Reconocimiento internacional

La Unesco reconoce a los 'raiers' de Lleida como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad

Pobla de Segur, Pont de Claverol y Coll de Nargó celebran el reconocimiento al antiguo oficio de transporte fluvial de la madera

raiers

raiers / Laia Ferré

El Periódico

El Periódico

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La técnica de transporte fluvial de la madera, que en Catalunya, y concretamente en Lleida, realizaban los denominados 'raiers', ha sido incluida este jueves en la lista de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco, a petición de España y de otros cinco países europeos. La decisión ha sido tomada durante el XVII Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de Unesco que se celebra en Rabat, y esta candidatura fue presentada, además de España, por Austria, República Checa, Alemania, Letonia y Polonia.

Los 'raiers' de la Pobla de Segur y Pont de Claverol (Pallars Jussà) y de Coll de Nargó (Alt Urgell), que formaban parte de la candidatura, han celebrado la decisión, y han subrayado que ayudará a preservar el oficio, un homenaje a todas las personas que durante años destinaron sus vidas al transporte fluvial de la madera desde los bosques del Pirineo hasta el mar.

Culmina con éxito el largo camino de los 'raiers' de Lleida hasta este reconocimiento mundial. Camino que iniciaron en 2010 en Trentino (Italia), durante una asamblea internacional en el que se habló de la posibilidad de que los 'raiers' fuesen considerados patrimonio de la Unesco. En 2011, se acordó iniciar el proceso y en 2012, en un encuentro en la Pobla de Segur que reunió a una veintena de entidades, se empezó a preparar la candidatura.

Tradición de la Edad Media

El transporte fluvial de la madera en Alemania, Austria, Chequia, España, Letonia y Polonia tiene su origen en la Edad Media, cuando se utilizaban balsas para transportar madera, mercancías y personas aprovechando las corrientes naturales de agua.

Según los promotores de la candidatura de esta práctica, las balsas de madera, que miden hasta 600 metros de largo, 50 de ancho y 2 de alto, se utilizan hoy en día principalmente para navegar por los ríos en estos países. Se trata de una práctica que reúne conocimientos tradicionales y saberes relacionados con la fabricación y navegación de balsas en vías fluviales, y se centra, en particular, en la construcción de balsas de madera y el transporte de troncos, así como en el conocimiento de la naturaleza y sus elementos.

Todos los balseros comparten el mismo estilo de vida, vocabulario específico y hábitos que se transmiten de generación en generación durante siglos, aunque no existe una regla universal para la selección de la madera, el aparejo de los troncos y la navegación.

En España esa práctica se centraba en las Comunidades de Aragón, Castilla-La Mancha, Catalunya, Navarra y la Comunidad Valenciana.