Festín fotográfico

Lee Miller, la fotógrafa que bailó sobre la tumba de Hitler

La Biennal Xavier Miserachs ofrece la primera gran retrospectiva en Catalunya sobre la artista, con énfasis en su faceta de reportera de guerra, así como muestras dedicadas a Colita, Toni Catany y Carlos Pérez Siquier, entre otros

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Mujeres acusadas de colaborar con los nazis, en Rennes, Francia, en 1944

Mujeres acusadas de colaborar con los nazis, en Rennes, Francia, en 1944 / Lee Miller Archives

Ramón Vendrell

Ramón Vendrell

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No se podía molar más que Lee Miller (Poughkeepsie, Estados Unidos, 1907-Chiddingly, Reino Unido, 1977) en las décadas de 1920, 1930 y 1940. Tuvo Nueva York y París a sus pies. Fue supermodelo mucho antes de que existieran las supermodelos. Fue discípula, musa y a la postre colaboradora tan estrecha de Man Ray que el trabajo de ambos se confunde. Fue camarada de Breton, Cocteau, Éluard, Dalí o Picasso. Fue retratista de celebridades. Fue fotógrafa de moda cuando la moda era algo muy serio. Fue viajera junto al magnate egipcio Aziz Eloui Bey, su primer marido. Fue corresponsal en la Segunda Guerra Mundial. Pero ser Lee Miller tenía un precio. Lo veremos más adelante.

La exposición 'El desig de llibertat' (Espai Cultural La Bòbila) es la joya de la decimotercera edición de la Biennal de Fotografia Xavier Miserachs, que se celebra en Palafrugell desde este domingo hasta el 13 de octubre. Aunque tampoco son ninguna broma 'Colita. Para un roto y para un descosido' (Museu del Suro de Catalunya), 'La meva Mediterrània' (Fundació Josep Pla), con imágenes de Toni Catany acompañadas por textos de Pla, o 'La Chanca en color (1962-1968)', de Carlos Pérez Siquier, en la Fundació Vila Casas. Once muestras en distintos espacios de Palafrugell ofrece la bienal.

El certamen considera 'El desig de llibertat' "la primera gran retrospectiva de Lee Miller en Catalunya" y así es en tanto la exposición recorre a través de 60 imágenes todos los ámbitos del trabajo fotográfico de Miller: el surrealismo, la moda, el retrato y, en especial, la guerra.

Onirismo perturbador

Del primer apartado destaca Antony Penrose, hijo de Miller y Roland Penrose y responsable del legado de su madre, presente en Palafrugell, un paisaje de Al Bulwayeb, cerca de Siwa, en Egipto. Inspiró seguramente, explica Penrose, el cuadro de Magritte 'Le baiser'. De todos modos, el surrealismo atraviesa la obra de Miller al completo. En una fotografía de una modelo con un corsé utiliza la técnica de la solarización y la imagen del cadáver de un oficial de prisiones de las SS flotando en un canal de Dachau es perturbador onirismo, a archivar junto a ya saben qué escena de 'La noche del cazador' en la categoría de momentos acuáticos inmortales.

Modelo con un traje diseñado por Peter Russell, en el Vogue Studio de Londres, en 1943

Modelo con un traje diseñado por Peter Russell, en el Vogue Studio de Londres, en 1943 / Lee Miller Archives

Las fotografías de moda, tanto en estudio como en exteriores, son hiperestilizadas y reflejan la impronta de las vanguardias artísticas, si bien es cierto que también lo hacían las prendas y los peinados. Luce en ellas el don de Miller para dar naturalidad al artificio. En los retratos de personajes quizá le resultara más fácil porque solían ser compinches. El truco en ambos casos, según Penrose, era su manera "respetuosa e incluso amistosa" de hacer las fotos.

La bañera de Hitler

Miller fue acreditada como corresponsal de guerra para la revista 'Vogue' por el Ejército estadounidense en 1943. "Era muy consciente de que el nazismo iba contra la libertad y contra sus amigos y por eso quiso implicarse en la contienda", dice Penrose. Puso el foco en las mujeres: operadoras de reflectores en Londres, la piloto de aviones polaca Anna Lesko, dos amigas sentadas en un banco en una Colonia devastada, francesas con el pelo rapado como señal de su colaboración con los nazis.

