La surrealista excusa para vender un ático sin ascensor en Barcelona: "Las vistas hacen que valga la pena subir las escaleras"

Comprar una vivienda en Barcelona debería de considerarse un deporte olímpico, por todo el esfuerzo que requiere. Por la exhaustiva búsqueda para encontrar un hogar digno, pero sobre todo por los precios de escándalo en los que está sumido el mercado inmobiliario en la capital catalana. Además, debería ser un deporte de riesgo, por todo lo que soportan aquellos que están inmersos en la búsqueda, más complicada que la de un tesoro. El último caso llega de un ático sin ascensor y sobre cómo la agencia inmobiliaria que lo vende saca importancia al hecho de que haya que subir las escaleras de cuatro pisos. Hay argumentos surrealistas, pero este se lleva la palma.

"¡Este ático ubicado en el barrio de Gràcia, cerca del Park Güell, es una verdadera joya!", reza el anuncio del inmueble en el portal inmobiliario Idealista. Que está cerca de la obra de Antoni Gaudí es cierto, pero la vivienda está en la calle del Repartidor, que corresponde al barrio de La Salut. Aunque poner Gràcia siempre vende más —y también le sube unos miles de euros al precio—.

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Más allá de que está por encima de la Ronda del Mig y a 500 metros de la estación de Metro de Vallcarca, el ático consta de 80 metros cuadrados, distribuidos en dos áreas diferenciadas. Por un lado, las dos habitaciones y el baño dan al interior, mientras que la zona de día, con una amplia cocina y salón, da a la calle. Allí también está la joya del inmueble: una terraza de 20 m², "donde se puede disfrutar de comidas al aire libre o simplemente relajarse y disfrutar del sol", recalca el anuncio.

Dudosas "vistas panorámicas"

La terraza es estupenda, de eso no cabe duda. Mucha gente la querría. Pero ahora viene el incoveniente: la inmobiliaria se las ha ideado para restar importancia al hecho de que que la vivienda no tiene ascensor. Para ello ha tirado de un argumento digno del mejor copywriting: "Su luminosidad y las vistas panorámicas de la ciudad hacen que valga la pena subir las escaleras".

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Poesía y lo demás son tonterías. La cuestión es que si las vistas fueran de la Sagrada Família u otro monumento emblemático de la ciudad, la excusa tendría sentido. Si la terraza diese al Mediterráneo, también colaría. Pero esas supuestas "vistas panorámicas" dan a la estrecha calle del Repartidor, que solo tiene un carril de circulación y otro de estacionamiento, y al bloque que hay enfrente. Y más al fondo hay... más edificios.

Hay que girar la cabeza 90 grados para avistar, a lo (muy) lejos, un cachito minúsculo del mar. Todo ello por 360.000 euros, por cierto. Y los honorarios de la agencia (un 2%) van a parte, concluye el anuncio.