puerta de entrada a Stax de un asombroso contingente de instrumentistas, cantantes y compositores. Negros y blancos. Con Booker T. & MG's (dos negros y dos blancos, a cuál mejor músico) como principal banda de la casa y una forma de trabajar opuesta a los férreos métodos habituales en los estudios, Stax capitaneó el soul sureño, si es que no lo acuñó. La llegada de una fuerza de la naturaleza llamada Otis Redding acabó de poner en órbita a Stax. La gira de la escudería por Europa en 1967, que brinda imágenes inmortales, dejó al público boquiabierto. También a la expedición. "Fue la primera vez que nos sentimos realmente aceptados y la primera vez que nos sentimos libres", resume Bell, que había sido contratado para tareas promocionales y acabaría siendo amo y señor, para bien y para mal.

Otis Redding, en su rancho The Big O, en Georgia, en 1967

Otis Redding, en su rancho The Big O, en Georgia, en 1967 / Archivo

De vuelta a casa, la actuación de Redding en el Monterrey Pop Festival fue el primer paso del plan para conquistar a los estadounidenses blancos, algo que ya había conseguido la más sofisticada Motown desde Detroit. "No pintábamos nada ahí -señala Booker T.- Éramos las únicas personas que llevaban traje". No fueron los trajes obstáculo para que Redding y compañía subyugaran a los jipis.

Tres directos a la mandíbula

Entonces llegaron los directos a la mandíbula. Tres. Uno detrás de otro. Redding y cuatro miembros de los Bar-Kays, el grupo de Stax que lo acompañaba en ese momento en vez de Booker T. & The MG's, fallecieron en un accidente de avión el 10 de diciembre. Martin Luther King, el líder del movimiento de los derechos civiles, fue asesinado en el motel Lorraine de Memphis, adonde había ido en apoyo de la huelga de los basureros de la ciudad, todos negros. Era el 4 de abril de 1968 y la realidad entró a lo bestia en la burbuja interracial que había creado Stax, con el consiguiente deterioro de las relaciones. Un mes después, Atlantic fue comprada por Warner y ejecutó una cláusula del contrato que Stewart había firmado a Wexler. Sin leerlo. En caso de venta de Atlantic, los derechos de Stax pasaban a ser propiedad de la primera. Limpiamente, el pez grande se quedó con el 97% del catálogo del pez chico. "Para Jim Stewart la palabra era sagrada. Para Jerry Wexler, era la oportunidad para aprovecharse", observa Rob Bowman, etnomusicólogo especializado en Stax.

Isaac Hayes al rescate

Contra todo pronóstico, la marca se levantó de la lona. Propulsada por Johnnie Taylor, The Staple Singers, The Soul Children y, sobre todo, Isaac Hayes, un veterano de la firma cuya suntuosa y visionaria reinvención del soul en 'Hot buttered soul' (1969) fue un exitazo. Y no digamos su banda sonora para 'Shaft' (1971), que le reportó el primer Oscar conseguido por un compositor negro. El festival Wattstax, concebido como una especie de Woodstock negro y celebrado en Los Ángeles en 1972, fue el canto del cisne del sello. El mérito ejecutivo de la resurrección fue por completo de Bell. Pero, como sintetiza Axton, "la cosa se fue de madre".

Isaac Hayes

Isaac Hayes / Archivo

Para empezar, el contrato de distribución suscrito con CBS no solo fue renegociado muy a la baja tras el despido de la compañía del legendario Clive Davis, sino que los discos de Stax dejaron de llegar a las tiendas. CBS tenía entre sus artistas a Earth Wind and Fire, Sly & The Family Stone y The Isley Brothers, y distribuía las producciones de Philadelphia International, que sería la fuerza dominante en la música negra de los 70. Para continuar, Hacienda empezó a investigar a Stax. Y para terminar, el banquero de cabecera de Bell y este fueron acusados de conspiración para defraudar al Union Planters Bank. Stax fue clausurada con una orden federal de bancarrota el 12 de enero de 1976. Bell fue absuelto y mantiene la teoría del complot en 'Stax. Soulsville U.S.A.', subrayada por cuerdas tristes.

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