Crisis habitacional

El alquiler tradicional toca fondo en Barcelona este verano: apenas un centenar de pisos anunciados por debajo de 1.200 euros

Más de dos terceras partes en esa franja de precios se arriendan solo por meses y el resto suelen incluir condiciones abusivas

5 claves para evitar trampas al buscar piso de alquiler en Barcelona

Una pareja mira la oferta de pisos en una inmobiliaria de Barcelona.

Una pareja mira la oferta de pisos en una inmobiliaria de Barcelona. / EPC

Patricia Castán

Patricia Castán

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A las puertas de septiembre, un mes con muchas mudanzas y propósitos de cambio de residencia, la oferta para encontrar piso de alquiler de larga duración parece haber tocado fondo en Barcelona. Quienes llevan semanas buscando vivienda ya saben que las opciones 'oficiales', las que se asoman a los grandes portales inmobiliarios, son escasas y habitualmente más caras. La exigüidad llega hasta el punto de que en estos momentos apenas pueden encontrarse un centenar de pisos disponibles para alquiler tradicional a menos de 1.200 euros (1.193 fue el precio medio de los contratos en el primer trimestre). Por contra, dos de cada tres anuncios en esa franja corresponden a viviendas ofertadas solo por meses, amuebladas y especialmente concentradas en Ciutat Vella.

Los anuncios digitales se han convertido en el recurso más común entre quienes buscan techo de alquiler y en el termómetro parcial --pero más al día-- de la actividad. Las otras vías habituales --el boca a oreja directo con los propietarios o las agencias inmobiliarias de confianza de la propiedad, con listas de espera de potenciales inquilinos ya filtrados-- suelen comportar precios más asequibles y ajustados a la nueva regulación de contención de alquileres que afecta a la capital catalana. Pero este segmento de mercado no se visibiliza, es absorbido a toda velocidad dada la enorme demanda, y sus precios solo quedan registrados posteriormente en el Incàsol, cuando se depositan las fianzas.

La Cambra de la Propietat Urbana de Barcelona sigue con su bolsa de alquileres desierta, confiesan. Por cada pieza que surge hay un alud de peticiones y la rotación es menor que nunca, en el contexto de inseguridad jurídica por posibles cambios normativos a corto plazo.

Una mujer pasa frente al escaparate de una agencia inmobiliaria en Barcelona.

Una mujer pasa frente al escaparate de una agencia inmobiliaria en Barcelona. / Zowy Voeten

Por contra, en la batalla diaria por acceder a alguno de los pisos anunciados en las grandes plataformas, las opciones parecen cada vez más limitadas, vistas las cifras. El portal con más pisos en alquiler del momento, Idealista, suma estos días unos 4.700 anuncios en la capital catalana. En un reciente informe aseguraban que la oferta de alquiler temporal (por meses, a partir de 32 días) ya suponía el 42% del total en Barcelona. Sin embargo, según ha comprobado este diario, ese porcentaje es aún mayor en la franja más 'asequible', supone dos terceras partes.

Una selección cada vez más corta

Así, poniendo como tope 1.200 euros, aparecen solo 361 pisos, que en realidad apenas serían 300 si se miden estrictamente los que quedan por debajo de esa cifra. En el caso de Habitaclia, son 183. Es decir que cogiendo la mayor muestra de Idealista, solo un 7,5% aproximadamente de la oferta publicitada en la ciudad está ahora por debajo del precio medio de firma de contratos que se alcanzó entre enero y marzo de este año. Si este repertorio ya es de por sí breve, la búsqueda aún se pone más negra cuando se aspira a un contrato tradicional de al menos cinco años. Según el recuento hecho por este diario, 259 de esos anuncios se identificaban explícitamente como de arrendamiento de temporada o por meses.

Dentro de esta modalidad (que permite precios de libre mercado al quedar fuera de la ley de vivienda), es cada vez más común establecer tipologías de duración, vistos los reclamos. Por ejemplo "se alquila desde 32 días hasta cuatro meses", "un máximo de 11 meses", o "en periodos de tres meses renovables". Algunos operadores --la práctica totalidad son empresas de gestión profesionalizada-- precisan ahora "solo para estudiantes o personas de vacaciones" o "que estén empadronadas en otro lugar", para eludir posibles restricciones normativas, como el reciente intento de regulación (fallida) en Catalunya, que lo limitaba a ese uso.

Pero que nadie crea que el centenar de pisos restantes por ese precio garantizan un contrato de larga duración ni que la renta sea real. Algunos anuncios especifican que se ha de "contactar para más datos sobre la duración o las condiciones". Y esta selección contiene numeros elementos que inducen al inquilino a tomar precauciones, como condiciones abusivas especificadas al final (una ristra de gastos añadidos a sumar a la mensualidad). También abunda la omisión de datos obligatorios, como el índice de referencia de precios en esa zona o cuál era el precio arrendamiento previo, que sienta precedente para un nuevo contrato.

Otra circunstancia que desvirtúa los precios es la creciente presencia de inmuebles sin cédula de habitabilidad, porque antes eran locales comerciales u oficinas, a los que se ha cambiado el uso sin permiso. De ese modo, el precio del alquiler implica un IVA que hay que añadir al arrendamiento anunciado. Lo cual dispara aún más el saldo final.

Solo un 3% por debajo de mil euros

Independizarse en Barcelona sigue suponiendo un esfuerzo titánico para quien aspire a vivir solo y por tanto pueda echar mano de una sola nómina. Solo un 3% de los anuncios corresponden a pisos por debajo de mil euros, lo que implicaría que el inquilino justificase ingresos superiores a 3.000 euros para cumplir con el porcentaje que garantice poder asumir los pagos.

Pero el acceso a la vivienda de alquiler en la ciudad sigue siendo complicado este otoño incluso con presupuestos más holgados. Solo 954 pisos ofertados en Idealista quedan por debajo de los 1.500 euros mensuales, es decir, un 20%. Y de nuevo habría que filtrar los muchos que solo se pueden conseguir para unos meses, pensados sobre todo para extranjeros de paso, nómadas digitales, expats o estudiantes.

Desde la Cambra de la Propietat reiteran que en la actual situación de regulación en Catalunya, muchos propietarios optan sobre todo por prorrogar contratos para no tener que invertir en actualizaciones, en nuevos contratos o en gastos de agencia, en un momento en que no pueden modificar las rentas y prefieren continuidad. Algo que minimiza la rotación y la oferta disponible.