Recepción en el Palau de la Generalitat

Aragonès y Rovira reivindican el Govern del "fin de la represión" y apuntan hacia el referéndum

El president defiende de que la aplicación de la amnistía debe abrir un "nuevo escenario político" para resolver el conflicto de soberanía en plenas negociaciones con el PSC para la investidura de Salvador Illa

ERC romperá negociaciones con el PSC si no hay un preacuerdo en julio: "Nos levantaremos de la mesa"

Marta Rovira, el regreso de la 'jefa' de ERC que gobernó el partido a 800 kilómetros de distancia

El president de la Generalitat en funciones, Pere Aragonès, con Marta Rovira, Ruben Wagensberg y Oleguer Serra

El president de la Generalitat en funciones, Pere Aragonès, con Marta Rovira, Ruben Wagensberg y Oleguer Serra / Marc Puig / ERC

Sara González

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Seis años y medio después de haberse refugiado en Ginebra para evitar la cárcel, Marta Rovira ha vuelto a pisar la plaza de Sant Jaume y a ser recibida solemnemente y en libertad en la galería gótica del Palau de la Generalitat, el edificio desde donde encabezó clandestinamente la dirección del 1-O. Sabe que la Catalunya a la que regresa no es la del 2017. El independentismo ha sufrido duros reveses en las últimas contiendas electorales, un fuelle que ha ido perdiendo en paralelo al camino de la desjudicialización del conflicto. Tampoco había calculado que su regreso coincidiría con el epílogo del Govern de Pere Aragonès, que hace las maletas al compás de una ERC que deshoja una perversa margarita: o investir a Salvador Illa o ir a una repetición de comicios con una perspectiva nefasta para los republicanos.

"Pensaba que no tendría tiempo de ver a un presidente de la Generalitat de ERC", ha admitido Rovira consciente de que el actual ejecutivo tiene los días contados. Tres años de Govern de los republicanos que tanto Aragonès como la secretaria general del partido se han esmerado en subrayar que no han sido en vano porque esta será recordada como la legislatura del "fin de la represión". Ya sin corsés ni complejos que años atrás sí que pesaron ante Junts, ERC ha reivindicado la paternidad de los indultos, de la supresión del delito de sedición y, ahora también, de una amnistía que ha reconocido que está a medio aplicar. Sin ir más lejos, el regreso de Carles Puigdemont, Toni Comín y Lluís Puig está pendiente. "Tienen que poder volver todos a casa", han reivindicado.

Un "punto de inflexión"

Sin embargo, ambos han querido dejar claro que, una vez culmine la exoneración de las causas abiertas por el 'procés', camino que Rovira ha aprovechado para recordar que ha desbrozado ERC "en solitario y de forma incomprendida" en muchas ocasiones -en clara referencia a Junts-, nada acaba. El president en funciones ha definido la puesta a cero del contador judicial como una "gran victoria de país" que, a su vez, debe suponer un "punto de inflexión para dar un paso adelante en la resolución del conflicto de soberanía". No ha pronunciado la palabra referéndum, pero lo ha dado a entender en plenas negociaciones con los socialistas con la exigencia del concierto económico en el epicentro. Si no hay una oferta suculenta en 15 días, Rovira ha advertido de que su partido se descolgará de la interlocución.

Si una cosa busca ERC es que no se entienda que un eventual apoyo para la investidura de Salvador Illa será a coste cero ni supone la renuncia a alcanzar la independencia, pese a que la autodeterminación es un muro infranqueable para el PSOE y el PSC. Se tarata, aseguran, de abrir un "nuevo escenario político". Pero Aragonès, empecinado en que se consolide un legado de su Govern y dar una capa de épica a su paso por la Generalitat, insiste en que es la "victoria del 'sit and talk'" que planteó el movimiento de Tsunami por el que fueron acusados de terrorismo los dirigentes y activistas que se refugiaron en Suiza.

"Cuando empezó esta presidencia teníamos presos y exiliados. Desde el principio trabajamos para generar las condiciones que nos permitieran trabajar para acabar con la represión", ha hecho hincapié buscando también justificar los acuerdos con el Gobierno de Pedro Sánchez que tanto han sido criticados por Junts. "Hacemos posible lo imposible", ha añadido la vicepresidenta, Laura Vilagrà, mientras Rovira exhibía una sonrisa de oreja a oreja y repasaba cada rostro de los 'consellers' en funciones que han asistido a su recepción en el Palau.

"Vendrán más oleadas"

Rovira ha acudido a la cita en Palau junto al diputado Ruben Wagensberg y el vicepresidente de Òmnium, Oleguer Serra, mientras que no han asistido a la recepción institucional el periodista Jesús Rodríguez y el activista Josep Campmajó. "Vendrán más oleadas porque nuestras aspiraciones están intactas y continuaremos luchando hasta lograr tener un país libre", ha asegurado el dirigente de Òmnium; mientras Wagensberg ha recordado que, pese a la "dureza" del tiempo fuera de Catalunya bajo la acusación de terrorismo, han podido contar con la "red" que se les ha tendido con el Govern a la cabeza.

A Rovira, así como a Wagensberg, que es diputado, y a los tres activistas les quedará pendiente ser recibidos, a lo largo de esta semana, por el presidente del Parlament, Josep Rull. La última vez que Rovira bajó las escalinatas de honor de la institución fue el 22 de marzo de 2018 junto a Carme Forcadell y Dolors Bassa con lágrimas en los ojos. Las tres anunciaron que renunciaban a su escaño la víspera de su declaración ante el Tribunal Supremo. Rovira jamás acudió, mientras que la expresidenta de la Cámara y la exconsellera acabaron sumando tres años y medio de cárcel. Este martes, cuatro días después de cruzar de nuevo la frontera, ha sentenciado ya libre de todo cargo que el independentismo "no ha acabado todavía el trabajo".