Psicología

"No sé cómo debo tratar a mi pareja después de una infidelidad": cinco pasos para evitar conflictos

La infidelidad supone la ruptura total en la confianza

Pareja enfadada

Pareja enfadada / 123RF

Ángel Rull

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Cuando se descubre una infidelidad, la primera reacción es a menudo de incredulidad y shock. La confianza, ese pilar fundamental sobre el que se construye la seguridad emocional en una relación, parece desmoronarse. No es raro que ambos miembros de la pareja se sientan perdidos, confundidos y llenos de dudas sobre el futuro de su relación.

En esta etapa inicial, la comunicación puede volverse especialmente complicada. El dolor emocional es intenso y las conversaciones sobre el tema pueden acabar en discusiones acaloradas o en un retiro emocional completo. Es fundamental manejar estas conversaciones con cuidado, evitando caer en la trampa de los reproches constantes que pueden deteriorar aún más la relación.

La incertidumbre sobre cómo proceder post-infidelidad es común. Muchas parejas se preguntan si es posible recuperar la normalidad o si deberían tomar caminos separados. Esta decisión no debe tomarse a la ligera, y a menudo, es útil dar un paso atrás para evaluar objetivamente la relación sin la presión de tomar decisiones inmediatas.

La tensión en la pareja después de la infidelidad

El ambiente en la pareja tras una infidelidad suele estar cargado de tensión. La incertidumbre sobre los pasos a seguir puede generar un clima de constante vigilancia y sospecha. La comunicación se vuelve un campo minado donde palabras inocentes pueden desencadenar conflictos.

Es crucial entender que ambos miembros de la pareja están sufriendo, aunque de maneras diferentes. El equilibrio emocional se ve comprometido y, sin las herramientas adecuadas, es fácil caer en ciclos de reproches y discusiones que solo amplifican el dolor.

Para reducir esta tensión, es esencial establecer momentos y espacios donde la pareja pueda comunicarse sin las presiones del día a día. Estos momentos deben usarse para hablar abiertamente sobre sus sentimientos, miedos y expectativas. Es un tiempo para escuchar y ser escuchado, un factor crucial para comenzar el proceso de sanación.

¿Qué ocurre con las emociones?

La infidelidad desata un torbellino emocional. Los sentimientos de traición y decepción pueden llevar a la persona afectada a cuestionar no solo su relación, sino su propio valor. Es fundamental reconocer estas emociones y validarlas, sin precipitarse a tomar decisiones que podrían lamentarse más adelante.

Por otra parte, la persona que ha sido infiel también enfrenta un reto emocional. El remordimiento y la vergüenza pueden ser abrumadores, pero es esencial que estas emociones se manejen de manera que contribuyan a la sanación de la relación, en lugar de perpetuar la culpa y el resentimiento.

Aceptar y trabajar a través de estas emociones requiere tiempo y, a menudo, un cambio de perspectiva. Reconocer que la recuperación es un proceso gradual puede ayudar a moderar las expectativas y facilitar un diálogo más abierto y menos cargado de juicios.

Para evitar conflictos en la pareja tras una infidelidad

La infidelidad es uno de los retos más difíciles que puede enfrentar una relación de pareja. Este evento no solo plantea serias preguntas sobre la confianza y el compromiso, sino que también genera un torbellino de emociones que pueden ser abrumadoras tanto para la persona afectada como para la pareja infractora.

Pero ¿qué podemos hacer para evitar conflictos una vez que ocurre la infidelidad?

1. Establecer un espacio para la honestidad

El primer paso para reconstruir una relación después de una infidelidad es crear un espacio donde ambas partes puedan expresar abiertamente sus sentimientos y preocupaciones. Esto implica hablar con sinceridad sobre lo ocurrido y sobre los sentimientos que cada uno tiene. La honestidad es la base sobre la que se puede empezar a reconstruir la confianza perdida.

