Audiencia de Barcelona

El acusado de la brutal violación de Igualada buscó en internet noticias sobre la agresión tres días después

Los Mossos reconstruyen de forma pormenorizada los pasos de la víctima la noche en que fue atacada

Del geolocalizador al ADN de la víctima: las pruebas acorralan al acusado de la salvaje violación de Igualada

Una mossa declarando en el juicio por la violación de Igualada, este miércoles.

Una mossa declarando en el juicio por la violación de Igualada, este miércoles. / EL PERIÓDICO

J. G. Albalat

J. G. Albalat

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Brian Raimundo Céspedes, el procesado por la violación de una adolescente de 16 años en un polígono industrial de Igualada el 1 de noviembre de 2021, buscó en internet tres días después del ataque información sobre la agresión sexual, según ha explicado este miércoles uno de los agentes de los Mossos d'Esquadra que participó en la investigación. El agente ha detallado en la tercera sesión del juicio que se celebra en la Audiencia de Barcelona que el acusado rastreó noticias en internet poniendo "violación en Igualada".

En dos de los tres móviles incautados al acusado –para quien la fiscalía solicita 45 años de prisión y otros 10 años de libertad vigilada–, la policía halló pruebas que incriminan a Céspedes, como la coincidencia con la localización del teléfono de la víctima en la zona de la agresión, y el recorrido que hizo el procesado para volver a su domicilio tras, presuntamente, haber violado a la víctima y haberla golpeado fuertemente con un objeto en la cabeza. El agresor la dejó malherida y casi inconsciente en un callejón.

En uno de los móviles de Céspedes, además, se encontró también el registro de las llamadas que hizo a un amigo para quedar. Ese conocido, así como él mismo, estaba en el grupo que provocó daños en un vehículo la misma noche del ataque a la adolescente. Al revisar la denuncia por este hecho, los Mossos pudieron identificar, por su vestimenta, al ahora procesado como la persona que pudo haber cometido la violación.

Los agentes que participaron en la investigación han ido desgranando las pruebas recopiladas que acorralan al acusado. Una de las policías que participó en la entrada y registro en el domicilio del imputado, nacido en Bolivia, detalló que se incautó las bambas blancas, los pantalones oscuros, la chaqueta, la bandolera y la mochila que el sospechoso llevaba la noche de los hechos. En la chaqueta había una mancha de sangre con el ADN de la víctima.

De la cena hasta el callejón

Hasta tal punto fue minuciosa la investigación realizada por la Unidad Central de Agresiones Sexuales (UCAS) de los Mossos que en el juicio una investigadora ha relatado de forma pormenorizada qué hizo la adolescente durante toda la noche. Esta policía ha explicado al tribunal que la joven llegó a Igualada sobre las ocho de la tarde. La habían acompañado su madre y la pareja de esta. La chica había quedado con una amiga en un local de hamburguesas. Más tarde fueron hacia la discoteca Epic. Había mucha cola y tuvieron que esperar durante bastante rato para poder entrar. Allí la víctima se juntó con otra amiga. Las tres accedieron al local de ocio.

La agente ha relatado, incluso, lo que pasó esa noche dentro de la discoteca. Ha precisado, como ya ratificó el primer día de juicio una testigo, que una de las amigas se enfadó con la víctima porque habían acordado que estarían juntas y ella se había ido con un chico.

El cerco se estrecha

El detalle ha llegado a tal extremo que la policía ha precisado que, posteriormente, la adolescente también discutió con un conocido y que, sobre las 5.45 horas de la madrugada, abandonó la discoteca y mantuvo relaciones consentidas con otro amigo. Los Mossos descartaron a esa persona como autor de la violación porque comprobaron que, pasadas las seis de la mañana, este recibió la llamada de un amigo avisándole de que su padre lo había ido a buscar en coche y si quería volver a su casa con ellos, como así fue.

La joven fue hallada inconsciente y semidesnuda sobre las seis de la madrugada por un camionero, quien, al verla tendida en el suelo de un callejón, la tapó con una chaqueta antes de llamar a los servicios de emergencia. En cuanto llegaron los sanitarios, se dieron cuenta de que la adolescente seguía con vida y fue trasladada de urgencias al Hospital de Sant Joan de Déu de Barcelona. Ingresó con un traumatismo craneoencefálico y con graves lesiones provocadas por la agresión sexual. Los médicos tuvieron que operarla varias veces. La víctima sufre amnesia y estrés postraumático.