Negociación de investidura

ERC se prepara para convencer a sus bases de que avalen un eventual pacto con el PSC

Junqueras tendrá un papel clave en la consulta interna del partido y aún no se ha pronunciado sobre el pacto con Illa

ERC someterá a consulta de las bases la investidura de Illa

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La secretaria general de Esquerra Republicana, Marta Rovira, junto a Oriol Junqueras en Cantallops en su regreso a Catalunya

La secretaria general de Esquerra Republicana, Marta Rovira, junto a Oriol Junqueras en Cantallops en su regreso a Catalunya / David Borrat / EFE

Quim Bertomeu

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Si ERC y el PSC llegan en breve a un pacto de investidura aún no estará garantizado que el próximo presidente de la Generalitat sea el socialista Salvador Illa. El motivo es que los republicanos, para surfear el malestar interno que vive el partido, se han comprometido a celebrar una consulta para que sea la militancia la que decida en última instancia si avala el acuerdo. Ante este escenario, la dirección del partido ya se prepara por, si llega el pacto, convencer a los afiliados para que lo avalen. Si lo llegasen a tumbar, eso aún enrarecería más el clima de la organización.

El primer movimiento para intentar seducir a las bases fue la foto Aragonès-Sánchez del miércoles en el Palau de la Generalitat para escenificar con la mayor pompa posible el traspaso de nuevas competencias al Govern que estaban pendientes de cerrarse. Aunque ni desde el ejecutivo catalán ni desde ERC se pueda alardear en público, uno de los objetivos era mandar el mensaje a la militancia de que los socialistas, aunque cueste, acaban cumpliendo los acuerdos. Se trataba de un paso imprescindible para luego convencer a los afiliados de que, lo que acabe incluyendo un hipotético pacto con el PSC para investir a Illa, se acabará aplicando también.

De hecho, ha sido la propia dirección de ERC la que ha expresado públicamente sus dudas sobre qué decidirán los militantes. Lo ha vuelto a hacer este mismo viernes la portavoz republicana, Raquel Sans. "Lo que vemos en las asambleas territoriales es mucha desconfianza hacia el PSOE", ha dicho en TV3. Motivo por el cual ERC necesitaba lo que se ha visto esta semana: al PSOE arremangándose para cumplir acuerdos pendientes. La duda que ha expresado Sans sobre qué hará la militancia también es una estrategia más para remar a favor de un buen pacto: podría parecer que siembra incertidumbre sobre la consulta, pero lo que hace es presionar al PSC para que ofrezca unas contrapartidas que los militantes republicanos no puedan rechazar.

La decisión de Junqueras

Pero si algo realmente será clave para persuadir a los militantes es que Rovira y el exlíder del partido Oriol Junqueras adopten una posición común en defensa del hipotético pacto. Desde que están enfrentados por el control del partido, cualquier asunto en ERC hay que medirlo sobre qué piensan el uno y el otro. Si Rovira defiende el pacto -que sería lo lógico porque lo ha negociado ella- y Junqueras no, la consulta se complicará. Si los dos reman en la misma dirección no garantiza la victoria, pero son muchos los que piensan que serán un factor decisivo para obtener el aval interno. "Para que no haya sorpresas es muy importante que Junqueras cierre filas con Rovira", señala una voz autorizada del partido.

Rovira ha evitado polemizar en público sobre la cuestión por la delicadez del asunto. En una entrevista con EL PERIÓDICO esta semana se mostró convencida de que, si "el acuerdo es bueno", todo el mundo tendrá "visión de país" para defenderlo, incluido Junqueras. Junqueras lleva tiempo sin prodigarse en los medios y no se le ha escuchado pronunciarse sobre el asunto. Desde su entorno aseguran que ya dejó claro en su día que depositaba su "confianza" en Rovira para estos contactos. Además, el expresidente de ERC también ha tenido dos personas próximas a él como negociadores del pacto -Oriol López y Juli Fernández-, por lo que algún modo, si llega, también estará vinculado a él.

Formato electrónico

Desde la dirección guardan con celo el formato de la consulta y se limitan a decir que será como siempre. Las últimas votaciones del partido siempre han calcado un estilo: votación electrónica para facilitar la participación, y también se abre alguna sede para que voten físicamente los militantes menos avezados al mundo digital. La previsión es que, si finalmente hay pacto, se vote a finales de la semana que viene. La dirección de ERC siempre ha buscado que, para tener menos presión, no se apuraran los plazos de la investidura hasta el límite, que es el 26 de agosto.

La gran duda de la consulta es qué se preguntará a la militancia. El historial del partido incluye precedentes de preguntas enrevesadas como por ejemplo en 2019 para decidir si negociaban con el PSOE la investidura de Sánchez: "¿Estás de acuerdo con rechazar la investidura de Pedro Sánchez si previamente no hay un acuerdo para abordar el conflicto político con el Estado a través de una mesa de negociación?". Eran otros tiempos, el partido estaba unido, y la militancia pacificada. Difícilmente ahora los afiliados comprarán una pregunta que no sea más directa.

¿Qué decidirán las bases de ERC? La duda es pertinente. Solo la corriente crítica del partido 'Col·lectiu Primer d'Octubre' se ha manifestado abiertamente en contra, pero ERC, desde que estalló su crisis interna, ha dejado de ser un partido previsible. Lo único seguro es que, si los republicanos y el PSC alcanzan un pacto, la investidura estará en manos de 8.700 personas con el carné de ERC.

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