Todas las claves

El pacto ERC-PSC para la investidura de Illa, en manos de 8.700 votos y pendiente de Puigdemont

Las bases republicanas decidirán el viernes si avalan o tumban un acuerdo que transita a la espera de ver cómo se mueven otros tres nombres propios: Junqueras, Albiach y Sánchez

ERC y PSC alcanzan un preacuerdo para investir a Illa que votarán las bases el viernes

Marta Rovira 'concierta' la investidura de Salvador Illa

La secretaria general de ERC, Marta Rovira.

La secretaria general de ERC, Marta Rovira. / Manu Mitru

Júlia Regué

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ERC cumple con el ultimátum de julio que se autoimpuso. La ejecutiva de los republicanos ha forjado un principio de acuerdo con el PSC para la investidura de Salvador Illa que las bases republicanas deberán sancionar este viernes. Un pacto que contiene cesiones mutuas, pero que Esquerra pudo vender por libre este lunes, con el consentimiento de los socialistas, y que según el partido que lidera Marta Rovira logra arrancar la salida de Catalunya del régimen común y, por ende, alumbrar un concierto económico con una cuota de solidaridad. Pero, antes de que sea una realidad, deberán superar varios escollos con nombre propio:

Junqueras

Illa deberá contener la respiración hasta el viernes. Su investidura depende de 8.700 votos que los militantes de Esquerra emitirán por vía telemática. Su posicionamiento dependerá, en buena parte, de si el exlíder Oriol Junqueras da un paso adelante en defensa del pacto o si, por contra, se pone de perfil para evitar que la consulta impacte en el duelo con Rovira por el liderazgo del partido en el congreso del 30 de noviembre.

La secretaria general es la principal negociadora y garante dle acuerdo. Ella emprenderá una nueva ronda de contactos con las federaciones para convencerles de que el entendimiento es bueno para los intereses del partido, y así lo hizo minutos después de finiquitar la maratoniana reunión de la ejecutiva, entrando en contacto directo con las bases para exponer el contenido del preacuerdo. La clave está en si Junqueras hará lo propio, aunque se ha mostrado favorable de pactar con el PSC para alejar a Junts de la ecuación y así lo han expresado sus afines en varias reuniones internas. Pero, sea como sea, la militancia ya ha expresado su desconfianza hacia Illa, así que se medirá si el peso del nuevo modelo de financiación -una reclamación histórica del catalanismo y, para muchos, la mecha que prendió el 'procés' junto con el recorte del Estatut- es suficiente para catapultarle al Palau de la Generalitat.

Puigdemont

ERC trata de sacudirse la presión de Junts para evitar la investidura de Illa, consciente de que una repetición electoral puede dejarles por debajo de los 20 diputados y favorecer las opciones de Carles Puigdemont. El expresident ratificó su promesa de regresar a Catalunya para un debate de investidura, fuera o no el suyo, aunque sea detenido. Ni su abogado duda ya de que será encarcelado, porque los jueces rechazan amnistiarle el delito de malversación por el que le investigan, y tras años en el extranjero, el riesgo de fuga lo dan por acreditado. Pero Puigdemont quiere cerrar el círculo y acabar ya con su periplo judicial, aunque eso implica pasar un tiempo entre rejas. Con su vuelta y previsible encarcelamiento buscará dinamitar la votación de Illa y añadir, si cabe, más presión a los republicanos. Ya cargó con dureza contra Illa el sábado, cuando se reafirmó en su vuelta, y hasta el viernes se esperan mensajes duros contra el acuerdo.

Puigdemont se guarda un as en la manga: que el presidente del Parlament, Josep Rull, pueda suspender 'sine die' el pleno de investidura si, como diputado, es detenido. Rull ha estudiado ya las opciones e incluso ha encargado documentos a los servicios jurídicos para evitar que sea arrestado dentro de la Cámara y que la institución actúe como escudo. El plan para llegar al Parlament sigue siendo secreto, aunque el dispositivo está en marcha, como avanzó EL PERIÓDICO.

Albiach

A Illa no se salen los números sin los Comuns, pero la negociación está muy avanzada aunque todavía no se ha cerrado la carpeta principal que los morados pueden ofrecer como triunfo: la regulación y otras medidas para garantizar el acceso a la vivienda. La dirigente del partido, Jéssica Albiach, sigue en contacto con los negociadores y pendiente de resolver esta semana la cuestión, ya que la investidura puede llevarse a cabo la próxima semana.

Sánchez

Cuando todas las piezas estén encajas en Catalunya, entrará en juego la partida del Congreso. Y es que Sánchez apostó por Illa, y ahora le tocará defender el acuerdo ante los barones del PSOE y ante sus socios en el Congreso, aliados indispensables para que lo acordado con Esquerra se lleve a cabo. La singularidad catalana deberá verse compensada con cesiones a otras comunidades infrafinanciadas para evitar que la presidencia socialista en Catalunya le haga temblar en Moncloa. Junts le hará sudar sus votos a los Presupuestos, tras lanzar ya un primero aviso la semana pasada.

Y es que el pacto contempla una modificación de la ley orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas (Lofca), para reconocer el régimen especial de los catalanes emulándolo al de vascos y navarros, para la que será necesario el plácet del bloque de la investidura, una mayoría absoluta. Quedan piezas por encajar, y militantes y aliados por convencer, pero la investidura de Illa parece más cerca que una repetición electoral.

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