Crisis en Esquerra
Maragall señala al exdirector de comunicación de ERC por la polémica de los carteles
Tolo Moya lo niega mientras el Govern trata desvincular a Sabrià de los hechos
La autoría de los carteles contra Maragall ahonda en la crisis de ERC y pone a Sabrià en el foco
ERC abre una investigación interna por los carteles de Maragall y pide disculpas
Los carteles burlándose del Alzheimer de Maragall salieron de dentro de ERC
Quim Bertomeu
Periodista
Licenciado en Periodismo y en Ciencias Políticas y de la Administración por la Universitat Pompeu Fabra (UPF). Sigue la actualidad política del Govern, del Parlament de Catalunya y el día a día de los partidos catalanes, sobre todo de ERC.
La crisis de ERC se enrarece cada día que pasa. El exconseller y exlíder del partido en Barcelona, Ernest Maragall, ha roto este martes su silencio sobre la polémica de los carteles que aparecieron en 2023 en varias sedes de los republicanos en las que se burlaban del alzhéimer de su hermano -el expresident Pasqual Maragall- y que han resultado ser una iniciativa que surgió de dentro del propio partido. Maragall ha explicado que sintió un "malestar profundo" cuando supo la autoría de los hechos y ha señalado a un responsable: el exdirector de comunicación de la formación, Tolo Moya. Este lo niega.
En una carta publicada en las redes sociales, Maragall ha expuesto que ha sentido "vergüenza y horror" por un asunto del que considera que ERC tiene "responsabilidad política", pero aun así exculpa a la mayoría de los miembros de las siglas. "Quiero mostrar mi convicción sobre la indudable honestidad del conjunto de la organización republicana y de la inmensa mayoría de sus dirigentes y responsables orgánicos", ha subrayado. Además, ha relatado que durante el lunes recibió numerosas muestras de apoyo de sus compañeros de filas.
Pese a exonerar a la mayoría del partido de esta cuestión turbia, Maragall sí señala a alguien que tuvo "responsabilidad desde el punto de vista orgánico": el exdirector de comunicación de ERC, Tolo Moya. Cuenta que en su momento esta persona ya le presentó "disculpas formales" por unos hechos que él mismo consideraba "lamentables" y que se habían producido por "una falta de control suficiente por su parte". No precisa si Moya dio la orden, pero le hace responsable de lo ocurrido.
Contactado por EL PERIÓDICO, Moya niega las palabras de Maragall y asegura que está "muy tranquilo" y que, en el curso de la investigación que está llevando a cabo la organización, presentará "las pruebas que demuestran quién es el ideólogo de este grupo" y también "cómo funcionaba y hasta dónde llegaba el conocimiento" de lo que ocurría. Moya asegura que la cuestión fundamental no es el asunto de los carteles, sino la existencia de una "trama" que había realizado otras acciones polémicas fuera del radar oficial del partido.
Cambio en la versión oficial
Con Maragall acusando a Moya es la primera vez que alguien de ERC expone públicamente a un cargo importante de la organización como responsable de los hechos. Hasta ahora, la versión oficial del partido es que el asunto de los carteles era exclusivamente iniciativa de un militante raso que actuó por cuenta propia y que, viendo el revuelo, fue luego al partido a confesarse. Además, el lunes el partido envió una carta a los militantes en la que también atribuía la autoría solo a este afiliado. Ni rastro de Moya.
La investigación periodística que este lunes sacó a relucir la polémica de los carteles, cita a Moya entre los nombres vinculados al caso. Sin embargo, le da un papel de intermediario en los hechos y menciona a dos personas que tenían mayor rango en la organización y que Maragall no menciona: el entonces secretario de comunicación del partido, Marc Colomer, y el exresponsable de comunicación y estrategia y actual viceconseller de la Generalitat, Sergi Sabrià.
Especialmente sensible es el nombre de Sabrià que es la mano derecha del president y, por lo tanto, corre el riesgo de salpicar al Govern. El Govern ha tratado este martes de desvincularse de la polémica. Si lo consigue o no es pronto para saberlo. La portavoz del ejecutivo catalán, Patrícia Plaja, ha asegurado que la Generalitat "rechaza frontalmente" lo ocurrido y tiene una "posición radicalmente crítica". También ha evitado valorar el papel de Sabrià y se ha remitido a las únicas declaraciones que el viceconseller ha hecho a esta la fecha donde negaba cualquier vínculo con los carteles y también con la estructura paralela. Desde el Palau aseguran que Sabrià sigue contando con la confianza de Aragonès.
La guerra interna
Todo este reguero de versiones contradictorias, acusaciones cruzadas y malestar solo se entiende por la guerra interna que vive el partido fruto del batacazo electoral de las elecciones catalanas. Una crisis que enfrenta por el control de la organización a una facción liderada por la actual secretaria general, Marta Rovira, y a otra pilotada por el expresidente de la formación, Oriol Junqueras. Las dos partes se culpan de los hechos y se acusan de utilizar el caso para desgastarse. Se da la circunstancia de que Maragall, Sabrià y Colomer están adscritos al sector de Rovira, mientras que a Moya se le asocia al equipo de Junqueras.
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