Del maestro que prometió el mar a la maternidad de Elna: cómo trabajar la memoria histórica con niños de 11 años

Son poco más de las ocho y media de la mañana, es lunes y al otro lado de las ventanas el cielo, oscuro, se resiste a que la semana empiecena empezar. Llueve con ganas, pero parece que nada de eso afecta a los pequeños Daniel y Pablo, a juzgar por la cantidad de veces que levantan el brazo cuando Elisabeth Gil, su no menos enérgica maestra, lanza alguna pregunta al grupo. Los críos, que poco a poco llenan esta aula de sexto de primaria de la escuela pública Ferran de Segarra de Santa Coloma de Gramenet, en el piso de arriba del viejo edificio, hablan con pasión y orgullo sobre su proyecto de curso: la maternidad de Elna y la historia de Elisabeth Eidenbenz, la enfermera suiza que ayudó a parir a cientos de mujeres embarazadas del campo de refugiados de Argelès tras la guerra civil.

Este trabajo les ha que llevado de cuestionarse (y entender) cuestiones básicas como la importancia de la alimentación (creando cada uno, con sus propias manos, una cartilla de racionamiento) a ponerse en la piel de las miles de personas obligadas a exiliarse tras la guerra civil española -"la peor excursión de su vida", como define el exilio Cloe, otra de las alumnas.

Daniel y Pablo son los que más piden intervenir a primera hora, pero ni mucho menos son los únicos. "Pasaron frío, sed y hambre", añade la niña a su definición. "Sí, el exilio es irte de tu país para ir a otro sitio donde no tienes nada", agrega su compañero Pablo. Se nota que están acostumbrados a hablar en público y el trabajo les ha dejado huella, ya que todo lo que van contando a lo largo de la hora sale de sus bocas de forma espontánea, sin ningún papel sobre sus pupitres.

La maternidad de Elna ha servido a este grupo de preadolescentes como hilo conductor durante todo el curso para trabajar desde geografía [¿Dónde está Argelès? ¿Qué es la Catalunya Nord?] hasta redacción y caligrafía. Cada uno de ellos ha escrito 'su' propia historia de la maternidad. Se repartieron los personajes y cada niño se puso en los zapatos de uno de ellos: uno era Elisabeth Eidenbenz; otro, una de las cientos de mujeres a las que esta ayudó a parir; otro, un bebé nacido en la maternidad... Textos que escribieron a mano y en catalán -detalle no menor- en grandes cartulinas, expuestas en el rellano frente a la clase, igual que la infinidad de materiales relacionados con este episodio de la historia del siglo XX que han ido trabajando durante el curso en un proyecto que han ido construyendo entre todos.

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Un día Elisabeth -la maestra que comparte nombre con la protagonista del proyecto- se compró una tele y, al sacarla, vio claramente como el cartón que la protegía era una maqueta de la maternidad. Cogió la caja y al día siguiente se la llevó a sus chicos (está acostumbrada a carretear material metro arriba, metro abajo). En clase lanzó solo una pregunta: ¿qué es esto? Fiorella, sentada en las últimas filas, levantó la mano decidida (una de las cosas que hace especial esta iniciativa es que las manos se alzan en todos los rincones de la clase).

Como su maestra, la pequeña lo vio claro: ¡la maternidad! A partir de ahí, hicieron que así fuera entre todos. Cada niño trajo de su casa un Playmobil y convirtieron ese trozo de cartón en una maqueta de la casa en la que la enfermera suiza ayudó a nacer a más de 500 criaturas; cifra que recuerda de memoria Raed, otro de los niños, sentado frente a Pablo y Daniel, quienes también quieren hablar de Antoni Benaiges.

"Todo, todo, les sirve para aprender", señala la maestra, responsable, también, de la pasión de sus alumnos por el maestro republicano magistralmente 'resucitado' en la película 'El maestro que prometió el mar' y que interpreta Enric Auquer.

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Este año se han centrado en la célebre maternidad clausurada por los nazis -dato que aporta a la conversación el pequeño Raed- porque la maestra, convencida de la importancia de trabajar la memoria histórica desde primaria, tenía claro que este año quería incorporar también mirada de género al proyecto, y esta historia de sororidad protagonizada por mujeres le servía muchísimo, también por estar protagonizada por madres; pero Gil lleva años trabajando la historia con sus alumnos de la misma manera, vivencial, y mucho antes del estreno de 'El maestro que prometió el mar'.

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Fue pionera en acercar a sus alumnos la figura de Antoni Benaiges; a quien Gil conoció gracias al 'micromecenazgo' que el fotógrafo Sergi Bernal abrió para financiar el documental 'El retratista' (la semilla de a película). Los hermanos mayores de los niños que este año hacen sexto dedicaron su proyecto de curso al maestro fusilado por el franquismo e hicieron también una exposición que impactó en el resto del colegio. Por eso este curso, cuando se publicó el tráiler de la película, los alumnos de Gil quisieron también trabajar su figura y así lo hicieron (la pequeña exposición fruto de ese interés genuino está expuesta en la biblioteca del centro). Además, todo encajaba. Las mujeres que cruzaron los Pirineos a las que salvó Eidenbenz eran republicanas, como el maestro.

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