Recuperación de espacios naturales

La aportación de sedimentos al delta del Ebro será lenta: se tardarán años en mover un 10%

En las pruebas piloto que ha hecho la Confederación Hidrográfica del Ebro en Mequinenza, Riba-roja y Flix solo se ha podido movilizar un 0,1%

Vista aérea de una zona costera del delta del Ebro.

Vista aérea de una zona costera del delta del Ebro. / CLAIRE LOUIS

Guillem Costa

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El plan de recuperación de tránsito de sedimentos liderado por la Confederación Hidrográfica del Ebro es a largo plazo. "Es algo que sabíamos desde el comienzo. Somos conscientes de que es un reto muy complicado", reconoce Miguel Ángel García Vera, jefe de planificación de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE).

A día de hoy, sumando las pruebas piloto en las colas de los embalses y las crecidas controladas, apenas se ha logrado mover un 0,1% de los sedimentos acumulados en los embalses de Mequinenza, Riba-roja y Flix (este último en menor medida). "Hasta la fecha, hemos trabajado con pruebas piloto, pero la intención, dentro de unos años, es pasar de las pruebas a las acciones potentes", sostiene García Vera.

La Plataforma en Defensa del Ebro no aprueba el ritmo de trabajo de la CHE y urge a "pisar el acelerador"

La Plataforma en Defensa del Ebro (PDE) no aprueba el ritmo de trabajo de la CHE. "Las cantidades son irrisorias y consideramos que ya hay cálculos realizados por el IRTA (Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentaria) u otras instituciones que se deberían aprovechar para pisar el acelerador", critica Susana Abella, miembro de la asociación.

Las últimas lluvias han permitido aumentar el caudal del río pero para la PDE esto no es solución ni garantía de futuro ya que no resuelve las problemáticas relacionadas con la falta de poso. "Sí que baja más agua, pero los sedimentos siguen reteniéndose en los pantanos", han subrayado.

García Vera admite que es un trabajo lento y que se va "paso a paso": "No sabemos dónde llegaremos pero nos inspiramos en experiencias a nivel mundial y sabemos que es importante actuar sin prisa, analizando cada acción que realizamos". "No es un tema fácil, pero vamos logrando pequeños avances y seguiremos en ello", añade el jefe de planificación de la confederación.

"No es un tema fácil, pero vamos logrando pequeños avances y es importante actuar sin prisa"

Miguel Ángel García Vera

— Jefe de planificación de la CHE

Las entidades que reclaman sedimentos para el Ebro y también la Generalitat siempre han coincidido en exigir más premura a la CHE, cuyas decisiones se basan en gran medida en un estudio realizado por la Universidad Politécnica de Madrid.

La intención de este órgano que depende del Ministerio para la Transición Ecológica es ser cada año más eficientes y así poder encontrar la mejor fórmula para movilizar gran cantidad de sedimentos. No obstante, es una evidencia que, al ritmo actual, se tardarán años en trasladar solo un 10% de los sedimentos que se calcula que hay en Mequinenza y Riba-roja.

Uno de los interrogantes por despejar es determinar qué efecto tendría para el delta del Ebro la llegada de una pequeña parte de sedimentos, a través del río o de los canales utilizados por los arroceros. ¿Serviría para reducir la regresión? Ninguna administración se atreve a afirmarlo con rotundidad. En paralelo, la Generalitat está aplicando algunas estrategias de protección en el delta que se centran en evitar el desgaste del litoral antes los temporales marítimos. Pero sin sedimentos y sin una gran inversión económica, el futuro de este hábitat único en Catalunya parece difícil.

En su defensa del plan para aportar sedimentos, las entidades subrayan la importancia de proteger un espacio clave para el medio ambiente y que en 2013 la UNESCO declaró Reserva de la Biosfera. Garantizar la salud y el agua del río sirve para activar todo el engranaje deltaico. Con el caudal de los ríos, el agua llega a los canales. De los canales, se traslada a los campos de arroz. Después, de los campos de arroz a las lagunas. Y por último, de las lagunas a las bahías. El ciclo vital del frágil Delta permite el trabajo a los agricultores que cultivan arroz y también sirve para proteger la biodiversidad de la zona, sobre todo pájaros que aprovechan las zonas húmedas para criar.

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