Las pacientes con trastornos mentales se suicidan hasta 48 veces más que el resto de mujeres tras un ingreso hospitalario

Las mujeres con un trastorno de salud mental, tras un ingreso hospitalario, se suicidan hasta 48 veces más que el resto de mujeres de la población general. En el caso de los hombres este riesgo también es elevado, pero menor que en el caso de las mujeres: 28 veces más. Un estudio del Institut de Recerca del Hospital del Mar(Barcelona) concluye, en global, que las personas que han sido hospitalizadas por un problema de salud mental tienen un mayor riesgo de suicidio. La investigación, publicada en la revista 'Jama Network Open', se basa en el análisis de datos de casi 50.000 personas hospitalizadas por un trastorno de salud mental entre 2014 y 2018.

"Hemos estudiado a una población muy vulnerable [personas con trastornos de salud mental]. Ya sabemos que tienen más riesgo de suicidio. Pero aquí es importante ver que este riesgo crece después del alta hospitalaria, cuando lo esperable era que disminuyera", señala el investigador del Hospital del Mar Philippe Mortier. El estudio demuestra que este riesgo continúa siendo "muy alto" y Mortier lo atribuye a la "falta de seguimiento" médico una vez estos pacientes abandonan en hospital.

"Estos pacientes se desvinculan del seguimiento, no acuden a las citas o no toman la medicación. Y eso es porque las listas de espera para ver al psicólogo o psiquiatra son muy largas, hay que esperar meses. Faltan recursos y debemos poder garantizar un seguimiento continuo inmediatamente después del alta", defiende. Pero Mortier también pone el foco en otra realidad, que si la hospitalización psiquiátrica es, en realidad, la "mejor opción". "Sabemos que hay un subgrupo de pacientes al que ayuda, pero hay otro al que no. Es contrapoductivo y hay otras soluciones, como la atención domiciliaria o hacer más segumiento ambulatorio", señala.

Después del hospital

Para realizar este estudio, los investigadores han consultado los datos a través del Programa d'analítica de dades per a la recerca i la innovació en salut (Padris) de la Agència de Qualitat i Avaluació Sanitàries de Catalunya (Aquas) y del Instituto Nacional de Estadística (INE). Del total de pacientes (casi 50.000), el 4,6% (2.260 personas) murieron prematuramente durante el seguimiento realizado hasta finales de 2019, el 1% (437) se suicidó y cerca del 10% (4.752) sufrieron un episodio de autolesión no letal.

El coordinador del Grupo de Servicios Sanitarios del Hospital del Mar, Jordi Alonso, explica que, aunque la cifra absoluta de suicidios sea del 1%, las magnitudes observadas (las mujeres ingresadas tienen un riesgo 48 veces más alto de suicidio posterior al alta hospitalaria y, en el caso de los hombres, el riesgo es 28 veces más alto) sugieren que "el suicidio es una de las maneras en que se expresa la mortalidad elevada en las personas con trastorno mental".

Diferencias entre sexos

El estudio señala que, en las mujeres, el riesgo era más alto en los casos de hospitalización por trastorno bipolar y depresión, mientras que, en los hombres, lo era en casos de trastornos adaptativos, aquellos causados por situaciones de estrés externas, y depresión.

"Hay que tener presente que en las mujeres el riesgo de suicidio es más elevado en la población que ha vivido un ingreso hospitalario por un trastorno psiquiátrico a la hora de definir estrategias de prevención y atención personalizadas", dice Alonso. Los investigadores atribuyen este hecho a dos "fenómenos simultáneos": una mayor demanda de atención sanitaria por parte de las mujeres y a un infradiganóstico de la depresión en los hombres.

Mortalidad prematura

La investigación también ha observado que la mortalidad prematura, aquella que se produce por diversas causas antes de los 70 años, es más elevada en las personas ingresadas por un trastorno mental, con un riesgo 7,5 veces más alto en hombres y 7,7 en mujeres.

En relación con la mortalidad prematura, los trastornos más habituales en los pacientes eran los cognitivos como la demencia o el delirium (6,3%) y el trastorno por consumo de alcohol, que representaba más del 24% de la población estudiada.