Negociaciones en Catalunya

ERC exige al PSC saldar deudas en ingreso mínimo, FLA, investigación y Rodalies antes de pactar la investidura

Rull se abre a que Puigdemont pueda optar a la investidura sin tener un pacto previo con ERC

ERC romperá negociaciones con el PSC si no hay un preacuerdo en julio: "Nos levantaremos de la mesa"

Aragonès y Rovira reivindican el Govern del "fin de la represión" y apuntan hacia el referéndum

El PSC y Junts mantienen hilo directo con Junqueras pese a haber dimitido de ERC

El presidente de la Generalitat en funciones, Pere Aragonès, y el líder del PSC, Salvador Illa, en un pleno del Parlament

El presidente de la Generalitat en funciones, Pere Aragonès, y el líder del PSC, Salvador Illa, en un pleno del Parlament / QUIQUE GARCÍA / EFE

Sara González

Sara González

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No hay vises todavía de fumata blanca de un pacto de investidura entre el PSC y ERC. Tampoco garantías de que se acabe llegando a buen puerto. Pero sí predisposición por ambas partes, que interlocutan prácticamente a diario para que el acuerdo se produzca este mes de julio. Antes, en los "próximos días", según fuentes de la negociación, se producirá un requisito previo que podría ser el prólogo. Los republicanos exigen, según ha podido saber EL PERIÓDICO, que antes de sellar una entente para la presidencia de Salvador Illa el Gobierno de Pedro Sánchez cumpla con cuatro grandes asuntos pendientes: el traspaso del ingreso mínimo vital, recursos comprometidos en investigación, la condonación de la deuda y avances en la cesión de la gestión de Rodalies.

Los socialistas toman nota y recogen el guante dispuestos a saldar deudas que los acerquen a la Generalitat. Ya lo advirtió el lunes la secretaria general de ERC, Marta Rovira: "Todos los acuerdos pendientes deben cumplirse. Tienen poco crédito". Y justo ese día por la tarde, la dirigente participaba por primera vez desde su regreso el pasado viernes en una asamblea de la federación de los republicanos en Barcelona en la que buena parte de las intervenciones de la militancia hicieron hincapié en el "escepticismo" ante le oferta que pueda formular el PSC y los incumplimientos acumulados por parte de la Moncloa.

"Necesitamos fiabilidad"

Y es que los socialistas no solo tienen que convencer a la dirección de ERC, sino también a su militancia, que es quien tendrá la última palabra sobre el voto de sus 20 diputados en el Parlament. "Necesitamos fiabilidad", insisten desde la sede de Calàbria, que añaden que difícilmente pueden avalar una alianza con Illa con el memorial de compromisos pendientes acumulados. Algunos colean desde antes de la investidura, como el traspaso de la gestión del ingreso mínimo vital, que se pactó por primera vez a cambio de la abstención de los republicanos a la prórroga del estado de alarma durante la pandemia en mayo de 2020.

Otros, están vinculados a la investidura de Sánchez. Es el caso de la condonación de 15.000 millones del fondo de liquidez autonómica -que el PSOE está dispuesto a hacer extensivo a otras autonomías-, pero también de los 150 millones anuales para un fondo de investigación vía presupuestos generales del Estado, así como la financiación de 1.600 millones de euros para Mossos. El Govern en funciones de Pere Aragonès también quiere dejar encauzado antes de salir de la Generalitat el traspaso de Rodalies a través de la creación de una empresa mixta.

La importancia de la puesta en escena

La semana que viene está señalada como clave tanto por republicanos como por socialistas para dar pasos en estas carpetas con vocación de desbrozar el camino del acuerdo, que de producirse llegaría en los últimos días del mes de julio. La formación de Rovira entiende que es importante también la puesta en escena y que el hecho de que el pacto del PSC con los Comuns fuera previo fomentaría el relato de que ERC se suma a un "tripartito", algo que prefieren evitar. El partido de Ada Colau, sin embargo, también quiere hacerse valer y deshacerse el rol de muleta.

Respecto a la financiación, la clave de bóveda del pacto y que se discute tanto en Barcelona como en Madrid y en la mesa con mediador, ERC mantiene que los socialistas deben hacer un "mayor esfuerzo" porque no les bastará con una promesa de más recursos que se puede llevar el viento. "Queremos un cambio de modelo. Pueden moverse más", insisten. En el PSC se muestran confiados con la evolución de las conversaciones también en este flanco tan sensible.

Al margen de Puigdemont

"Los temas se van encarrilando", aseguran desde la cúpula de Pallars, que se toman en serio el plazo del mes de julio verbalizado por Rovira, pero que tampoco entienden como un yugo. Por mucha prisa que asuma Illa, hace falta compasarse con el PSOE. De hecho, los republicanos también manifiestan cierta flexibilidad a la hora de valorar si hace falta "más tiempo" en función de si eso irá a favor de un mejor acuerdo o si Carles Puigdemont decide dar el paso de optar primero a la investidura. La previsión es que el sábado 27, día en que Junts tiene agendado un acto en Argelers, todavía no se haya revelado si habrá o no pacto para la investidura de Illa.

"No podemos estar pendiente de Junts, no podemos controlar la decisión de Puigdemont", aseguran en ERC, que subrayan que están plenamente centrados en arrancar unas concesiones "con cara y ojos" que puedan ser rubricadas por unas bases desencantadas ante los resultados electorales y el pulso entre Rovira y Oriol Junqueras y que recelan de un PSC "más sucursalista y conservador que nunca". Con Junts, argumentan, mantienen conversaciones, pero sin que estas sean realmente consideradas una negociación porque ni las sumas dan ni los posconvergentes plantean "un proyecto de Govern" concretando políticas.

De la misma manera, los socialistas catalanes se muestran convencidos de que la interlocución consolidada con Rovira es lo suficientemente robusta como para que no se vaya al traste con un regreso a Catalunya, e incluso con una detención, de Puigdemont. No obstante, la cautela se impone en el entorno de Illa, que recuerda que no se pueden tocar "campanas de boda" antes de tiempo con la militancia de ERC. Para muestra, un botón: el pacto de Barcelona que pareció que estaba hecho y que continúa a estas alturas siendo nonato.

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