El Govern advierte de que la sequía no ha terminado: "Si no llueve, la emergencia volverá en 2025"

"La sequía no ha terminado. Ha llovido, sí. Pero basta con mirar un mapa para entender que la crisis hídrica sigue aquí", sentencia Samuel Reyes, el director de la Agència Catalana de l'Aigua (ACA). Cuando habla de analizar un mapa, se refiere a echar un vistazo a las distintas unidades de explotación: es cierto que ninguna se encuentra en emergencia a día de hoy, pero varios municipios están aún bajo la fase de alerta o excepcionalidad.

¿Y cuándo se dará por terminada la sequía? Cuando los embalses superen el 60% o cuando todas las comarcas estén pintadas de verde o azul. De momento, la mayoría siguen pintadas de amarillo y naranja. Además, se debe destacar la situación de las regiones del sur de las cuencas internas. El pantano de Riudecanyes se sitúa a menos del 2% de su capacidad, mientras que varios acuíferos de esta zona están al límite. De todas formas, el abastecimiento está garantizado, puesto que el 'ministrasvase' del Ebro suministra agua a la provincia de Tarragona.

Durante la próxima semana, la ACA y el Departament d'Acció Climàtica estudiarán la posibilidad de cambiar de fase en las cabeceras del Ter y el Llobregat, que siguen en excepcionalidad.

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Las lluvias han mejorado el estado de las reservas en estos lugares y los ríos bajan con más fuerza que meses atrás. Pero también es verdad que estamos en verano y que las próximas semanas es posible que sean secas, también en estos territorios.

Desalinizadoras al máximo

Reyes ha avisado de que, si no llegan lluvias durante lo que queda de verano y en otoño tampoco, el sistema Ter Llobregat, el que abastece a casi seis millones de catalanes, podría volver al estado de excepcionalidad. No obstante, la temida emergencia no volvería hasta 2025. "Tenemos varias obras en marcha para disponer de más resiliencia hídrica y los ayuntamientos empezarán a mejorar la eficacia de sus redes a través de las subvenciones que les hemos facilitado", ha destacado Reyes.

Por ahora, las desalinizadoras siguen funcionando a todo gas, para tener que recurrir al mínimo a los embalses. En cambio, el agua regenerada producida en El Prat de Llobregat ya no se usa en su totalidad para convertirla en agua potable. Una porción se bombea río arriba y permanece en el Llobregat para actuar como caudal ambiental, según ha explicado Reyes. La intención del Govern es construir una desalinizadora portátil en el puerto de Barcelona para asegurar el agua en caso de que la emergencia se repita antes de que las futuras desalinizadoras de Blanes y Cubelles estén listas.