Medio ambiente

Los vertederos ilegales de amianto se doblan en un año en Catalunya: "La gente se deshace de la uralita a lo bestia"

Los agentes rurales han localizado 79 depósitos en el primer semestre y prevén llegar al centenar a final de año: el año pasado registraron 42

Los elevados precios de las empresas especializadas y la burocracia para lograr una subvención alimentan los vertidos

Solo uno de cada cuatro municipios catalanes ha hecho los deberes para librarse del amianto

Vertedero ilegal de amianto.

Vertedero ilegal de amianto. / JUAN CABALLERO

Guillem Costa
Clàudia Mas
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La sensación de peligro ante la presencia cercana de amianto ha crecido en los últimos años. Los planes políticos y la alerta mediática han provocado que la ciudadanía sea cada vez más consciente del problema. Por tanto, hay más prisa para deshacerse de las placas de uralita. Pero eliminarlas no es tarea fácil: contratar a una empresa especializada es caro, mientras que las subvenciones de la administración son un largo camino repleto de obstáculos burocráticos.

Ante estas dificultades, algunos optan por librarse del amianto "a lo bestia", en palabras de Lena Martí, de la comisión contra el amianto de la Federació d'Associacions de Veïns de Barcelona (FAVB). "Algunos temen que los planes de erradicación de este material terminen en sanciones y deciden no seguir el proceso legal", denuncia.

Lo preocupante del caso es que este fenómeno se traduce en un desastre ambiental y en un riesgo para la salud pública: los vertederos ilegales de amianto. Durante la primera mitad de 2024, los agentes rurales de la Generalitat han detectado 79 depósitos no controlados, según datos a los que ha accedido EL PERIÓDICO. En 2023, fueron 42.

El problema crece y los rurales advierten de que es una amenaza para las personas y el medio natural. Si en seis meses se han detectado 79, se da por descontado que se alcanzarán los 100 a finales de año. Y esto es solo la punta del iceberg, puesto que cada reducto de amianto abandonado se desconoce hasta que se descubre y se retira de forma segura.

Campo y ciudad

En la mayoría de casos, se trata de vertederos perqueños, aunque también hay casos de gran magnitud. A veces, simplemente se incluyen piezas de amianto mezcladas entre una importante concentración de escombros. No solo se localizan en hábitats naturales como cauces de ríos, sino también en núcleos urbanos.

Xavier Asensio, director técnico de una de las principales empresas de retirada de amianto de Catalunya, Ibérica Desamiantados, detalla que los vertederos ilegales que se encuentran en las calles suelen ser “un recopilatorio de trozos rotos" que la propia población no sabe dónde llevar. Se encuentran mayoritariamente en jardines, solares o en algún rincón poco transitado.

Peligroso vertedero de amianto en El Perelló.

Peligroso vertedero de amianto en El Perelló. / Guardia Civil

La compañía trabaja con varios ayuntamientos de la región metropolitana, como el de Castelldefels, para retirar este material tóxico de la vía pública a través de un protocolo de emergencia en menos de 48 horas. “Si un vecino encuentra amianto en la calle y lo notifica a su ayuntamiento, este está obligado dar respuesta en un plazo máximo de dos días”, precisa.

Asensio realiza al menos seis retiradas al mes en cada ciudad para eliminar vertederos de estas características. “Son intervenciones muy complejas, ya que se debe seguir un plan de trabajo muy estricto, utilizar los equipos técnicos necesarios y seguir la normativa de descontaminación”, señala.

Medio millón de euros

Las multas por abandonar amianto en la vía pública pueden oscilar entre los 300.000 y 600.000 euros, según explica Julio González, de la empresa Desamiantados Barcelona SL. Cuando se trata de vertederos de gran tamaño, que normalmente superan la tonelada, se debe presupuestar una partida extraordinaria municipal.

Desde el Ayuntamiento de Barcelona aseguran que el servicio se enmarca en el contrato de limpieza, por lo que no hay un coste específico ni un registro detallado de las actuaciones realizadas. Aun así, fuentes municipales explican que son servicios habituales que, además de la retirada, suelen acabar en denuncia.

Por su parte, Terrassa subcontrata a una empresa habilitada para gestionar estos residuos, al igual que Sabadell. El ayuntamiento licita el servicio y después la empresa adjudicataria se encarga de la emergencia. Los datos facilitados por el consistorio egarense acreditan que la recogida de amianto ha aumentado de forma significativa en los últimos años. En lo que va de 2024, ya se han realizado 118 actuaciones. En 2021 fueron 138 a lo largo de todo el año.

En cambio, en Granollers, esta gestión la realiza el propio ayuntamiento, a través del Departamento de Medio Ambiente.

"Fácil e ilegal"

El problema, apuntan desde los agentes rurales, son los casos no detectados. Cuando en una ciudad o en un bosque se descubre uno de estos vertederos ilegales, la retirada es "inmediata". No obstante, ¿cuántos núcleos ilegales de amiantos hay ahora mismo en +Catalunya? Esta es una pregunta sin respuesta.

Martí reclama una política valiente: "A día de hoy, existe poco control sobre las empresas especializadas y los elevados precios facilitan estos vertederos tan graves. Necesitamos un inventario pormenorizado y más inspecciones". También considera que debe ser más sencillo y eficaz el acceso a las ayudas para que la administración asuma la retirada del amianto.

"Si lo abandonas en la calle o en un campo, la retirada es inmediata, a pesar de que te expones a una multa", dice. "En cambio, si tratas de hacer las cosas bien, el proceso es lento y caro", zanja.

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