En este espacio, es vital que ambos miembros de la pareja se comprometan a ser transparentes sobre sus emociones y acciones futuras. Esto puede incluir discusiones difíciles y momentos incómodos, pero es fundamental para asegurar que no queden temas sin resolver que puedan causar problemas más adelante.

Además, este entorno debe ser de apoyo mutuo. Reconocer los errores y mostrar disposición para trabajar en ellos son pasos cruciales para restaurar la confianza y comenzar el proceso de curación.

2. Definir expectativas claras

Es crucial que ambos miembros de la pareja acuerden qué esperan el uno del otro en esta nueva etapa. Esto incluye límites claros sobre lo que es aceptable y lo que no, y cómo desean ambos manejar la situación para evitar futuros deslices. Establecer estas reglas claras ayuda a prevenir malentendidos y proporciona una estructura en la que ambos pueden sentirse seguros.

La definición de expectativas también implica establecer objetivos realistas sobre la recuperación de la relación. Es importante entender que la confianza, una vez dañada, requerirá tiempo y esfuerzo constante de ambos para reconstruirse.

Un diálogo abierto sobre necesidades y deseos puede fortalecer la relación, permitiendo que cada parte exprese lo que necesita del otro sin sentirse juzgado, lo que a su vez puede fomentar un entorno más amoroso y comprensivo.

3. Priorizar la comunicación respetuosa

La comunicación debe ser una prioridad. Ambos deben esforzarse por hablar de manera que el otro pueda escuchar sin sentirse atacado. Esto implica evitar el lenguaje acusatorio y optar por expresiones que reflejen cómo uno se siente, en lugar de culpar al otro.

Es importante también practicar la escucha activa. Esto significa prestar toda la atención al hablar el otro, sin preparar una respuesta mientras la otra persona está hablando. La escucha activa puede ayudar a entender realmente los puntos de vista del otro y responder de manera que se reconozcan sus sentimientos y preocupaciones.

Además, es útil establecer normas para los momentos de conflicto, como tomar pausas si la conversación se calienta demasiado, lo cual puede prevenir escaladas y ayudar a mantener el respeto mutuo.

4. Dedicar tiempo para el entendimiento mutuo

Es importante dedicar tiempo a entender los puntos de vista y las emociones del otro, sin juicios ni interrupciones. Este ejercicio de empatía no solo ayuda a sanar las heridas, sino que también fortalece la relación a largo plazo.

Compartir experiencias personales y vulnerabilidades puede construir un puente de comprensión y empatía. Cuando ambos miembros de la pareja sienten que sus emociones son validadas, se crea un ambiente más seguro y abierto para el diálogo.

La paciencia juega un papel crucial en este proceso. Las emociones fuertes no desaparecen de la noche a la mañana, y entender esto puede ayudar a ambos a navegar por el proceso de sanación con mayor comprensión y cuidado.

5. Construir momentos positivos juntos

Finalmente, es fundamental crear nuevos recuerdos positivos juntos para reemplazar los momentos dolorosos del pasado. Esto puede incluir actividades que ambos disfruten, como viajes cortos, hobbies compartidos o simplemente pasar tiempo de calidad juntos.

Celebrar pequeñas victorias en el camino hacia la recuperación de la relación puede ser muy alentador. Cada paso hacia adelante, por pequeño que sea, es un progreso que debe reconocerse y celebrarse.

Es esencial que estos momentos positivos no sean forzados. La autenticidad en el deseo de pasar tiempo juntos y disfrutar de la compañía mutua es clave para restaurar la intimidad y la alegría en la relación.

Enfrentar una infidelidad es sin duda un proceso complejo y doloroso, pero con honestidad, comunicación y compromiso, es posible superar las heridas y reconstruir una relación más fuerte y resiliente. La clave está en trabajar juntos, respetando los tiempos y espacios de cada uno, y manteniendo siempre la esperanza en un futuro compartido.

* Ángel Rull, psicólogo.