Alimentación

Los motivos de los que compran platos preparados: "No es por no cocinar, es porque así puedo ir variando"

Los patrones de consumo de los españoles se están adaptando por conveniencia, por escasez de tiempo y por falta de habilidades culinarias

Los platos preparados esquivan la caída del consumo y siguen ganando cuota de mercado

Radiografía de los platos preparados: un sector que creció el 10,5% en 2023 y superó los 4.568 millones

Núria, dependienta de la tienda Cuina Cassola, sirve un plato de comida preparada a un cliente.

Núria, dependienta de la tienda Cuina Cassola, sirve un plato de comida preparada a un cliente. / Zowy Voeten

María Jesús Ibáñez

María Jesús Ibáñez

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María del Carmen tiene 76 años y lleva cocinando toda la vida. Lo hizo mientras trabajaba como profesora de instituto y criaba a sus tres hijas y lo sigue haciendo ahora, porque aunque desde hace un tiempo vive ya sola con su marido, por su casa no dejan de pasar casi a diario hijas y nietos. "Y yo, la verdad, he sucumbido al plato preparado, ¿qué quiere que le diga?", admite mientras trata de elegir entre el surtido de ensaladillas de pasta, arroz o patatas que se exhiben en el mostrador de la tienda de barrio a la que acude regularmente. "No es por pereza o por no cocinar, que es algo que siempre me ha gustado, es porque así podemos ir variando más el menú", añade la mujer, que finalmente opta por un generoso trozo de lasaña de carne y verduras. "¡Es que hoy viene a comer el pequeño de mi hija pequeña y ese traga lo que no está escrito!", se justifica.

Por conveniencia, por falta de tiempo o por falta de habilidades culinarias, el caso es que los platos preparados están cambiando los patrones de consumo de los españoles, según recogía un estudio realizado por la asociación empresarial Aecoc titulado 'Alimentación de conveniencia-Ready to eat'. Allí se dice, por ejemplo, que el 56% de los ciudadanos consume productos listos para comer por falta de tiempo, mientras que un 46% afirma que consumiría más productos de este tipo si la oferta de recetas sanas fuera más amplia. 

Es el caso de Arnau y de Laura, una pareja de treintañeros de Barcelona, de esas que se nota que se cuidan y que están llenando el carro con ensaladas de distintas combinaciones y cremas de verduras, en su compra semanal en un supermercado de la capital catalana. "Los dos comemos en el trabajo, cada uno en el suyo, y por eso nos resulta cómodo este tipo de productos... Luego las cenas ya las hacemos en casa y tratamos de cocinar nosotros", afirma él. "Aunque es cierto que a veces tiramos de sushi o de hummus que también compramos preparado", admite ella.

Una persona coge una ensalada de pasta, atún y huevo ya preparada en un supermercado.

Una persona coge una ensalada de pasta, atún y huevo ya preparada en un supermercado. / Irene Vilà Capafons

Las pizzas, las ensaladas elaboradas y listas para el consumo y los batidos y yogures bebibles son los productos que más crecen, según la encuesta de Aecoc, aunque el panel de consumo alimentario del Ministerio de Agricultura y Alimentación señala que uno de los segmentos en auge es el de las sopas y las cremas refrigeradas, entre los que se incluyen los gazpachos y salmorejos, muy populares en verano.

Eso sí, los españoles también valoran la visibilidad del producto a través del envase. "Mientras que los embalajes opacos remiten a lo artificial, los transparentes transmiten confianza y el consumidor percibe que tiene más control sobre lo que está comprando", observa el estudio de Aecoc. Otros aspectos importantes del envase son el tamaño, sobre todo el número de raciones que incluye, y que se pueda volver a cerrar manteniendo las propiedades del producto. "En nuestro caso, por ejemplo, son clave los productos monodosis, para una sola persona", esgrime la pareja de Barcelona.

¿Cuánto hay de capricho en la comida preparada?

A veces, el criterio de la salud pierde importancia en el proceso de compra de platos preparados. Y deja paso al capricho o el placer. "Mi marido, con la edad, se ha vuelto cada vez más quisquilloso con la comida y, además insiste en no querer repetir plato de un día para el otro, porque dice que le cansa", argumenta por su parte la jubilada María del Carmen, que pide también una ración de caracoles con salsa en su compra en la rostisería del barrio. "Eso no significa que el consumidor no sea consciente, pero elige según la necesidad del momento", señala el estudio de la asociación empresarial.

En el actual contexto de inflación, los ciudadanos buscan sobre todo la conveniencia. Así se concluye, al menos de los datos extraídos del webinar ‘Demand moments, tangibilizando la estrategia de crecimiento’, realizado por la consultora Kantar, que indica que el 17% de los productos de la cesta de la compra son elegidos por esta necesidad. Kantar asegura, además, que los 'retailers' y marcas que cubren estas necesidades, ganan mayor cuota de mercado.

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