Expansión de la IA

Google lanza su inteligencia artificial Bard en España para competir contra ChatGPT

Google presenta su chatbot Bard

Pichai: América Latina debe invertir en una transformación digital sostenible

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Carles Planas Bou

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Tras meses de espera, Bard, el chatbot de inteligencia artificial (IA) de Google, ya está disponible en España. Desde este miércoles, esta herramienta podrá usarse en los 27 países de la Unión Europea (UE) y en Brasil, zonas que quedaron excluidas en su lanzamiento inicial en febrero, cuando el gigante tecnológico la anunció como respuesta a la meteórica popularidad de ChatGPT, de su rival Microsoft.

A partir de hoy, este modelo conversacional también estará disponible en 40 nuevos idiomas, entre los que se incluyen el español, el chino o el alemán. Otros idiomas como el catalán, el euskera o el gallego está previsto que se activen en el futuro, aunque la compañía no ha especificado cuando.

Bard es de uso gratuito y se presenta como un complemento para las búsquedas en Google, no como un sustituto. Los grandes modelos de lenguaje en los que se basa le permiten aprender de datos de Internet para responder a dudas de los usuarios por escrito y también en voz alta. Como ya se ha visto con ChatGPT, esa tecnología puede incurrir en errores de bulto, con lo que no es recomendable confiar ciegamente en lo que diga. Es por eso que ahora Google permitirá a los usuarios puntuar las respuestas de Bard.

El chatbot añade información de contexto, enlaces al buscador y será capaz de entender preguntas con imágenes. También se podrá adaptar su tono y estilo a sencillo, largo, corto, profesional o informal, una función por ahora limitada al inglés.

Mejoras de privacidad

Hasta ahora, Bard no estaba disponible en la UE. Para evitarse posibles incumplimientos de la legislación de privacidad europea (el Reglamento General de Protección de Datos), la compañía decidió esperar y ajustar su herramienta a la normativa. Tras meses de conversaciones abiertas con los reguladores, las mejoras introducidas ya habrían sido suficientes para poder desembarcar en Europa.

Esas mejoras son la introducción de avisos y detalles sobre el uso que la compañía hace de los datos personales. Los usuarios tienen ahora la capacidad de ver qué datos están generando y activar su eliminación automática.

Aun así, a principios de julio Google actualizó sus políticas para explicitar que usará todo tipo de "información pública" disponible en la red para entrenar sus modelos de IA, entre los cuales está Bard. Normalmente las compañías usan los datos que los usuarios publican en sus productos, no lo que circula libremente por internet, lo que despierta nuevas dudas sobre privacidad.

Batalla empresarial

El pasado 6 de febrero, Google presentó Bard como un "servicio experimental y conversacional de IA", según palabras de Sundar Pichai, director ejecutivo de Alphabet, su empresa propietaria. El lanzamiento fue algo precipitado, pues la compañía quiso responder así al inesperado éxito de ChatGPT, un chatbot desarrollado por OpenAI y posteriormente adquirido por Microsoft, que lo ha integrado en la mayoría de sus servicios ofimáticos.

La multinacional fundada por Bill Gates dio el primer golpe, pero la verdad es que la tecnología en la que se basa ChatGPT fue desarrollada en 2017 por investigadores de Google. Más allá de esa realidad, las grandes compañías tecnológicas de Silicon Valley —Microsoft, Google y también Metase han lanzado a la carrera para desarrollar la llamada inteligencia artificial generativa, un mercado que promete beneficios multimillonarios. El último en apuntarse ha sido Elon Musk, que este miércoles presentó su nueva compañía xAI. Curiosamente, en marzo el magnate firmó una carta abierta en la que pedía paralizar seis meses el desarrollo de esta tecnología por temor a sus riesgos.