Messi descubre el rincón perfecto

La estrella del Barça añade registros inéditos a sus tiros de falta y se revela mucho más eficaz que Cristiano Ronaldo

Messi lanza la falta que batió a Sergio Rico y firma el 1-1 ante el Sevilla en el Camp Nou.

Messi lanza la falta que batió a Sergio Rico y firma el 1-1 ante el Sevilla en el Camp Nou. / periodico

MARCOS LÓPEZ

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Parecía una falta destinada a un diestro. Por si acaso, Neymar estaba preparado para ejecutar ese lanzamiento en el balcón del área del Sevilla. Aunque el brasileño sabía que no le tocaría. Estando Messi, y pese a que el escenario no invitaba al tiro de un zurdo cerrado, cualquier posibilidad quedaba abierta. Tiró Leo y descubrió, de nuevo, el rincón perfecto, pero desde una mirada radicalmente distinta, ofreciendo un gol messiánico (lleva seis de falta)messiánico que no había visto el Camp Nou en la última década. Un furioso y violento zurdazo que sacudió la red de Sergio Rico, aturdido por la potencia y, sobre todo, por la extraña parábola de la pelota.

Cuando quiso ver la dirección del balón, el meta andaluz detectó que estaba ya de vuelta al campo tras ser escupido por la red. Imaginó Rico que Messi burlaría la barrera por fuera buscando su ángulo derecho, pero, de repente, se topó con un gol sublime. Cuatro pasos, lentos y pausados, sostuvo Messi el pie de apoyo, el derecho, curvado de tal manera que casi se le quiebra y, entonces, el imponente zurdazo superando a los cinco jugadores que formaban la barrera del Sevilla. El minucioso Unai Emery, técnico que extrema el cuidado de los detalles al máximo, no había dejado nada a la improvisación.

NI DOS SEGUNDOS

En esa barrera, Unai puso a los pequeños en los extremos: Coke, que mide 1.76 m, cuidaba el palo derecho, mientras Gameiro (1.78 m), se ocupaba, con la ayuda a última hora de Kronh-Dehli, del izquierdo. Y en el eje tres gigantes se fusionaban para integrar la gran muralla. De derecha a izquierda, Iborra (1.90 m), Nzonzi (1.93 m) y Rami (1.90 m). Los  tres saltaron para evitar el disparo de Messi. Un triple, desigual y estéril salto, aunque todos tuvieron tiempo de girar el cuello para ver el misil colarse en el rincón preferido del argentino: la escuadra izquierda de los porteros. Ni dos segundos tuvo el balón de vuelo para reposar en ese rincón. 

Allí donde Beto, el meta del Sevilla, no llegó en la Supercopa de Europa Beto(agosto), el mismo sitio donde voló sin éxito Lux (diciembre), el meta del Deportivo. O la misma esquina  donde Pau López (enero), el portero del Espanyol, no llegó a tiempo para poner sus manos y evitar que la pelota tocara en el larguero antes de entrar. O esa escuadra donde Sergio Alvárez, el guardameta del Celta (febrero), se lanzó en busca de una utopía. A todos, incluido Sergio Rico (febrero), les une caer, abatidos y derrotados, en ese mismo rincón.

REPERTORIO INFINITO

Messi, mientras, va añadiendo registros nuevosMessi, a su fútbol, exhibiendo un catálogo que parece inacabable. El domingo, sin ir más lejos, exhibió una versión nunca vista hasta entonces. No solo por el lugar escogido, estaba el balón parado, tras la falta que le hicieron a Suárez, en la zona para los diestros sino por la virulencia que empleó en su disparo. Al Sevilla, al que ha marcado tres faltas en los tres partidos que ha jugado, le ha batido de todas maneras. Con delicadeza y casi pisando la frontal del área (la primera a Beto), con fuerza y precisión (la segunda. también a Beto) y con veneno en su tiro inédito a Sergio Rico.

Es ahora Messi mucho más eficaz que especialistas como Cristiano Ronaldo, que ha perdido la puntería y no solo en esta Liga. El sábado, en el derbi, el portugués tuvo su oportunidad para redimirse. Pero su fuerte lanzamiento de falta no iba bien dirigido por lo que Oblak, el meta del Atlético, lo repelió desde el centro de la portería. Con Messi, sin embargo, todo es distinto, capaz de firmar seis goles de falta de los 30 que ha marcado esta temporada. A su lado, la estrella argentina suele tener a Neymar. Pero es simplemente para despistar. No es casualidad que el único gol del brasileño de falta directa (Calderón) fuera cuando Messi estaba aún en el banquillo.