Congreso de los Diputados

Junts deja en el aire el apoyo a Sánchez hasta que se mueva para garantizar la amnistía a Puigdemont

Desconcierto en las filas de Junts: así se vivió la reaparición y fuga de Puigdemont

Puigdemont asegura que está en Bélgica y acusa a los Mossos de desatar una "ola represiva"

La custodia de Puigdemont al acto en el Arco del Triunfo

La custodia de Puigdemont al acto en el Arco del Triunfo / Associated Press

Carlota Camps

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El regreso y posterior huida del expresident Carles Puigdemont, burlando un dispositivo de hasta 602 agentes de los Mossos de Esquadra, tuvo escasas consecuencias en el Parlament: el pleno no se suspendió, a pesar de la doble petición de Junts, y el socialista Salvador Illa consiguió salir de la institución como nuevo president de la Generalitat, algo que ni él mismo confiaba en que fuera posible al inicio del día, ya que se daba prácticamente por hecha la detención de Puigdemont y el aplazamiento de la sesión plenaria. Pero su reaparición en Barcelona tras casi siete años en el extranjero, y su espantada, sí elevó exponencialmente la tensión en las bancadas y eclipsó buena parte de la jornada de investidura.

A partir de ahora, con el Govern de Illa a punto de entrar en funcionamiento, el Parlament verá cómo vuelven las aguas a su cauce. Pero aún está por ver cuáles serán las consecuencias en el Congreso de los Diputados, donde los votos de Junts siguen siendo imprescindibles para la estabilidad del Gobierno de Pedro Sánchez.

Junts considera que el pacto suscrito entre el PSC y ERC "cambia el relato" del texto firmado con el PSOE para que los siete diputados posconvergentes en la Cámara baja dieran su 'sí' al jefe del Ejecutivo. "Esto ha cambiado las condiciones y, por lo tanto, tendremos que hablar de ello", explican fuentes de la dirección de la formación, en alusión a la Convención Nacional para la resolución del conflicto político, acordada con Esquerra, que a su juicio merma la relevancia de la mesa de negociación internacional con mediador que habían conseguido establecer en Suiza.

La aplicación de la amnistía

Además, en JxCat creen que el Gobierno no está haciendo todo lo que está en su mano para defender que se aplique la ley de amnistía al expresident. Y, en esta próxima reunión, pedirán no solo que se pronuncie a favor de la exoneración completa de las causas abiertas contra Puigdemont, sino que también exigirán "acciones" concretas, aunque no quieren desvelar cuáles. "Si su posición es que la ley ya se aplica, esto no tiene más recorrido", espetó el secretario general de Junts, Jordi Turull, esta pasada semana.

Sin embargo, que Puigdemont no haya sido detenido -al menos no por ahora- puede dar algo más de margen a la negociación. Incluso el propio expresident, en su primer mensaje en las redes desde su fuga, ha evitado poner el foco en el PSOE y en Pedro Sánchez, y ha centrado las críticas en ERC.

"¿Cómo podríamos seguir negociando con el PSOE en una mesa con mediador internacional si su principal actor está encarcelado?", se pregunta un alto dirigente de Junts, que pronostica un "lío tremendo" en caso de que llegue a darse esta circunstancia. Que no haya sido con su reaparición en Barcelona le permite seguir al frente de las negociaciones, pero su situación judicial seguirá en el centro del debate.

Las últimas elecciones generales dieron a la posconvergencia la llave de la investidura de Sánchez y permitieron a las siglas usar esta nueva situación aritmética para cambiar su estrategia de bloqueo en Madrid en función de sus intereses. Sin embargo, su principal trofeo, la ley de amnistía, no ha tenido los efectos esperados, al menos para Puigdemont, si bien es cierto que todavía está pendiente de la resolución de varios recursos y del pronunciamiento del Tribunal Constitucional. 

Además, en Junts se asume que tampoco se ha cumplido aún con su petición de que el catalán sea considerada una lengua oficial en la Unión Europa, y que tampoco se ha alumbrado el pacto para el traspaso de competencias en inmigración. Por eso resuelven que necesitan cambiar la dinámica y poder exhibir alguna recompensa de su giro estratégico ante sus filas. Algo que buscarán hacer amagando con retirar su aval a Sánchez. Todavía más teniendo en cuenta que ERC ya ha cedido el paso a la Generalitat de Illa.

El concierto económico

La primera prueba de cómo afecta toda esta situación al apoyo de Junts a Sánchez se empezará dilucidar a partir de septiembre, cuando el Gobierno empiece a explorar los votos con los que cuenta para los Presupuestos Generales del Estado, unas cifras que Puigdemont ya condicionó a la cesión del 100% de los impuestos y a un plan de cancelación de la deuda de la Generalitat a cuenta de las inversiones presupuestas y no ejecutadas en Catalunya. La perspectiva de Junts es que logren superar un concierto económico acordado ya, pero pendiente de despliegue, que está apalabrado con ERC. De momento, los posconvergentes no aclaran qué votarán cuando la propuesta llegue al Congreso y se escudan con que aún no han visto la "letra pequeña".

Puigdemont aseguró en un mitin durante la campaña electoral catalana que un pacto entre el PSC, ERC y los Comuns para gobernar la Generalitat no podría en riesgo la negociación con Sánchez, pero sí deslizó que lo haría sí los socialistas se acercaban al PP. La particular competición que mantienen con los republicanos, y que se elevará a partir de ahora, puede cambiar la visión.

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