Lucha por el Mar Menor

Teresa Vicente, ganadora del 'Nobel verde': "Doñana o el delta del Ebro deben tener sus propios derechos, si no no se salvarán"

Su batalla permitió que el Mar Menor se convirtiera en el primer hábitat de Europa declarado como persona jurídica

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Teresa Vicente, durante su intervención en la Comisión Europea.

Teresa Vicente, durante su intervención en la Comisión Europea. / El Periódico

Guillem Costa

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Teresa Vicente, profesora de Filosifía del Derecho, ganó el Premio Ambiental Goldman, el llamado 'nobel' verde europeo, por impulsar la ILP (Iniciativa Legislativa Popular) que otorgó personalidad jurídica al Mar Menor (Murcia). Vicente atiende a EL PERIÓDICO después de contar la historia de la defensa de este ecosistema en la Comisión Europea ante un auditorio lleno a rebosar.

La defensa del Mar Menor ha llegado a Europa. ¿Cómo se siente?

Muy satisfecha. Hemos puesto de manifiesto que el movimiento por los derechos de la naturaleza se ha hecho escuchar en Occidente, la parte del planeta donde más resistencia había.

¿A qué se refiere?

Europa era reticente a dar este salto y reconocer que la naturaleza está viva y tiene derecho a la conservación y recuperación.

"Es un sinsentido que las corporaciones tengan derechos propios y la naturaleza no"

¿Por qué?

Se veía como algo de los pueblos indígenas, que habían logrado el reconocimiento de la personalidad jurídica del río Atrato, en Colombia, y del Whanganui en Nueva Zelanda. Sin caer en el romanticismo alrededor de estos pueblos, puesto que nuestro modelo les privó de sus recursos, ellos han sido nuestros grandes maestros.

¿Cómo alcanzaron ustedes este reconocimiento del Mar Menor?

A través de la ciencia de la Ecología, que constata que el ser humano forma parte del ecosistema y no puede vivir sin él. En Occidente solo nos convence la ciencia.

¿Cuándo empezó la lucha?

La mía en la universidad. Me aburría el Derecho y empecé a leer Ecología. Igual que las personas tienen derechos, descubrí que la vida también y que el estado del ecosistema tiene una incidencia en el ser humano, a la vez que nuestra actividad afecta al ecosistema.

¿Y la pelea por el Mar Menor?

Cuando el hábitat colapsó en 2019. La muerte masiva de peces, que salían del agua porque se quedaban sin oxígeno, me impactó. Estaba en la Universidad de Reading (Reino Unido) y me di cuenta de que para reclamar la protección de la naturaleza ante un juez, lo debía hacer en relación a los derechos de los humanos.

¿Y qué hizo?

Mis alumnos se implicaron y trabajamos en el estudio, que después se unió con el movimiento social, hasta que logramos convertir una laguna en una persona y sacar adelante la ILP.

"La muerte masiva de peces del Mar Menor, que salían del agua porque se quedaban sin oxígeno, me impactó. Me di cuenta de que para reclamar la protección de la naturaleza ante un juez, lo debía hacer en relación a los derechos de los humanos"

¿Ha inspirado movimientos similares en Europa?

Sí. Gente en defensa de la Laguna de Venecia o el río Sena se han interesado por el caso para conseguir que se consideren personas jurídicas a estos ecosistemas acuáticos.

Y en España, ¿qué lugares pueden seguir los pasos del Mar Menor?

Zonas como Doñana o el delta del Ebro. Tiene que ser normal que estos espacios tengan sus propios derechos. Si no, con el actual modelo basado en la explotación ilimitada de los recursos, no llegaremos a tiempo para salvarlos.

¿Ve viable lograrlo?

Este camino iniciado en el siglo XXI debe continuar. Otorgar personalidad jurídica a los ecosistemas ha de ser tan fácil como crear una sociedad anónima o limitada. Un día, hace siglos, decidimos que podíamos explotar y dominar la naturaleza sin limites. Ahora toca reconocer que poseen derechos y que los hemos vulnerado.

Estos espacios ya están protegidos. ¿Por qué necesitan la personalidad jurídica?

El Mar Menor también estaba protegido. Y de un día para otro, colapsó. Durante las últimas décadas hemos hecho cosas bien, pero hay que dar un paso más: ¿por qué no reconocemos el sinsentido de que las corporaciones tengan derechos propios y la naturaleza no?

¿Se ha sentido igual de escuchada en Murcia?

En Murcia me he sentido apoyada por el movimiento social. Luego, después de aprobar la ILP municipal en Los Alcázares, en la Asamblea Regional de Murcia no nos escucharon y nos silenciaron. Pero su silencio no nos ha detenido.

¿Le sorprendió, este silencio?

Sí. Me choca que no hagan uso de un premio Nobel de medio ambiente que ha sido para una murciana, porque no creo que haya muchos en Murcia. El Gobierno de la nación, en cambio, cuando me dieron el galardón, sí me felicitó, y también otra gente. Aquí, en Europa, me han invitado a contarlo. Pero el Gobierno autonómico, no.

¿Se siente frustrada, por ello?

No, lo importante es la victoria del movimiento social.  

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