Gestión del agua

Las últimas lluvias estabilizan las reservas de los embalses pero no revierten la tendencia decreciente

Las próximas semanas serán clave para recuperar reservas en el sistema Ter Llobregat

El Govern crea una nueva área para dar un vuelco a las políticas de agua e incorporar cambios en la ACA

Pantano de Susqueda.

Pantano de Susqueda. / Joan Castro

Guillem Costa

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Las precipitaciones de la última semana dejaron cantidades importantes de lluvia en todo el territorio. Sin embargo, las reservas de los embalses no han experimentado una subida importante. Es cierto que en algunos casos el descenso del agua embalsada ha sido menos pronunciado y parece que la curva se estabiliza. Pero, en líneas generales, no se ha registrado un importante repunte. En los próximos días, todavía hay margen para observar un leve crecimiento, puesto que es habitual que las consecuencias tras las lluvias tarden unos días en reflejarse en los pantanos.

La situación, a las puertas del otoño, es mucho mejor que en el mismo momento del año pasado. Las cuencas internas rozan el 30% de su capacidad y el sistema de los ríos Ter y Llobregat está por encima del 31%. Si la ventana húmeda que ahora se abre y que durará hasta noviembre deja cantidades de agua similares a la media histórica, la salida de la sequía podría estar cerca.

Durante los últimos años, los embalses no han alcanzado jamás el 40%. Lo habitual, durante septiembre, octubre y diciembre es registrar una curva ascendente. Pero esto no ha sucedido durante 2022 y 2023. Un tercer otoño seco podría arrojar dificultades y anticipar escenarios de restricciones como la fase de excepcionalidad por sequía.

El pantano de Sau, a día de hoy, está cerca del 22% de su volumen máximo, mientras que Susqueda, el otro gran embalse del Ter, se sitúa alrededor del 34%. En el Llobregat, destaca la Baells, un pantano donde el recurso está por encima del 42%.

Dos zonas rojas

Las cosas son distintas en el Alt Empordà, una de las regiones que más ha sufrido la escasez: Darnius Boadella apenas no alcanza el 19% y en los municipios abastecidos por este embalse se mantienen algunas restricciones. El Govern anunció la construcción de una desalinizadora en el norte de la Costa Brava para hacer frente al problema.

En el sur, los pantanos de Foix, Siurana y Riudecanyes continúan en una situación pésima, pese a que las lluvias regaron también estos territorios. En las localidades tarraconenses, no se han vivido medidas severas porque estos municipos beben agua procedente del Ebro, a través del llamado 'minitrasvase'. Pese al panorama, las lluvias son positivas en todas partes, puesto que, aunque no sirvan para llenar embalses, a medio y largo plazo, favorecen la recarga de los maltrechos acuíferos.

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