El 30 de abril de 1945, Miller entró en el recién liberado campo de concentración nazi de Dachau. Hizo fotografías terribles. El mismo día, más tarde, accedió al cercano apartamento muniqués de Hitler y fue retratada en la bañera por David Scherman, fotógrafo de 'Life'. Entre la escenografía, Penrose subraya las botas militares de Miller sobre la alfombrilla de baño de Hitler, sucia por el polvo de Dachau. El mismo día, Hitler se suicidó en su búnquer en Berlín. Metafóricamente (solo un poco), Miller bailó sobre la tumba de Hitler. La imagen es el poderoso colofón de 'El desig de llibertat'. La fotógrafa tenía muchas restricciones de movimiento empotrada en el Ejército estadounidense, pero también tenía una gran habilidad para sortearlas, indica su hijo. Miller logró en la Segunda Guerra Mundial un soberbio híbrido de fotografía documental y artística, cuya cima tal vez sea la instantánea de la ejecución de László Bárdossy, exprimer ministro fascista de Hungría.

Depresión y alcohol

El precio de ser Lee Miller: la creadora abandonó la fotografía poco después de la guerra, cayó en una depresión y acudió a la bebida. Suele atribuirse a estrés postraumático fruto de la experiencia bélica. El caso es que su hijo solo supo de la magnitud de su trabajo una vez muerta y hallados en casa miles y miles de negativos y de copias. Ellen Kuras ha dirigido 'Lee', película biográfica estrenada en el Festival de Toronto de 2023 y que debería iniciar su recorrido comercial el próximo septiembre.

Colita, siempre donde había que estar

A escala barcelonesa, también estuvo siempre donde había que estar Colita (Barcelona, 1940-2023) en los años 60 y 70, principalmente. De la vida gitana en las barracas del Somorrostro a la noche de la discoteca Bocaccio fotografió Colita. Sin olvidar la canción de autor (Serrat, Raimon, Montllor, Bonet), el mundo literario (García Márquez, Matute, Terenci Moix) ni las luchas feminista y gay. De todo ello y de otros intereses de la artista como el flamenco da cuenta 'Para un roto y para un descosido', título elegido por la propia fotógrafa antes de fallecer el 31 de diciembre del año pasado. "Durante toda mi vida como fotógrafa he hecho de todo, así que este es el título que me define mejor", argumentó.

Juerga gitana, en Barcelona, en 1963

Juerga gitana, en Barcelona, en 1963 / Archivo Colita Fotografía

'La meva Mediterrània' recupera una selección de las imágenes de la muestra del mismo título presentada por Toni Catany (Llucmajor, 1942-Barcelona, 2013) hace 33 años. Son fotografías realizadas durante sus viajes a Italia, Grecia, Turquía, Egipto, Israel y el Magreb, así como en su Mallorca natal. En esta ocasión se complementan con textos de Josep Pla (Palafrugell, 1897-Llofriu, 1981) sobre sus viajes por el que también era su mar.

Nápoles, Italia, 1970

Nápoles, Italia, 1970 / Fundación Toni Catany

'La Chanca en color (1962-1968)' es una aproximación de Carlos Pérez Siquier (Almería 1930-2021) a dicho barrio marginal almeriense más conceptual y pictórica que la que hizo en blanco y negro, de carácter documental. Es la pequeña muestra, en su mayoría compuesta por copias originales igualmente pequeñas, la exquisitez de la Biennal de Fotografia Xavier Miserachs.

Álbum familiar

Ya es una tradición del certamen el rescate de archivos fotográficos de aficionados. 'Àlbum d’estiueig' saca a la luz fotografías familiares de los Roig, empresarios textiles de Terrassa que en los años 40 veraneaban en Llafranc. La escasez de imágenes de la posguerra, cuando la fotografía (y casi todo) era un lujo, aumenta el valor de este trozo de memoria gráfica de la Costa Brava.

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