Negociaciones de investidura

Marta Rovira toma el mando de la negociación con el PSC y se reúne cara a cara con Moret

ERC exige al PSC saldar deudas en ingreso mínimo, FLA, investigación y Rodalies antes de pactar la investidura

Rull se abre a que Puigdemont pueda optar a la investidura sin tener un pacto previo con ERC

ERC romperá negociaciones con el PSC si no hay un preacuerdo en julio: "Nos levantaremos de la mesa"

Aragonès y Rovira reivindican el Govern del "fin de la represión" y apuntan hacia el referéndum

La secretaria general de ERC, Marta Rovira, en el Palau de la Generalitat el pasado martes

La secretaria general de ERC, Marta Rovira, en el Palau de la Generalitat el pasado martes / Eric Renom / LaPresse

Sara González

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Las reuniones entre el PSC y ERC para explorar un acuerdo de investidura de Salvador Illa son "prácticamente diarias", pero desde el lunes, con el regreso a Catalunya de Marta Rovira, han entrado en una nueva fase. La secretaria general de los republicanos ha tomado el mando de la interlocución y se reunió el lunes de forma presencial con Lluïsa Moret, dirigente que lidera el equipo socialista. El encuentro, según ha avanzado Catalunya Ràdio y ha confirmado EL PERIÓDICO, tuvo lugar en la Diputación de Barcelona y fue concebido como de "máximo nivel".

En estos momentos, ambas partes siguen tratando deshacer el gran nudo gordiano para desbrozar el pacto, el de la financiación singular que ERC insiste en que sea una suerte de concierto económico; pero en paralelo ultiman el cumplimiento previo de compromisos pendientes sellados con el Gobierno, como ha avanzado este diario. El traspaso del ingreso mínimo vital, de los 150 millones de euros para un fondo de investigación, la condonación de 15.000 millones de deuda del FLA y encauzar la empresa mixta para gestionar Rodalies está en la agenda más inminente como requisito que han puesto los republicanos para avanzar con la investidura.

Superar el "escepticismo" de la militancia

Y es que, justo después de reunirse con Moret acompañada del presidente del grupo de ERC en el Parlament, Josep Maria Jové, Rovira acudió a la asamblea de la federación barcelonesa del partido, en la que buena parte de las intervenciones de los militantes fueron en la línea de trasladar el "escepticismo" ante el acuerdo que el PSC pueda ofrecer, así como su cumplimiento. Son precisamente los afiliados los que tendrán que rubricar, en última instancia, si los 20 diputados de ERC en el Parlament dan su 'sí' a Illa, así que los negociadores republicanos reclaman a los socialistas evidencias de "fiabilidad".

El anuncio del regreso a Catalunya de Rovira fue leído como positivo en la sede de la calle Pallars, donde presumen de haber tejido una interlocución robusta con la dirigente que ha pasado seis años y medio en Suiza pese a que no la conocían antes ni Illa ni Moret. La número dos del PSC y presidenta de la Diputación de Barcelona se reunió presencialmente por primera vez con ella el pasado 6 de junio en Ginebra, y en las últimas semanas los contactos han sido semanales, pero telemáticamente.

En paralelo a la crisis interna

Ahora, prosiguen ya en Barcelona cara a cara en lo que se entiende como la recta final de la negociación, puesto que Rovira ha advertido de que se levantarán de la mesa si no hay un preacuerdo este mismo mes de julio. La previsión es que se agoten los últimos días del mes. Una cuenta atrás en la que los socialistas mantienen también un hilo de interlocución con Oriol Junqueras pese a su salida de la presidencia del partido, a quien, a diferencia de la secretaria general, sí que conocían antes de explorar la investidura.

Fuentes cercanas a Illa aseguran que ambos les han trasladado su voluntad de alcanzar una entente, una sintonía que entienden que es imprescindible para poder pedir después el apoyo de la militancia en la consulta para avalar el posible acuerdo. Y es que, mientras tratan de dilucidar la disyuntiva de investir a Salvador Illa o ir a una repetición electoral, los republicanos gestionan también su propia crisis interna, agudizada por el fuego cruzado por la autoría y responsabilidad de los polémicos carteles contra la familia Maragall. El escenario de volver a pasar por las urnas, según el CEO, les situaría en una horquilla de entre 19 y 24 diputados.