Al día siguiente de sufrir un grave accidente de tráfico: "Es una tragedia, pero no significa que no puedas hacer nada más"

Aunque los accidentes mortales descendieron en la red viaria interurbana catalana el año pasado, aumentaron un 7% los siniestros con víctimas, ya sean heridos graves o leves, respecto a 2022. Según datos del Servei Català de Trànsit, en 2023 se registraron 718 accidentes con fallecidos o heridos graves. En lo que llevamos de 2024, ya se han superado por poco los 300.

Pero más allá de la frialdad de las estadísticas –que también apuntan a que las carreteras con más siniestralidad son la C-31, AP-7 y la C-32–, están las personas que sufren este tipo de accidente que cambia la vida para siempre, tanto a los afectados como a sus cuidadores.

Los accidentes de tráfico con lesionados graves aumentaron en Catalunya el año pasado

"Un accidente de tráfico es una tragedia que no puede caer en saco roto, la persona que lo sufre tiene sus capacidades y se debe fomentar su autonomía y participación social, porque es un derecho. Tener un accidente no quiere decir que no hagas nada más en tu vida, sino que en adelante tendrás unas dificultades y se deberá trabajar para limarlas". De esta forma, Lourdes Andreu, coordinadora de la Associació Catalana de Traumàtics Cranioencefàlics i Dany Cerebral (Trace), explica la importancia de la "atención integral" a las víctimas de accidentes de tráfico con graves secuelas para que puedan adaptarse al día de después.

Afectados y familias

Precisamente esta entidad, que desde 1988 trabaja para mejorar la calidad de vida de los afectados y sus familias, es una de las asociaciones que forma parte del servicio gratuito Invictes, impulsado por el Servei Català de Trànsit (SCT) justamente para dar apoyo y orientación en este ámbito.

Este servicio, pionero en Europa desde una administración, se puso en marcha a inicios de 2023 y ya ha acompañado a 72 usuarios. De hecho, Invictes es "una ventana única", como explica a este diario Montserrat Guardia, coordinadora territorial del servicio gestionado por la Fundació ECOM que tiene por objetivo dar apoyo a las víctimas solucionando cualquier duda o problema que puedan surgir en la "dura transición" que empieza tras el accidente.

Hombres de entre 21 y 45 años

En este primer año de servicio, el perfil del atendido es un hombre de entre 21 a 45 años que hace menos de dos años que sufrió un siniestro de tráfico y padece traumatismo craneoencefálico. Los usuarios han valorado con casi un 9 sobre 10 a Invictes, ya que garantiza la coordinación y aplicación de los protocolos en caso de siniestro del Servicio de Información de las Víctimas de Accidentes de Tráfico, que también forma parte de Trànsit.

Los usuarios del servicio reclaman que la administración sea más ágil y facilite la burocracia que se activa tras un accidente, entre otras cuestiones. Invictes realiza labores en ocho ámbitos: información y orientación (sobre trámites vinculados a la situación de discapacidad y/o dependencia, prestaciones y recursos existentes, asesoramiento financiero); elaboración de diagnósticos de accesibilidad (básicamente en la vivienda de la persona afectada); acompañamiento en grupos de apoyo y ayuda mutua (para la recuperación emocional, la autonomía personal, las relaciones afectivas y sexuales); asesoramiento sobre movilidad (transporte público accesible y vehículos de movilidad personal, aprendizaje de las ayudas a la conducción y el uso de las adaptaciones); apoyo a las personas cuidadoras; actividades de ocio, cultura y deportes; orientación e inserción laboral; y la participación en la vida social y asociativa y en campañas de concienciación.

Más conductores que conductoras

A partir de cinco entidades "con experiencia en atención a las víctimas" en todo el territorio catalán, Invictes ofrece ese servicio transversal. "El objetivo es crear una red para atender de forma homogénea" a los usuarios, señala Guardia, poniendo especial cuidado en la atención de las familias y los entornos próximos de los afectados. De ahí que Invictes dé apoyo, ya sea terapéutico o funcional, a los cuidadores con el fin de mejorar su relación con las víctimas.

Invictes atendió en un año a 51 hombres y 21 mujeres de entre 22 y 65 años. Esta cifra no es más que un reflejo de la accidentabilidad, ya que los conductures sufren más accidentes que las conductoras. La atención puede ser diferente por géneros, según los responsables del servicio, ya que las mujeres suelen ser madres y tienen un rol muy desarrollado como cuidadoras. Al sufrir el accidente y poder tener secuelas cognitivas, tienen dificultades para seguir gestionando la casa, lo que les genera aún más angustia. "Un siniestro te cambia la vida y debes convivir con esta situación, tanto tú entorno como tú, por eso son necesarios lugares para conseguir apoyos e información de expertos para adaptarte", explica Lourdes Andreu.

De hecho, la interlocución con el afectado es constante para determinar qué medidas se toman para aplicar el plan de vida que se decide poner en marcha tras "aceptar" la nueva situación: tras pasar por el hospital y recibir el alta, "se dan cuenta de que no eran la misma persona que eran antes del accidente".

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