Educación

Unas 400 familias de Barcelona sin plaza de I-3 en las opciones elegidas reclaman modificar los criterios de preinscripción

Piden que se considere 15 minutos la distancia máxima entre la residencia familiar y los centros dentro de la zona escolar

Bicibús escolar desde la plaza de Molina hasta plaza de de Sarrià por Vía Augusta, en Barcelona.

Bicibús escolar desde la plaza de Molina hasta plaza de de Sarrià por Vía Augusta, en Barcelona.

ACN

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Unas 400 familias que se han quedado sin plaza en ninguno de los centros escolares elegidos han reclamado modificar los criterios de preinscripción, para "priorizar realmente la proximidad", así como las escuelas públicas y evitar que se les adjudique plaza en una concertada o una religiosa contra su voluntad. En concreto, quieren que se tome a 15 minutos la distancia máxima entre la residencia familiar y los centros dentro de la zona escolar. Los afectados impulsaron un manifiesto, una petición en la plataforma 'change.org' y reclamaron una reunión con el Consorcio de Educación de Barcelona. Lamentan que esta situación se repite año tras año y ponen sobre la mesa que "un sorteo no puede acondicionar los próximos 18 años de una familia".

La petición la impulsan un conjunto de familias que no han logrado plaza "en ninguna" de las opciones elegidas porque estando todas llenas, según las listas publicadas tras el sorteo con el número de desempate.

Del Eixample a Gràcia

Según los impulsores, hay unas 85 familias afectadas en el Eixample -65 de las cuales en L'Esquerra-, 40 en Les Corts, 44 La Salut, 50 en Sants, 30 en Gràcia, unas 45 en el Guinardó, unas 41 en Horta, las mismas en la Sagrera, una decena en la Verneda, cinco en el Clot y 18 en la Font del Fargues.

En el manifiesto impulsado, aseguran que el Consorcio de Educación "no se digna" a hablar con ellas ni les presentan soluciones. Rechazan que la solución sea esperar al 29 de mayo, cuando comienza el período para ampliar peticiones, y recibir un correo en el que se les informe de que pueden elegir plaza entre las escuelas que tienen plazas libres, y que remarcan que no han elegido. Las familias destacan que no si no lo han hecho es porque no les gusta el proyecto educativo, porque son concertadas religiosas o porque están demasiado lejos de su domicilio.

Rechazan que la solución sea esperar al 29 de mayo, cuando comienza el período para ampliar peticiones

Por todo ello, piden cambios en los criterios de preinscripción. En primer lugar, modificar los de proximidad de tal forma que, especialmente en zonas escolares muy grandes, se establezca un máximo de 15 minutos entre la residencia familiar y los centros a los que se puede acceder. Por otro lado, quieren que los centros se llenen en primer lugar con niños de la zona y, solo si sobran plazas, con quienes puedan venir de otras zonas.

También quieren que se cambie la metodología que hace que si no se consigue plaza en el primer centro elegido, se acaba no entrando tampoco en las siguientes opciones si se llenan con los que ya lo han elegido en primera opción.

"Todo depende de un sorteo"

Critican también que cuando hay empate en la puntuación, "todo dependa de un sorteo". Han reclamado que las familias deben ser las que decidan dónde y qué línea pedagógica quieren para sus hijos, "y no una bola". Aseguran ser conscientes de que en números generales representan un 10% del total de familias, pero apuntan a que hay zonas, como en el Eixample Izquierdo, donde están los 65% las familias que no entran en primera opción.

Las familias ponen sobre la mesa que si no se consigue plaza en el centro escogido, los hermanos que vienen detrás se ven "arrastrados" a ir al mismo centro. Añaden que esto también dificulta el acceso al instituto que quisieran, ya que no lo tendrán como adscrito. Por último, plantean que hay familias que no han conseguido plaza de I-3 en el centro que querían y, por tanto, todavía no saben a qué centro irán sus hijos, que deben hacer la preinscripción de los otros hijos en la guardería sin saber a dónde irá el mayor.

A la petición se suman cinco familias del barrio de Sant Antoni que el pasado año no consiguieron plaza en el centro elegido y que vuelven a reclamar poder entrar en un centro del barrio, ya que denuncian que durante el primer curso de escolarización tuvieron que hacer frente a distancias que en algunos casos superan los 40 minutos. Aseguran que esto ha tenido un impacto "devastador" en las vidas de los niños, en la laboral de los progenitores y en la del entorno familiar.